Electrocardiografía

ELECTROCARDIOGRAFÍA

Uno de los instrumentos de exploración no invasora desarrollados a principios de este siglo que más beneficios ha traído a los médicos y a los pacientes es el electrocardiógrafo, un galvanómetro de cuerda diseñado en 1903 por Willem Einthoven (1860-1927), quien estudió en Utrecht y se graduó en 1885; ese año fue nombrado profesor de fisiología en Leyden, donde permaneció toda su vida. Desde mediados del siglo XIX se sabía que, al contraerse, el corazón aislado de la rana producía una corriente eléctrica, y en 1887 Augustus Waller (1856-1922) demostró que el corazón humano generaba una corriente semejante y que podía medirse colocando electrodos en la superficie del cuerpo. El galvanómetro de Einthoven redujo la inercia y la periodicidad del trazo eléctrico al mínimo y permitió registros muy precisos de la actividad eléctrica; entre los primeros resultados de la electrocardiografía se cuenta el análisis de los distintos tipos de arritmias cardiacas, realizados entre otros por Thomas Lewis (1881-1945) y publicados en 1911 en su libro Mechanism and Graphic Registration of the Heart Beat. Pero la utilidad del método pronto se extendió al estudio de muchos otros aspectos de la cardiología, de modo que hoy es parte indispensable del examen de muchos pacientes (Villabon, 2014).

El electrocardiograma es un registro gráfico que anota los potenciales eléctricos producidos en asociación con el latido cardíaco. El músculo del corazón es el único entre los músculos del cuerpo que es capaz de contraerse en forma automática y rítmica. Los impulsos que preceden a la contracción se originan en el sistema conductor del corazón. Estos impulsos se traducen en una excitación de todas las fibras musculares del miocardio. La formación de impulsos y su conducción producen corrientes eléctricas débiles que se difunden por todo el cuerpo. Si se colocan electrodos en sitios diferentes del cuerpo y se conectan a un electrocardiógrafo se obtiene el electrocardiograma.

Las señales bioeléctricas generadas por el cuerpo contienen información relevante sobre los sistemas biológicos subyacentes. La señal Electrocardiográfica (ECG) es un registro de la actividad eléctrica cardíaca, en función del tiempo. Vamos a conocer acerca del potencial de acción cardíaco y las diferentes utilidades de la información de la ECG. También vamos a ver las principales conexiones o derivaciones que se pueden dar en el cuerpo humano y sus filtrados de baja y alta frecuencia.

Mucho han evolucionado los electrocardiógrafos desde que Haller y Einthoven registraran a finales del siglo XIX los primeros electrocardiogramas. Actualmente son pequeños, portátiles, autónomos, automáticos, con múltiples configuraciones de registro, capacidad de interpretación, memoria, etc. Las señales recogidas por los electrodos exploradores se transmiten al electrocardiógrafo donde se amplifican y se inscriben en forma de ondas positivas y negativas sobre un papel que se desplaza a una velocidad determinada.

Desde hace muchos años se sabía que la actividad cardíaca estaba relacionada con una corriente eléctrica mensurable. En 1887, Ludwig y Waller, utilizando el electroscopio capilar fueron capaces de registrar esta fuerza electromotriz desde la región precordial. Posteriormente, el descubrimiento del galvanómetro de cuerda en 1903, por Guillermo Einthoven, permitió la obtención del electrocardiograma (ECG). El galvanómetro de cuerda está constituido por un poderoso electroimán entre cuyos polos se encuentra suspendida una fina cuerda de cuarzo, revestida con platino, plata u oro, con el fin de permitir la conducción de una corriente eléctrica. Se denomina campo magnético a un campo de fuerza constante originado por un electroimán, en el que la fuerza siempre se dirige desde el polo norte del electroimán hacia el polo sur (Ver Fig. 1). La corriente que se origina en el corazón se puede conectar, a través de electrodos de superficie, a la cuerda del galvanómetro con lo cual se crea otro campo de fuerza magnética. Esta fuerza se orienta alrededor del eje longitudinal de la cuerda y sigue una dirección a favor o en contra de las agujas del reloj (vista desde el extremo inferior de la cuerda), de acuerdo a la dirección del flujo de la corriente en dicha cuerda. El campo de fuerza que rodea a la cuerda es un campo magnético de fuerza variable y los movimientos de la cuerda dependerán de las relaciones recíprocas que existan entre este campo y el originado por el electroimán El electrocardiograma es un registro que refleja la actividad eléctrica del corazón, realizado con la ayuda de un aparato conocido con el nombre de electrocardiógrafo. El electrocardiógrafo es un dispositivo diseñado para mostrar la dirección y magnitud de las corrientes eléctricas producidas por el corazón . Debido a que la corriente fluye en múltiples direcciones del músculo cardíaco, este aparato obtiene la resultante de todos los vectores que se generan en un momento dado mediante el uso de electrodos (contactos eléctricos) colocados en diferentes partes del cuerpo sobre la piel. El electrodo sobre la piel está conectado a otro electrodo a través del electrocardiógrafo, mediante un galvanómetro se mide la corriente que pasa por el aparato y se transmite directamente al inscriptor (estilo) para registrar las ondas y complejos que reciben en conjunto el nombre de Electrocardiograma de Superficie.

