Cirugía en la Edad Contemporánea

EDAD CONTEMPORÁNEA

La "Edad Contemporánea" es el período comprendido entre el inicio de la Revolución Francesa en 1789, hasta nuestros días. Sin embargo, yo hago un distingo. Creo que el límite debería ser el año 2000, ya que este nuevo milenio con tecnología de punta, ha marcado un antes y un después en la cirugía. El Cirujano además de ser hábil e inteligente, debe tener alta preparación tecnológica.

CIRUGÍA EN LA EDAD CONTEMPORÁNEA

Los comienzos de edad contemporánea no fueron fáciles.

Mientras la medicina clínica aún utilizaba métodos un poco discutibles para el tratamiento de las enfermedades, la cirugía o clínica quirúrgica fue aceptando los nuevos conceptos y conocimientos. Unificó la anatomía, la fisiología, la semiología, y creando un amplio repertorio quirúrgico con vías de abordaje, diferentes técnicas para cada enfermedad, e implementó los conceptos de estrategia y táctica quirúrgica.

La clínica médica aún utilizaba métodos no muy científicos para tratar las cefaleas (ver imagen). Cuando desde América se trajo el tabaco a Europa algunos médicos comenzaron a darle un uso terapéutico. La técnica consistía en insertar un aparato por el recto a fin de insuflar el humo del tabaco por todas las entrañas. De esta forma se intentaba reanimar pacientes ahogados, se utilizaba para paliar dolores de estómago y para tratar insuficiencias respiratorias. Sin embargo, en 1811, Benjamin Brodie, un científico inglés, investigó su efecto en animales y determinó que la nicotina del tabaco se convertía en un potente veneno dentro del organismo.

Lo que se conoce como medicina moderna tiene raíces muy antiguas en la historia, que se han intentado resumir en las páginas anteriores. Pero es a partir de la segunda mitad del siglo XIX en que la medicina científica se establece en forma definitiva como la corriente principal del conocimiento y la práctica médica.

Naturalmente, muchas otras medicinas continuaron ejerciéndose, aunque cada vez más marginadas conforme la cultura occidental avanzaba y se extendía. El surgimiento de Alemania como una nación unificada bajo la férrea dirección de Bismarck se acompañó de un gran desarrollo de la medicina, que la llevó a transformarse en uno de los principales centros médicos de Europa y que no declinó sino hasta la primera Guerra Mundial (Barba, 2004).

Así como en el siglo XVIII y en la primera mitad del XIX los estudiantes iban a París, después de 1848 empezaron a viajar cada vez más a las universidades alemanas y en especial a Berlín. Varias de las más grandes figuras de la medicina de la segunda mitad del siglo XIX trabajaban y enseñaban en Alemania, como Virchow, Koch, Helmholz, Liebig, Von Behring, Röntgen, Ehrlich y muchos más. Varias de las teorías más fecundas y de los descubrimientos más importantes para el progreso de la medicina científica se formularon y se hicieron en esa época, muchos de ellos en Alemania. Sin embargo, después de la primera Guerra Mundial, pero especialmente después de la segunda Guerra Mundial, Europa quedó tan devastada que el centro de la medicina científica se mudó a los países aliados, y en especial a los Estados Unidos (Barba, 2004).

Hubo siglos que podemos denominar “la oscuridad de los tiempos pretéritos”: noche de ignorancia y sufrimiento hasta llegar al:

  • Siglo XIX: “El Siglo de los cirujanos” cuando los grandes maestros europeos la hacen ciencia: Lister, Billroth, Kocher, Mikulicz, Sauerbruch, Mc.Kenzie, Bassini y Norteamérica la desarrolla: McDowell, Halsted, Fitz, Mc Burney, Murphy, Hermanos Mayo. Triunfo sobre sus tres enemigos: la hemorragia, el dolor, la infección. Primera anestesia general: Hospital General de Massachusets: Morton y Warren.

  • Siglos XX y XXI: “El Triunfo definitivo de la cirugía”: estudios anatómicos, fisiológicos y patológicos en profundidad. Técnica quirúrgica depurada. Tecnología de vanguardia: abordaje de todos los sistemas y aparatos, máquina corazónpulmón, trasplantes, corazón artificial, cirugía laparoscópica y robótica.

