Cirugía Prehistórica

CIRUGÍA EN LA EDAD PREHISTÓRICA

La "Edad Prehistórica" es el período comprendido entre la aparición de los predecesores del ser humano (aparición del primer miembro del género Homo u homínidos) hace más de diez millones de años, hasta la Invención de la Escritura (que la estiman alrededor del 3.300 a.C.).

Tomamos como parámetro de la invención de la escritura a la constancia de la existencia de documentos escritos, algo que ocurrió en primer lugar en el Oriente Próximo hacia el 3.300 a. C.

La prehistoria es un término carente de significado real en el sentido que fue entendido durante generaciones.

Cirugía es la parte de la medicina que realiza trabajo con las manos. Su nombre deriva del griego “cheiros” (mano) y ergon (trabajo).

La cirugía es una rama de la medicina que trata las lesiones, deformaciones y alteraciones físicas que requieren tratamiento manual con o sin instrumentos

La cirugía es tan antigua como la humanidad, desde la existencia del hombre existieron heridas y fracturas y de alguna forma relizaron su tratamiento, probablemente al comienzo solamente con la inmovilización de una forma instintiva o empírica al comprobar que dejando el miembro en reposo se calmaba el dolor y las heridas por compresión también de una forma empírica e instintiva manual para taponar la hemorragias y posteriormente la aplicación de otro elemento, hierbas, polvos, cuero o cualquier elemento que existiera en su entorno.


Si nos atenemos a la Biblia, la primera cirugía se la realizó Dios a Adán. Primera anestesia y cirugía presentes en el Génesis: sueño de Adán y extracción de costilla para la creación de Eva.


Hay dos disciplinas científicas que permiten recopilar datos sobre la medicina prehistórica:

  • La Paleopatología, que estudia los síntomas presentados por los restos mortales;

  • La Etnología, que estudia las civilizaciones; todavía existen en nuestros días civilizaciones prehistóricas o protohistóricas que pueden servir de sujeto de estudio.


Paleopatología: La Paleopatología es la disciplina que investiga la evolución de la enfermedad a lo largo de la historia y cómo las sociedades se han ido adaptando a los cambios de su entorno. Gracias a estos estudios de la Paleopatología se tiene conocimiento de que la enfermedad existe desde las épocas más remotas de la prehistoria. El estudio se realiza sobre la base de fuentes primarias y secundarias de evidencia. La evidencia primaria se adquiere a partir de restos óseos o momificados y la secundaria incluye documentación contemporánea y datos iconográficos. El análisis de los huesos permite conocer las enfermedades que aquejaban a los hombres prehistóricos. Por ejemplo, las metástasis óseas son fácilmente observables; la tuberculosis y la sífilis dejan también efectos característicos en los huesos. También es posible detectar una reducción de fractura por la forma de su callo óseo de consolidación: el callo no se forma si el movimiento no está limitado; su ausencia puede interpretarse como una ausencia de acto médico. Una dificultad proviene del hecho de que ciertas fracturas pueden curarse definitivamente sin tener que recurrir a ningún sistema de inmovilización.

Las intervenciones quirúrgicas, como la trepanación o las amputaciones, también permiten extraer conclusiones sobre las prácticas médicas.


Etnología: Es posible estudiar ciertos grupos étnicos, en particular en el oeste de África, y estar tentado de sacar conclusiones sobre las prácticas médicas prehistóricas. Esta aproximación presenta muchas dificultades, como la diferencia de clima, y las grandes diferencias de prácticas entre etnias. De Laet previene: "Una similitud tecnológica no implica necesariamente instituciones sociales o religiosas".

Del estudio del tratamiento de la enfermedad en la Prehistoria se encarga la "Paleomedicina". Los científicos han observado comunidades de animales viviendo en un hábitat natural. De esta manera, estudian cómo enferma el animal y lo que hace para remediarlo, así han comprobado que el animal posee mecanismos de defensa empíricos ante la enfermedad, como, por ejemplo, lamerse una herida para su cicatrización, inmovilizar una extremidad fracturada para su unión, ingerir hierbas para purgarse, sumergir las heridas inflamadas en agua, etc..

Es posible que algunas de las primeras ideas relacionadas con el tratamiento médico y los cuidados se adquieran a través de la observación de los animales (origen prehumano).

PREHISTORIA


Se sabe que los homínidos datan desde hace más de 10 millones de años.

Pero desde el punto de vista "ortodoxo", la prehistoria la cuentan como el tiempo transcurrido entres los primeros homínidos, homo sapiens que se situa en torno a los 2.000.000-2.500.000 de años hasta la aparición del lenguaje escrito que se situa en el Oriente Próximo hacia 3.300 a.C.