GENERACIÓN DE LA SEÑAL

La naturaleza eléctrica de las señales que maneja el corazón para coordinar sus movimientos permite estudiar su comportamiento midiendo estas diferencias de potencial. Estos voltajes pueden registrarse desde distintos puntos de la superficie del cuerpo. Los electrocardiogramas son registros gráficos de las corrientes que circulan en el corazón. Éstos son útiles por que proveen información acerca de: orientación anatómica del corazón, tamaño relativo de las cámaras, trastornos del ritmo y de la conducción, existencia y evolución de isquemias, y alteración de los electrolitos.

El paso del potencial de acción a través de las células cardiacas genera formas de onda, las cuales, sumadas entre sí, generan una gráfica electrocardiográfica. La ilustración muestra los potenciales de acción de cada región del corazón.

ERGOMETRÍA

La "ergometría", también llamada prueba de esfuerzo, es la prueba diagnóstica que consiste en realizar un registro del electrocardiograma durante un esfuerzo controlado.

Es una técnica diagnóstica fundamental que se utiliza principalmente para:

  • La detección de la angina de pecho en pacientes con dolor torácico.

  • Valorar la respuesta del corazón ante el ejercicio (en investigación y en Deportología. La deportología o más conocida como medicina deportiva es la especialidad que reúne la asistencia al deportista en el campo competitivo, entrenamiento, valoración morfológica o fisiológica y las capacidades de los individuos al realizar cualquier actividad física de alto rendimiento.

La prueba de esfuerzo, también conocida como ergometría, consiste en un examen de la resistencia física a través de diversos ejercicios que sirven para valorar el pronóstico de una enfermedad cardiaca en estudio o ya diagnosticada. Consiste en que el paciente corra generalmente sobre un tapiz o cinta rodante, aunque también puede usarse una bicicleta estática.

La ergometría dura unos 10-30 minutos. El único tiempo extra sería la preparación y la recogida después de la prueba, que en cualquier caso supondrían menos de una hora.

Fundamentos

La mayor parte de las ergometrías habitualmente se realizan con fines diagnósticos y/o pronósticos en pacientes adultos con cardiopatía isquémica en estudio o ya diagnosticada previamente.

El fundamento del uso de las pruebas de esfuerzo en la cardiopatía isquémica es la capacidad de poner en evidencia alteraciones cardiovasculares no presentes en reposo y que pueden manifestarse con el ejercicio. Actualmente la prueba de esfuerzo tiene sus indicaciones para diferentes situaciones clínicas. Además de la valoración diagnóstica, la ergometría convencional nos permite realizar una estimación pronóstica, funcional y terapéutica del paciente isquémico.

Gracias a la ergometría podemos conocer alteraciones cardiovasculares que no se manifiestan cuando el paciente está en reposo, algo clave para detectar determinadas patologías que pueden pasarse por alto con otras pruebas como el electrocardiagrama. Por eso se ha convertido en una técnica esencial para descartar o confirmar el diagnóstico de angina de pecho en pacientes con dolor torácico: aunque haya una obstrucción en una arteria, es posible que exista un flujo normal de sangre al corazón si estamos en reposo, lo que probablemente dará como resultado un electrocardiograma normal. Sin embargo, al realizar un esfuerzo como correr aumenta el trabajo del corazón y, con él, la necesidad de aporte de sangre. Si existe una obstrucción coronaria, se producirá un déficit de riego sanguíneo que provocará la aparición de angina de pecho o alteraciones en el electrocardiograma. De esa forma, la ergometría permite reproducir la angina de una forma controlada para poder diagnosticarla. Y se estudia así mismo la presencia o no de arritmias que aparecen con el esfuerzo. A estas circunstancias hay que añadir el hecho de que cada vez el abanico de patologías cardíacas en las que se realiza una ergometría es mayor (insuficiencia cardíaca congestiva avanzada, hipertensión, trastornos del ritmo, cardiopatías congénitas, etc.), incluso en poblaciones de sujetos sanos (pacientes asintomáticos, atletas, discapacitados, etc.).