Se hablará de cirujanos, de médicos, y de otras personas que no siendo cirujanos, ni médicos, pero ligados a otras ramas del conocimiento impulsaron en forma importante su evolución. En los comienzos del siglo XIX la cirugía mejoró notablemente sus resultados con los primeros criterios de la antisepsia por parte de Pasteur, Semmenweis y Lister. Es en este siglo XIX, llamado el Siglo de los Cirujanos donde comienza el despertar propiamente dicho de la cirugía como ciencia, y es cuando ocurre la llamada revolución de la cirugía. Es el período donde se vencen los tres grandes enemigos de la ciencia que nos ocupa: el dolor, la hemorragia y la infección. Esta última tiene que esperar al primer tercio del siguiente siglo para ser dominada en forma completa, cuando hacen su aparición los antibióticos. Desde mediados del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX continúa su gran avance, desarrollándose en forma sorprendente, y finalmente desde mediados del siglo XX hasta estos primeros años del siglo XXI, cuando la técnica en todas sus manifestaciones la catapulta en el futuro.

Astley Paston Cooper

Fue un cirujano y anatomista inglés que realizó contribuciones históricas a la otología, la cirugía vascular, la anatomía y la patología de las glándulas mamarias y los testículos, y la patología y la cirugía de la hernia.

Primer Baronet FRS, Cooper nació en Brooke Hall en Brooke, Norfolk el 23 de agosto de 1768. A la edad de dieciséis años fue enviado a Londres y colocado bajo la tutela del cirujano Henry Cline (1750-1827) en el St Thomas' Hospital. Desde el principio se dedicó al estudio de la anatomía y tuvo el privilegio de asistir a las conferencias de John Hunter. En 1789 fue designado como un demostrador de anatomía y en 1791 se convirtió en conferenciante conjunto con Cline en anatomía y cirugía. En 1800 fue nombrado cirujano del Guy's Hospital en la muerte de su tío, William Cooper.

En 1802 recibió la Medalla Copley y nombrado miembro de la Royal Society de Londres por dos documentos sobre la destrucción de la membrana timpánica. En 1805 tomó parte activa en la formación de la Sociedad Médica y Quirúrgica de Londres. Entre 1804 y 1807 publicó los dos tomos de su gran obra sobre hernias. En el mismo año fue nombrado profesor de anatomía comparativa.

En 1817 realizó su famosa operación de atar la aorta abdominal para el aneurisma; Y en 1820 sacó un quiste sebáceo infectado de la cabeza de George IV, y recibió el título del baronet, que, como él no tenía hijo, debía descender a su sobrino e hijo adoptivo. Posteriormente fue nombrado sargento cirujano de George IV, William IV y la reina Victoria. Se desempeñó como presidente del Royal College of Surgeons en 1827. En 1821 fue elegido miembro extranjero de la Real Academia Sueca de Ciencias. Murió el 12 de febrero de 1841 en Londres, y una estatua de Edward Hodges Baily fue erigida en la Catedral de San Pablo.

La mayor contribución de Sir Astley ha sido probablemente en el campo de la cirugía vascular, particularmente en la circulación cerebral. Fue el primero en demostrar experimentalmente los efectos de la ligadura bilateral de las arterias carótidas en perros y proponer el tratamiento de los aneurismas por ligación del vaso.


A él, se le adjudica la siguiente frase popular inglesa:

Astley Paston Cooper

“Los atributos requeridos para ser cirujano son ojos de águila, corazón de león y manos de mujer".

Astley Paston Cooper

El trabajo quirúrgico exige una intensa, prolongada y constante concentración visual y mental capaz de ser continuada durante muchas horas y por espacios de largos periodos de tiempo.

Lo de "corazón de león" se relacionaba con la era preanestésica en la que el arrojo y la velocidad eran las cualidades más apreciadas en el cirujano. Además aconsejaba no escoger esta profesión si se carecía del denominado por él: “temperamento quirúrgico”. Él lo describía como: una tendencia a una mayor autoestima, al autoritarismo, una menor acomodación frente a la ambigüedad o la incertidumbre, asociada a un talante propicio a la toma de decisiones en las situaciones de riesgo, así como una superior capacidad para resistir el estrés que el acto quirúrgico provoca; estos son rasgos que comparten la mayoría de los estudiantes de medicina que eligen la cirugía como profesión.