La prehistoria se divide en: la Edad de Piedra (Paleolítico, Mesolítico, Neolítico), y la Edad de los Metales (Cobre, Bronce y Hierro),

Cronología de la Prehistoria

El paleolítico es el primer periodo de la existencia del ser humano en la Tierra. Los primeros homínidos descendientes los Australopithecus comenzaron a desarrollar las herramientas o armas para su defensa, palos o piedra. posteriormente la piedra con su larga evolución hasta llegar a la edad de los metales donde las herramientos comienza a tener una mayor sofisticación. El primer antepasado en construir herramientas fue el Homo habilis, que después seguiría el Homo Erectus, Hombre de Neandertal y el Homo Sapiens que es el primer ascendiente del hombre actual (Homo Sapiens Sapiens).

En España está el yacimiento de Atapuerca en la provincia de Burgos que es uno de los mejores del mundo, donde se han encontrado hallazgos arqueológicos, fosiles y piedras de cuatro especies distintas de homínidos con son el Homo sapiens de la Sima del Elefante, Homo antecessor, Homo heidelbergenss y otra familia de Homo sapiens.

Armas y puntas de flechas

Debemos situarnos es estas épocas e imaginarnos la vida tan dura de estos antepasados.

El estilo de vida basado en la caza y recolección de alimentos. Vida nómada, en la primera época viviendo en espacios naturales cuevas o grutas. Situaciones tremendamente adversas como el clima, la geografía, la lucha por la supervivencia, la caza, la defensa y las luchas tribales.

Estimaciones de la esperanza de vida media de los hombres prehistóricos

Es extremadamente difícil responder de forma satisfactoria a esta cuestión: tenemos un conocimiento muy parcial de las poblaciones prehistóricas y protohistóricas, basado en las condiciones de conservación así como en los ritos funerarios que variaban a lo largo del tiempo (sepultura, cremación, etc.) o de la eventual recopilación de datos (variación de los tratamientos post mortem en función del sexo, de la edad, de la clase social, etc.). Muchos estudios usan el análisis de esqueletos encontrados en un lugar y establecen estadísticas sobre la edad de la muerte y, por extrapolación, dan una esperanza de vida. La mayoría de estos estudios muestra que los esqueletos más representados son de personas de unos 15 años, y las mujeres se encuentran más representadas que los hombres.

Porcentaje de muertes

Antes de los 30 años/Antes de los 40 años

Neanderthal 80% 95%

Cromagnon 62% 88%

Mesolítico 86% 95%

A título de comparación, el 70% de los sinantropos moría a los 15 años.

Estudios del siglo XXI indican que la esperanza de vida de los sapiens y los neandertales eran similares durante su coexistencia.​

El aumento de la mortalidad en el Mesolítico se explica probablemente por la gregarización de la sociedad humana, que se sedentariza y ve aparecer la agricultura, asociada a un recalentamiento climático. Hay que comentar que la población creció considerablemente en este período. Por otra parte, se acepta que las epidemias hicieron desaparecer totalmente grupos humanos enteros. Muchos investigadores dan estimaciones de la densidad de población en el curso de la Prehistoria. El prehistoriador André Leroi-Gourhan, basándose en la cantidad de alimento disponible, estima este número en 30 personas por km² durante las fases glaciares. Al inicio del recalentamiento climático, este número aumenta considerablemente.

CONSIDERACIONES SOBRE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD

PATOLOGÍAS ENCONTRADAS EN LA EDAD DE PIEDRA


Marc Armand Ruffer (1859-1917), médico y arqueólogo británico, definió la paleopatología como la ciencia de las enfermedades que pueden ser demostradas en restos humanos de gran antigüedad.

Dentro de las patologías diagnosticadas en restos de seres humanos datados en el Neolítico se incluyen: anomalías congénitas (como la acondroplasia), enfermedades endocrinas (gigantismo, enanismo, acromegalia, gota), enfermedades degenerativas (artritis, espondilosis) e incluso algunos tumores (osteosarcomas), principalmente identificados sobre restos óseos. Entre los vestigios arqueológicos de los primeros Homo sapiens es raro encontrar individuos por encima de los cincuenta años por lo que son escasas las evidencias de enfermedades degenerativas o relacionadas con la edad. Abundan, en cambio, los hallazgos relacionados con enfermedades o procesos traumáticos, fruto de una vida al aire libre y en un entorno poco domesticado.


La etnología, por otra parte, extrapola los descubrimientos realizados en culturas y civilizaciones preindustriales que han conseguido sobrevivir hasta nuestros días para comprender o deducir los modelos culturales y conductuales de las primeras sociedades humanas.