HOLTER

El Holter es un dispositivo electrónico de pequeño tamaño que registra y almacena el electrocardiograma del paciente durante al menos 24 horas de forma ambulatoria (en el domicilio, sin necesidad de llevarlo a cabo en el hospital). Suele emplearse en pacientes con sospecha de arritmia cardíaca o para diagnosticar una isquemia (falta de riego sanguíneo) del músculo cardíaco. En esencia, la técnica de Holter consiste en un sistema capaz de registrar el ECG del individuo en movimiento, para su posterior visualización y análisis. Para ello se requiere disponer de un sistema de electrodos, una grabadora y un electrocardioanalizador, que constituyen el equipo básico de Holter.

Holter: el nombre del procedimiento no son siglas. Es el nombre propio del médico que inventó este procedimiento.

Al paciente se le colocan en el tórax varios electrodos conectados a un Holter del tamaño de un teléfono móvil, que funciona con baterías o pilas. Tiene una banda de sujeción que se lleva sobre el hombro o alrededor de la cintura. Transcurrido el tiempo de registro de la actividad eléctrica del corazón (normalmente 24-48 horas), el dispositivo se conecta a un ordenador donde se descargan todos los datos recogidos, se procesan y se obtiene información muy útil sobre la frecuencia cardíaca y las posibles alteraciones del ritmo (arritmias).

Cuando los síntomas son poco frecuentes, el Holter convencional tiene una eficacia limitada, ya que el periodo de registro puede no coincidir con el momento en que se manifieste ese síntoma concreto. En estos casos se utiliza un Holter implantable subcutáneo, de tamaño más pequeño y que se coloca bajo la piel mediante anestesia local. Tiene dos placas en su superficie que actúan a modo de electrodos, registrando así una derivación del electrocardiograma y almacenando de forma continua la actividad eléctrica del corazón en una memoria. Al paciente se le proporciona un activador externo o pulsador (enseñándole previamente cómo debe usarlo) que tendrá que activar o pulsar en el caso de presentar síntomas (como palpitaciones, latidos irregulares, mareo, dolor en el pecho, etc.); en ese momento se graba la información del electrocardiograma para que cuando el paciente acuda a la visita con el cardiólogo este pueda recoger la información del dispositivo. De esta manera lo que se consigue es que se pueda establecer una relación entre los síntomas que presenta el paciente y las alteraciones que puedan aparecer en el electrocardiograma durante esos episodios, sabiendo si la causa de los síntomas son arritmias y, en caso de que las haya, tratarlas convenientemente. La duración del holter implantable es de aproximadamente 12 meses, con la posibilidad de realizar hasta 400 activaciones (pulsaciones del botón).

MONITOREO AMBULATORIO PRESIÓN ARTERIAL (M.A.P.A.)

El MAPA (monitoreo ambulatorio de la presión arterial), también llamado holter de tensión arterial, es un método técnico no invasivo que pretende obtener una medición de la presión arterial durante un período de tiempo determinado, generalmente 24 horas, de tal forma que los datos de tensión arterial recogidos puedan ser posteriormente analizados por su médico.

La Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA) es un método preciso, no invasivo por el que se pueden obtener múltiples mediciones de la presión arterial de un sujeto en un periodo dado y con un mínimo de intervención en las actividades diaria del paciente.

La presión arterial, es uno de los factores de riesgo más importantes de las enfermedades cardiovasculares; por ello, este método es importante tanto para el diagnóstico como para el control de la misma.

Permite conocer los valores de la presión sanguínea, la definición de los promedios de las variaciones circadianas, sus cambios diurnos, la localización de períodos de aparición más frecuente de valores altos de la presión arterial y contribuye al diagnóstico del “fenómeno de la bata blanca”.