La pasión y la fuerza asociadas al uso delicado y perspicaz de las manos con una visión inteligente e imaginativa son las armas de un verdadero cirujano. Parecidos conceptos tenía el cirujano colombiano, el Dr. José Félix Patiño, en su libro: "Lecciones de Cirugía".

La Cirugía se ejerce “con la mente, con el corazón y con las manos”

Con la mente, porque es un proceso intelectual inductivo (que parte del conocimiento de hechos para establecer proposiciones generales) y también deductivo (que parte de hechos generales reconocidos, para definir principios fundamentales).

Con el corazón, porque conlleva un propósito humanitario y una actitud de compasión, respeto y amor.

Con las manos, porque la cirugía desde Hipócrates, es la terapia que se ejecuta mediante procedimientos manuales y con el uso de instrumentos. Como tal, es un arte, porque en la expresión del ejecutor sólo cabe la perfección.

A lo que yo agregaría el concepto del Dr. Enrique Finochietto (1881-1948) sobre:

El cirujano que cumple con su deber, es aquel que cumple mas allá de sus obligaciones”.

Enrique Finochietto

Ephraim Mc Dowell (1771-1830)

Comienzos del siglo XIX en la ciudad rural de Kentucky, en el estado de Danville fue el escenario de un hecho trascendental, un hito en la historia de la cirugía

Ephraim Mc Dowell fue el responsable de la realización de la primera laparotomía en América. Existía en Norteamérica una patología que afectaba a las mujeres por encima de los 35-40 años que consistía en el desarrollo de un tumor quístico de un ovario con un gran crecimiento. Aunque de naturaleza histológica benigna, debido a sus grandes dimensiones, ocasionaba un cuadro de asfixia por compresión de los pulmones a través del diafragma. Esta enfermedad había ocasionado la muerte de varias mujeres. El Dr. Mc Dowell fue llamado a consulta por el esposo de una de las afectadas, Jane Crawford. Después de examinarla le hizo el diagnóstico de quiste gigante de ovario. Ya la paciente sufría cuadros de asfixia parcial y tenía cocimiento de otras mujeres con el mismo cuadro y con muerte de algunas de ellas. Mc Dowell le expuso los hechos y la paciente aceptó la intervención.

El procedimiento quirúrgico se llevó a cabo el comedor de la casa del cirujano, el 25 de diciembre de 1809. Lo ayudó otro cirujano, asistente del Dr. Mc Dowell, un estudiante de medicina y una enfermera, su esposa. Los vecinos de la zona estaban reunidos en la parte exterior de la casa y el Sheriff, portavoz de los anteriores le había informado a Mc Dowell que si la paciente moría sería linchado. La anestesia consistió en la administración de opio y el canto de salmos de la biblia, pues la paciente era una ferviente cuáquera y los cuales entonó durante la duración del acto operatorio. El quiste de ovario fue extirpado en su totalidad aunque por partes, pesó 21 libras y la recuperación de la paciente fue satisfactoria. Posteriormente el Dr. Mc Dowell fue requerido por otras trece pacientes con igual patología, interviniéndolas, con un solo desenlace fatal. Más luego fue nombrado Miembro Honorario de la Universidad de Maryland.

Ephraim Mc Dowell

Luis Pasteur (1822 - 1895)

Fue un químico francés, quien echó por tierra la teoría de la generación espontánea, imperante para esa época. Por otra parte se le considera el padre de la bacteriología con sus estudios sobre la fermentación de los vinos, el hablar de microorganismos que vivían necesitando el oxígeno del aire y otros que no necesitaban del mismo. Creador de la “pasteurización de la leche” sometiéndola a altas y bajas temperaturas, alternadamente, logrando reducir la carga bacteriana presente y siendo por tanto uno de los iniciadores del criterio de la antisepsia. Además fue el descubridor de lo que llamó el “Veneno de la Rabia,” que posteriormente se comprobó que se trataba del virus de la misma. Fue el creador del suero antirrábico usándolo por primera vez y en forma exitosa en un niño. Me explayaré más sobre él cuando trate el tema de la "lucha contra las infecciones".

Luis Pasteur

Ignaz Philipp Semmelveis (1818-1865).