  • En el Australopitheco, que vivió en el Paleolítico Inferior, hace 3 millones de años, se han identificado cuadros de enanismo, gigantismo, gota, asimetría pélvica, osteosarcomas, alteraciones dentarias, fracturas de extremidades y de cráneo, etc.


  • El hombre Pithecántropo, que vivió en el Paleolítico Inferior, hace un millón de años, se puede considerar, comparándola con la anterior, una especie más progresiva. Padeció lesiones producidas por combates, aunque también se han encontrado caries, tumores de mandíbula, etc. Se han observado trepanaciones curadas y cicatrizadas.


  • A la especie Pithecántropo le siguió el hombre Neandertal, que vivió en el Paleolítico Medio, hace 500.000 años. Por los conocimientos que se tienen, parece ser que este hombre de Neandertal es, tal vez, el primer homínido que se plantea las causas de las enfermedades no visibles, ya que comprendía que a las lesiones externas podía darles explicación porque eran resultado de la lucha contra la hostilidad del medio (condiciones meteorológicas extremas, agresiones de animales, heridas de combate, etc.). Se planteó una serie de preguntas sobre la enfermedad, como el porqué de las enfermedades internas


  • La revolución neolítica la inicia el hombre de Cro-Magnon, conociéndose este período por el cambio de vida. Ya en el Paleolítico Superior, inicia una nueva forma de, en la que surge la necesidad de asociarse y de vivir en comunidad en un lugar fijo hombre. Pasó de nómada a sedentario, se dedicó al pastoreo, domesticó animales, comenzó la agricultura, se instaló alrededor de donde existía agua, adoró a divinidades, creyó en la vida futura, etc.. Esta forma de vida, completamente distinta a la anterior, produjo una explosión de enfermedades, entre ellas las infectocontagiosas. El hombre de Cro-Magnon padeció tantas enfermedades como nosotros.


Origen de enfermedades más peligrosas en la antigüedad:

Una de las hipótesis más aceptadas sobre el surgimiento del Mycobacterium (el gérmen causante de esta enfermedad) propone que el antepasado común denominado "Marchaicum" ("bacteria libre"), habría dado origen a los modernos Mycobacterium, incluido el M. tuberculosis.

La mutación se habría dado en la edad de piedra, debido a que se han encontrado restos óseos infectados con tuberculosis en relación con la domesticación de bóvidos salvajes en África. Las primeras evidencias de tuberculosis en humanos se han encontrado en restos óseos del Neolítico, en un cementerio próximo a Heidelberg, supuestamente pertenecientes a un adulto joven, y datados en torno a 5000 años antes de nuestra era. También se han encontrado datos sugestivos de tuberculosis en momias egipcias datadas entre los años 3.000 y 2.400 a. C.

En este escenario existieron heridas, fracturas, contusiones, hematomas, luxaciones, dilaceraciones, hemorragias, etc.. que había que curarlas. En principio seria un experto mago o brujo, pero alguien le daría alguna solución al problema y serian con tratamiento manual o con herramientas. Seria el origen de la cirugía es decir la medicina que se realiza con el trabajo de las manos.

Para conocer la concepción que sobre la enfermedad tienen los pueblos primitivos podemos subdividirlos en dos grupos: los menos avanzados y los más avanzados.

En este sentido tenían actitudes distintas hacia los enfermos según la gravedad de la enfermedad.

El enfermo leve, cuyos problemas no lo incapacitaban para realizar las actividades comunitarias, continuaba vinculado al grupo y no era considerado enfermo. Sin embargo, el grave era el incapacitado para ser útil al grupo.

  • Las comunidades menos avanzadas sometían a los enfermos graves a una muerte social con el abandono comunitario.

  • Las más avanzadas los consideraban verdaderamente enfermos, no eran abandonados a su suerte y se les contemplaba como personas en las que se había introducido algo maléfico (enfermedad), por haber cometido una falta de tipo religioso, cívico, etc.. En este caso, la enfermedad era un castigo que enviaba el ofendido, que podía ser una divinidad, un muerto, un ser vivo, etc.. Igualmente, consideraban las epidemias y catástrofes naturales como un castigo colectivo, en este caso, el pecado o la ofensa era cometido por la comunidad. En general, el enfermo estaba muy mal amparado, ya que era una persona que tenía un maleficio y que las fuerzas sobrenaturales estaban actuando sobre él.

INICIO DE LA CIVILIZACIÓN


Se puede aseverar que el verdadero inicio de la "Civilización" lo marca el hecho de que el hombre prehistórico toma consciencia de la enfermedad y por consecuencia la muerte; y comienza a tener sentimientos con respecto a esos hechos.

Se concluye que el primer "hombre civilizado" surge cuando se inician rituales de entierro y sufrir la pérdida de un ser querido. Cuando comienza a tener "empatía" y "compasión", trasladar al herido hasta la comunidad, brindandole cuidados, agua y alimentos al enfermo, ofreciéndole los mínimos elementos de curación de que disponían.


En las sociedades sedentarias neolíticas, había un personaje que tenía la función de un líder espiritual, es decir, curaba a los heridos de caza apoyado por la influencia divina y ayudaba a la comunidad a manipular el ánima para la caza. Estos sanadores suelen ocupar una posición social privilegiada y en muchos casos se subespecializan para tratar diferentes enfermedades, como se evidenció entre los mexicas, entre los que podía encontrarse el médico chamán (ticitl) más versado en procedimientos mágicos, el teomiquetzan, experto sobre todo en heridas y traumatismos producidos en combate, o la tlamatlquiticitl, comadrona encargada del seguimiento de los embarazos. Por el contrario, las sociedades nómadas, recolectoras y cazadoras, no poseen la figura especializada del sanador y cualquier miembro del grupo puede ejercer esta función, de manera principalmente empírica. Solían considerar al enfermo como un "impuro", especialmente ante procesos patológicos incomprensibles, acudiendo a la explicación divina, como causa de los mismos.

El enfermo lo es porque ha transgredido algún tabú que ha irritado a alguna deidad, sufriendo por ello el "castigo" correspondiente, en forma de enfermedad.


Durante toda la Prehistoria, el cuidado de la salud y el mantenimiento de la vida recayó en la mujer y en el sanador.

  • La mujer cuidadora: El protagonismo de los cuidados fue adjudicado a las mujeres. Son ellas las que desempeñan en cada familia las prácticas encaminadas al mantenimiento de la vida, a través de elementos naturales como la higiene, el vestido, la alimentación y todos aquellos cuidados que favorecen el bienestar. La práctica de este tipo de cuidados se entremezclaba con actividades rituales para la protección, la promoción y la continuación de la vida. Los elementos empleados por la cuidadora formaban parte de la propia naturaleza. Para la higiene, el agua; para el abrigo, las pieles; para la alimentación, las plantas, y para transmitir bienestar, el contacto físico a través de la caricia.

  • El sanador: El hombre primitivo habitaba dos mundos, el conocido y el desconocido. El primero referido a todo lo que podía observar y entendía por qué sucedía, así comprendía las heridas producidas por agresiones. Cuando no encontró explicación a ciertos hechos, como ocurría al enfermar, buscó respuesta en elementos sobrenaturales, interpretándolos como fuerzas causantes de desastres y enfermedades. La incorporación de la creencia en espíritus influyó de forma decisiva en el cuidado de la salud. La figura central responsable de este cuidado es el sanador, conocido con distintos calificativos como chamán, hombre-medicina, curandero, brujo, etc,. Esta diferencia estaba determinada por una señal que recibía de la divinidad, siendo reconocido así como sanador. A veces, la diferencia se refería a una tara física (jorobado, tuerto, epiléptico, etc.). Estos poderes solían considerarse hereditarios, de padres a hijos, y una vez heredados se comenzaba la instrucción por parte del más viejo al nuevo chamán. Casi siempre, la función del curandero era exclusiva y él se mantenía alejado del poblado, por el respeto que infundía la posesión de poderes sobrenaturales. En ocasiones, el ser hechicero implicaba ostentar el cargo de jefe del clan. Era así como se entremezclaban los ritos mágicos, los conocimientos intuitivos y los cuidados domésticos.

MÉTODOS PARA TRATAR LA ENFERMEDAD


Las enfermedades no estaban tipificadas, sino que al considerar la enfermedad como un castigo se clasificaban según el tipo de delito cometido. Fundamentalmente, el diagnóstico se basaba en la falta cometida y el pronóstico dependía de la gravedad de la misma. Ambos, diagnóstico y pronóstico, se llevaban a cabo a través de la anamnesis, la observación y la adivinación. Una vez aclarada la causa del mal, se intentaba la curación a través de aplacar la ira del ofendido, utilizando para esto el empirismo y la magia.

Durante millones de años, se comportaron así hasta la llegada del hombre de Neandertal. Éste entierra a sus muertos y parece diferenciar ya entre las enfermedades accidentales y aquellas otras cuya causa permanece oculta y se les escapa (fiebre, dolor, inapetencia, locura) interpretándolo como algo de carácter mítico o mágico que compete al sacerdote. De esta manera asuma que si la enfermedad es originada por un poder desconocido, el remedio será contrarrestar, o exorcizar el poder maligno o la causa por la que ha sido castigado por los dioses.

Este pensamiento ha condicionado gran parte de la historia de la medicina y así la clase médica, que surgiría siglos después, concedió a la cirugía el quehacer sobre lo externo (accesible mediante actos manuales), otorgando al deber médico el conocimiento de lo interior (desconocido).