Nació en Ofen, Hungría. Realizó sus estudios médicos en Alemania dedicándose a la obstetricia donde se destacó en forma importante. Había sido alumno destacado de Karl Rokitansky. Fue primer ayudante de Clínica Obstétrica en el Hospital General de Viena donde más luego llegó a ser Jefe del Departamento de Obstetricia. Para la época existía una entidad nosológica mal conocida que causaba gran mortalidad en las maternidades de los hospitales.

La llamada Fiebre Puerperal definida como: “especie de enfermedad epidémica que ronda principalmente los hospitales, causada por:

1) ciertos cambios atmosféricos,

2) miasmas del aire del hospital,

3) la leche en descomposición de las parturientas”.


Como observamos en la definición, se trataba de algo mágico, misterioso, sin criterios científicos. En el hospital arriba mencionado en el servicio de obstetricia había dos secciones de atención de las parturientas: una Sección A, cuyo jefe era el mismo Dr. Semmelweis, con sus médicos adjuntos y estudiantes de medicina, quienes atendían los partos y otra Sección B, atendida solo por comadronas, existiendo el hecho paradójico de que la Sección A tenía una mortalidad materna de 11,4 % mientras que la Sección B tenía cifras de solo 0,9 %. Semmelweis comenzó a investigar a que era debido estos hechos constatando que el personal médico y de estudiantes del pabellón A atendían los partos sin cambiarse las batas ni lavarse bien las manos cuando los llevaban a cabo, realizándolos inmediatamente de venir de hacer autopsias o de disecar cadáveres, mientras que las comadronas solo se dedicaban a la atención de las parturientas.

Ignaz Philipp Semmelveis

Semmelweis creó normas de cumplimiento obligatorio: cambio de batas y lavado de las manos con agua clorada, jabón y cepillo. Esto ocurría en 1846. Al cabo de un año observó que la mortalidad en la Sección A había descendido a 3,4 % y para el siguiente año bajó aun más, a 1,33 % mientras que en la Sección B se mantenía en 1 %.

Cabe mencionar un hecho importante: un adjunto del servicio, el Dr. Jacob Kollestchka, muy apreciado del Dr. Semmelweis, en unos días de ausencia de este último, sufrió un corte en una mano mientras disecaba un cadáver, con su fallecimiento en pocas horas. Habiendo regresado Semmelweis y enterado de la muerte del colega y amigo, revisó el protocolo de la autopsia practicada encontrando los mismos hallazgos patológicos que los observados en las parturientas muertas de fiebre puerperal: una septicemia con abscesos en las principales vísceras de la economía. El Dr. Semmelweis murió prematuramente de 47 años. En sus últimos años de vida desarrolló una demencia senil persecutoria y murió de una sepsis generalizada por un corte en la mano durante una autopsia, hecho muy similar al ocurrido a su colega y amigo Kollestchka.

Joseph Lister (1827-1912)

De religión cuáquera, nacido en Upton, Essex, Inglaterra, hizo sus estudios médicos en la Universidad de Londres trabajando luego aquí, en Glasgow y en Edimburgo. Fue seguidor de los estudios de Pasteur y de Semmelweis responsabilizando a las bacterias de las infecciones. Decía: “hay que filtrar el aire”. Fue cirujano, profesor y llegó a escribir artículos en The Lancet. Adquirió mucha experiencia en el tratamiento de las fracturas y observó que solo las fracturas abiertas se infectaban. Comenzó a tratarlas con cloruro de zinc, sulfitos, ácido fénico y ácido carbólico con resultados positivos. Fue el inventor de un vaporizador de ácido carbólico y del Catgut el cual usó por vez primera en la mastectomía de una hermana realizada en Edimburgo.

Sus trabajos de antisepsia al comienzo tuvieron detractores en Billroth, Von Mickulicz y Thiersh aunque más tarde le dieron todo su apoyo. Fue pionero en el uso de las estadísticas. Hizo un estudio acerca de la mortalidad en las amputaciones observando que cuando las mismas habían sido hechas sin antisepsia tenían una mortalidad de 45 % y esta bajaba a un 15 % cuando se practicaban con los principios antisépticos. Se le considera el padre de la antisepsia. Homenajeó a Pasteur en la Universidad de Londres cuando éste cumplió sus 70 años. A su muerte recibió altos honores en la Abadía de Westminster: Lord y Barón de Lister.