En algunos casos se ve una conexión entre ambas tendencias: métodos de cirujano en patología interna. El ejemplo típico es la trepanación como método de expulsión de espíritus malignos.

Formas de ahuyentar el mal

De la Edad de Piedra a la del Bronce y luego a la Edad del Hierro, la superstición se convirtió en el motivo principal de las trepanaciones. Los cráneos se horadaban a fin de obtener trozos circulares de hueso que servían de talismanes para protegerse de los malos espíritus.

Como conclusión podemos decir que cuando aparece el Homo Sapiens: El cirujano y el sacerdote llevaban ya miles de años sobre la tierra !!!.

El cirujano y el sacerdote siempre han estado íntimamente relacionados y se sintetiza con el "médico brujo". La magia y la religión formaban una unidad en la medicina del hombre primitivo. Esta circunstancia explica el poder ejercido por el brujo o hechicero, quien demostraba su sabiduría tratando al hombre en forma integral: física y espiritual.

Los métodos empíricos se basaban en la experiencia del uso de la farmacopea y la destreza para la cirugía y la fisioterapia.


  1. En la farmacopea usaron recursos de los tres reinos: vegetal, animal y mineral.

Las hierbas en forma de infusiones, instilaciones y cataplasmas. Utilizaron plantas como el curare, la coca, etc.

  • En cuanto a los minerales, utilizaban fundamentalmente el hierro molido.

  • Los recursos de tipo animal eran tan originales como la orina, el pelo, los dientes, etc., no habiéndose comprobado su eficacia.

  1. En lo que a la cirugía respecta, fueron hábiles en maniobras simples como la reducción de fracturas y luxaciones, abrían abscesos, entablillaban miembros, cerraban heridas y hacían trepanaciones. Igualmente se realizaban sangrías.

  2. Para la fisioterapia utilizaban masajes, calor y lavados con abundante agua con el fin de purificar el cuerpo impuro y liberar el mal espíritu.


Todos los métodos empíricos iban acompañados de una serie de ritos, sin los cuales pensaban que los primeros no eran eficaces. Estos ritos eran fundamentales, ya que la causa de la enfermedad era sobrenatural.

CIRUGIA PREHISTORICA


El concepto de cirugía se originó en la más remota antigüedad; su nombre, derivado del griego χειρουργία, habla además de su linaje mitológico. Según su etimología, el término significa “rama de la medicina que trata los padecimientos por medios manuales e instrumentales”, y comprende el tratamiento integral de los enfermos que se atienden con esta disciplina.

La cirugía es uno de los resultados del desarrollo del conocimiento humano; su evolución ha acompañado paso a paso los cambios sociales, económicos y culturales a lo largo del tiempo. Muchos de estos cambios se verifican ahora mismo, y se planean innovaciones insospechadas que habrán de surgir en el futuro.

Los historiadores se afanan por encontrar pruebas de actos quirúrgicos ejecutados en la Prehistoria y aunque se puede aprender mucho del estudio de los restos óseos, instrumentos y huellas del hombre primitivo, es difícil llegar a saber la actitud mental que tuvieron nuestros ancestros frente a los problemas de enfermedad y muerte.

Es indudable que el hombre inició su conocimiento empírico por el método de la prueba y el error. Los resultados comunicados por tradición oral produjeron un acervo que persiste como medicina popular hasta los días que corren. Algunos padecimientos, sobre todo los benignos y las consecuencias de los traumatismos, eran aceptados como inherentes a la existencia misma y fueron tratados empíricamente con herbolaria, remedios o por diversas medidas que hoy se conocen como "higiénicas", pero las enfermedades graves y las incapacitantes se colocaron en una categoría diferente: se consideraron de origen sobrenatural, relacionadas en su causa con el mal que se introducía al cuerpo de la víctima y que se debía extraer por diversos medios, también sobrenaturales.

Uno de estos métodos curiosos que el mundo contemporáneo discute como acto quirúrgico es la trepanación del cráneo. Se han encontrado indicios de esta práctica prehistórica en diversas partes de Europa y en Perú; incluso se afirma que todavía subsiste en algunas sociedades primitivas del continente africano y en Melanesia.

El primer procedimiento terapéutico de la historia fue quirúrgico e imitando a los animales: inmovilización de las fracturas, limpieza lingual de las heridas, cese de la hemorragia por compresión. Es decir, los homínidos se preocupaban esencialmente de las lesiones externas, visibles o accesibles.

Es la patología externa la que combate el cirujano-artesano.


Ahora, cuando hablamos de "lamer una herida" para favorecer su curación... ¿Qué hay de cierto?.

Comenzó como una simple imitación, al ver que los animales lastimados se lamían las heridas y luego veían que cicatrizaban más rápido. Y luego masticaban hierbas y yuyos sanadores, mezclándolo con la saliva y fabricaban una pasta (antecesor de la cataplasma) que aplicaban cubriendo las heridas.

Veamos algo más sobre los poderes sanadores de la saliva...

PODERES SANADORES DE LA SALIVA.doc

Las heridas se curaban desde tiempo prehistóricos con compresión, y con aplicación de hierbas, teniendo conocimiento en pueblos primitivos con hierbas, polvos, agua y diversas sustancias. Mucho mas tarde, los antiguos egipcios recomendaban la aplicación de carne cruda,

En America los pueblos primitivos utilizaron el plumón de aguilucho y la arena. En otros pueblos se llegaron a utilizar excrementos de animales.

Los prehistoriadores piensan que las amputaciones y la cauterización de las llagas son métodos corrientes en la prehistoria para curar las heridas de caza o de guerra.

En todo caso, las trepanaciones se realizan con seguridad a principios del neolítico en Europa occidental y en Asia. Sin duda, son sumamente difíciles de llevar a cabo en ausen­cia de instrumentos metálicos.

Sin embargo, la proporción de operados que sobreviven a la intervención (que se puede determinar mediante un análisis de las cicatrices en los restos craneanos) parece ser extremadamente elevada.

Esto denota un alto grado de habilidad manual por parte de los interventores, que rodeaban seguramente sus prácticas de ritos y misterios. Las trepanaciones se efectúan en esa época, esencialmente, para curar las heridas producidas con armas contundentes.

La otra patología frecuente fueron las fracturas de huesos imaginándose la vida de los pueblos de la Edad de Piedra. Se han encontrado huesos con fracturas curadas que indican que se usaba algún tipo de entablillado, bien con tabillilla, tallos o corteza de árbol. Tambien se utilizó arcilla y empastos con paja mezclada con claras de huevos.

Karl Jaeger ha realizado estudios sobre restos de huesos prehistóricos que sufrieron fracturas en vida y refiere que más de la mitad de los casos habían curado de una forma satisfactoria. Estos resultados no se superaron hasta principios del siglo XX.

Las dislocaciones y torceduras también han existido desde los tiempos remotos y se han tratado. Existía el médico/curandero/brujo/mago que mediante maniobras manuales restituía el hueso en la articulación.

También eran practicas antiguas la succión sobre todo en las picaduras de insectos, mordeduras de serpientes u otros animales.

La escarificación que puede considerarse como la predecesora de la sangría se ha practicado desde muy antiguo, raspando la zona de daño o dolor con una concha, piedra, en muchos sitios de pedernal y con espinas de pescados.

Las punciones se han practicado desde tiempos prehistóricos a veces para aliviar el dolor o salir el espíritu maligno realizada con una punta de palo, aguja de pescado o punta de piedra.

En el decenio de 1930, el Profesor Zolleki descubrió en los Montes Zagros (Irak) a nueve hombres de Neanderthal con una edad aproximada de 45.000 años, uno de ellos varón, amputado del brazo derecho.

Cuarenta mil años antes de Cristo aparecen pruebas arqueológicas que muestran agujas de hueso, empleadas para suturar heridas de gran magnitud, igualmente evidencia de fracturas tratadas mediante métodos primitivos ortopédicos e inclusive cadáveres con amputaciones quirúrgicas, cráneos trepanados con signos de regeneración ósea, como testimonio de delicadas intervenciones quirúrgicas.

TREPANACIÓN DEL CRÁNEO

¿CIRUGÍA EN LA PREHISTORIA?


En muchas ocasiones, la arqueología proporciona descubrimientos sorprendentes que nos acerca un poco a las civilizaciones antiguas y hace preguntarse qué se sabe realmente del pasado. De hecho hay descubrimientos que ponen en duda la más pura lógica. Uno de los descubrimientos más sorprendentes en la arqueología de campo puede ser la trepanación. La trepanación consiste en una operación en el cráneo de un individuo donde se le realiza unos orificios. En algunos yacimientos arqueológicos de época prehistórica, en torno a hace 12.000 años, han aparecido restos humanos con este tipo de operación. Una actividad que se realizaba con el individuo vivo.

Indicios de esta práctica prehistórica se han encontrado en diversas partes de Europa y en Perú. La arqueología destaca este hecho como uno de las primeras operaciones quirúrgicas de la Historia de la Humanidad. Pese a que contamos con estas evidencias arqueológicas, se desconoce con exactitud la razón por la que se realizaban estas operaciones durante la prehistoria.

Algunas teorías destacan que podían pretender liberar presión del cerebro provocada por algún golpe o fractura, para “curar” dolores de cabeza o para sanar epilepsias.

En 1865 un arqueólogo francés encontró mientras excavaba una tumba de época prehistórica, un cráneo con una perforación sobre la nuca. Al lado del cráneo encontró un trozo de hueso que encajaba perfectamente con el agujero de la nuca y además parecía que había sido pulido por uno de sus lados. Esto le hizo reflexionar y pensar que quizás podía tratarse de una especie de implante rudimentario para tapar el agujero pero era una idea casi imposible tratándose de un individuo de la Edad de Piedra.

Sin embargo, tras ser analizado, resultó que ese trozo de hueso no había sido pulido sino que se había regenerado de manera natural. Resultó que el hueso formaba parte del cráneo del propio individuo. Es decir, se le había cortado y se le había colocado nuevamente. Posteriormente, el trozo de hueso se regeneró en el cráneo del individuo para volver a cerrarse. Una conclusión tan sorprendente que fue ignorada por la comunidad científica.

Años más tarde, en 1960 Kathleen Kenyon, durante sus excavaciones en Próximo Oriente, descubrió un grupo de esqueletos del siglo VI a.C. con agujeros en sus cráneos que aparecían parcialmente cicatrizados. Ante tales evidencias, al final la arqueología aceptó estas evidencias como una de las operaciones quirúrgicas más antiguas pese a que no dejaba de ser sorprendente. Existen cráneos con evidentes signos de trepanación en la edad de piedra y restos óseos trepanados con un excelente nivel de conservación en los años 4.000 y 2.400 años por razones diversas.

Cráneo trepanado del Período Neolítico que se encuentra en el Copenhagen National Museum de Dinamarca.

Ephraim Squier (diplomático y antropólogo estadounidense) realizó un descubrimiento sorprendente mientras buscaba restos del hombre prehistórico en las montañas de Perú. Squier encontró el cráneo de un hombre de la Edad de Piedra al que aparentemente se le había practicado una operación quirúrgica. El cráneo presentaba dos finos surcos paralelos realizados con enorme precisión. Los surcos se intersectaban con otros dos, como las líneas del "ta te ti", y el hueso del cuadrado central había sido extraído limpiamente para dejar al descubierto el cerebro del paciente.

Instrumental quirúrgico de Sílex

El descubrimiento de Squier, realizado hacia 1860, confirmaba lo que ya se sospechaba desde el siglo XVII: que el hombre primitivo practicaba la trepanación (acción de horadar el cráneo con fines curativos o diagnósticos) hace unos 12.000 años. Entre los instrumentos de aquellos cirujanos había sierras de sílex, cuchillos de piedra y puntas de pedernal afianzadas en un palo para hacer agujeros; se enrollaba una cuerda de arco alrededor del palo, y este giraba al mover el arco hacia adelante y hacia atrás.

Los instrumentales mas usados son: de corte (cuchillos, sierras, tumis, etc.); o de percusión (escoplos, martillos o perforadores).

Tras su descubrimiento, Squier envió el cráneo peruano a un cirujano y antropólogo francés de fama internacional, el doctor Paul Broca, quien declaró que la trepanación se había practicado mientras el paciente estaba vivo.

Folke Henschen, médico e historiador sueco, afirma que en las orillas del rio Dnieper unos cráneos con trepanación oval de 18 mm que los data en el Mesolítico, en la Edad de Piedra Media es decir hace unos 12.000 años. En las excavaciones de Vasilyevica se han encontrados otros craneso con antiguedad de 8.000 a 7.000 años y en Alsacion el cráneo de Ensin con dos defedctos parcialmente cicatrizados tienen una cronografia de 5.100 años. En el Museo Natual e Lausanne tienen un cráneo del Neolítico, 3500 a. C. trepanado posiblemente con un cuchillo de sílex y que se cree que el paciente sobrevivió.

La indicación de la trepanación la mayoría de las veces por un sentido de creencia religiosa para expulsar los espíritus malignos y algunos otros casos por dolor.

Lo más curioso de este tipo de operaciones en la prehistoria es que algunas personas que se sometían a esta operación sobrevivían. Se han encontrado muchos cráneos con estos agujeros a medio cicatrizar. El cuerpo humano regenera el hueso o la herida de manera natural, pero esto sólo puede ser posible con el ser humano vivo ya que si está muerto, las células no se regeneran. Existen numerosos casos de trepanación con datos evidentes que tenían tejido calloso en los bordes, lo que demuestra que los pacientes sobrevivieron a la operación y los bordes tienen una forma uniforme y regular bien en forma circular u ovalada y también en pequeños formas cuadrangulares y triangulares. Se han encontrados cráneos trepanados en Dinamarca, Suecia, Polonia, Francia, España, Inglaterra y en America del Sur.


No hay muchas evidencias del material que utilizaban. En época prehistórica, en las fechas más antiguas debieron usar, como no podía ser de otra manera, material lítico. El tesoro arqueológico que representa Pompeya ha dejado una gran variedad de instrumental quirúrgico con todo tipo de cuchillas, fórceps, y tenazas de muy variada utilidad. Lo que resulta llamativo son unos trozos de metal que servirían para tapar la herida abierta a modo de implantes.

A medida que fueron saliendo a la superficie otros cráneos de la Edad de Piedra en Francia, Polonia, Portugal, Alaska y Perú durante los 20 años siguientes, se hizo evidente que la técnica de la trepanación había sido utilizada por distintas sociedades de la Edad de Piedra en varios continentes.

En cuanto a las trepanaciones hechas en vivo, Le Double propone dos tipos:

  • Las trepanaciones con fines quirúrgicos: Concierne a los casos de osteítis y de necrosis de los huesos del cráneo, de hernias del encéfalo, en los casos de concusión del cráneo (para quitar los fragmentos de huesos) e hidrocefalia.

  • Las trepanaciones con fines médicos: Abarcan los casos de epilepsia, histeria, delirios, convulsiones y locura (en particular sobre los niños, precisa Broca).

El hecho de que esta operación se practicaba en el mundo antiguo desde hace milenios era bien conocido, pero el hallazgo permitió a Kurin y su equipo sacar varias conclusiones interesantes que publicaron en la revista "American Journal of Physical Antropology".

En concreto, Kurin y sus colegas piensan que esta operación, que pudo aparecer en la zona andina cerca de los años 200-600 d.C., vio un gran desarrollo cerca del año 1.000. Los investigadores creen que ello se debió a la caída de la civilización preincaica Huari. La destrucción del imperio provocó desestabilización y conflictos armados, y el aumento de lesiones y enfermedades provocó que la gente buscara medidas para curarlas.

América. Trepanaciones en la cultura Paracas


Paracas fue una importante civilización precolombina del Antiguo Perú, entre los años 700 a.C y 200 d.C. Situada al sur del Perú cercana a la costa.

Ha sido estudiada por el arqueólogo peruano Julio C. Tello que tiene estudiado y recogido numerosos cráneos con trepanaciones de esta cultura.

La trepanación prehistórica en la Península Ibérica

Las primeras trepanaciones prehistóricas en España fueron descubiertas a finales del siglo XIX aunque son casos dudosos. No es hasta la segunda década del siglo XX cuando se exhuman en varios yacimientos arqueológicos cráneos trepanados. En la actualidad su número oscila alrededor de los 80-90 casos. Las Islas Baleares son las que tienen un mayor contingente, seguidas por las regiones mediterráneas de la Península. Las técnicas empleadas, en orden de mayor a menor incidencia, son: el barrenado (44%), la abrasión (31%) y la incisión (11%). Teniendo en cuenta su localización, el 56% están en el lado izquierdo, 21% en el derecho y el resto en la línea media.

La trepanación prehistórica en la Península Ibérica

Amputaciones de los dedos

Muchas representaciones en positivo o negativo de manos a las que les faltan dedos están presentes en las pinturas parietales gravetienses (especialmente en las grutas de Gargas, de Pech Merle o de Cosquer). El significado de estas amputaciones no está consensuado y, en la actualidad, la mayoría de investigadores priviliegia un significado simbólico, ya que diversas imágenes se obtuvieron doblando uno o más dedos. Hay que señalar por tanto que podría tratarse de amputaciones de carácter médico, para tratar un panadizo u otra infección digital, por ejemplo. Esta posibilidad de acto médico se ve apoyada por el hecho de que el pulgar está estadísticamente tan amputado como los otros dedos, y que ninguna mutilación ritual implica el pulgar (piénsese en las amputaciones observadas entre los yakuzas, mafiosos japoneses, por ejemplo). No obstante, la pérdida de estos dedos podría ser espontánea y debida a la gangrena o a la mordedura del frío en periodo glacial.

Un índice de éxitos considerables


Los cirujanos operaban a hombres, mujeres y niños no solo en caso de heridas en la cabeza, sino también para curar los ataques de nervios, la epilepsia, los dolores de cabeza, la depresión, los trastornos mentales e incluso el letargo. Se creía que todos esos síntomas eran producidos por malos espíritus que estaban dentro de la cabeza, por lo que era necesario perforar el cráneo para que salieran al exterior. En el neolítico aparece la primera analgesia quirúrgica (bebidas fermentadas). Los analgésicos primitivos, como las hojas de coca, contribuían a aliviar el dolor.