Al igual que con Pasteur, mas adelante se ampliará sobre su historia.

Joseph Lister

Albert Christian Theodor Billroth (1829-1894)

Junto con Lister y Theodoro Köcher es uno de los cirujanos europeos con más distinción en su desempeño. Nació en Rugen, Austria, y estudió en la universidad de Berlín. En la figura de Billroth se unen todas las características docentes, clínicas, investigadoras y técnicas del cirujano de la época, con una calidad excepcional que lo convierte en el modelo de la nueva cirugía científica. Introdujo los métodos histológicos, bacteriológicos, experimentales y estadísticos en su actividad, cumpliéndose con el de la forma más brillante el proceso de conversión de la cirugía en ciencia. Abarcó todos los campos del cuerpo humano e inauguró la cirugía abdominal. Fue alumno de Langenbeck en cirugía y su asistente en la Universidad de Berlín desde 1853, de Romberg y de Traube en patología experimental. Fue habilitado como docente junto a Rudolph Virchow y propuesto en 1856 para la cátedra de anatomía patológica de la facultad de medicina de Berlín. Fue profesor en Zúrich entre 1860 y 1867 convirtiéndose en un clínico de alta reputación. En 1863 edita su Tratado General de Patología y Terapéutica Quirúrgica la cual tuvo una enorme aceptación y difusión, alcanzando once ediciones. Destacó en el tratamiento de las heridas, la cicatrización, la inflamación y la hemorragia, sobresaliendo su contribución en la comprensión del síndrome febril que ocurría en las heridas. Destacó en la parte bacteriológica y en 1867 ocupó la cátedra de Clínica Quirúrgica II en la Universidad de Viena donde permaneció hasta su muerte.

Albert Christian Theodor Billroth

Realizó las primeras operaciones radicales en faringe, esófago y laringe entre los años 1871 a 1873. Hacia 1880 se habían intentado operaciones en el estómago sin éxito por Jules Emily Pean (París, 1830-1898) y es Billroth quien realiza la primera gastrectomía por cáncer con resultados satisfactorios, en 1881, haciendo la anastomosis con el duodeno. En 1885 crea la modificación de su gastrectomía anastomosando el estómago a la primera asa yeyunal, (Billroth II). Theodor Billroth, realizaba gastrectomías (resecar todo o parte del estómago), con éxito, en humanos, en 1881; época en la que no existía el electro bisturí ni eran posibles las transfusiones sanguíneas. Realizó ocho ovariotomías. En un primer momento estuvo en contra de los criterios listerianos de antisepsia, los cuales adoptó en forma regular desde 1875.

Hizo un estudio exhaustivo de las residencias quirúrgicas de las escuelas europeas el cual publicó en su libro: “Historia de las Universidades Alemanas”. Lo distinguieron su gran talento, destreza quirúrgica, gran prestigio personal y una descripción veraz en sus informes publicados fueran estos satisfactorios o no. Formó una escuela de alumnos muy distinguidos: Anton Von Eiselberg, Johannes Mikulicz, Czerny, Gussenbauer, Miniwarter y Anton Wolfler. Sostenía Billroth: “se debe operar solamente si se tiene alguna posibilidad de éxito; operar sin esta esperanza significa prostituir este magnífico arte y ciencia de la cirugía y hacerlo sospechoso ante los profanos y colegas. Pero ¿cómo pueden medirse las probabilidades de éxito?. Con un estudio incansable de nuestra ciencia, con una crítica severa de nuestras observaciones y las ajenas, con la investigación más exacta en cada caso particular, y la evaluación crítica de nuestros experimentos.” Sin embargo este gran cirujano y excelente docente tenía una gran distancia con las heridas cardíacas traumáticas. El sostenía: “Un cirujano que se aprecie y así lo haga con sus colegas, no debe intentar ningún manejo con las heridas del corazón salvo que quiera perder la estima de los mismos. Estas lesiones no tienen tratamiento. Su destino final es uno solo: la muerte.” Podemos decir sin temor a equivocarnos que Theodoro Billroth fue el motor principal de la cirugía científica en el último tercio del siglo XIX.

Ludwig Rhen

Ludwig Rehn, un cirujano alemán, realizó la primera operación cardíaca exitosa en todo el mundo en 1896 cuando reparó una herida de arma blanca en el corazón mediante sutura directa.

Cuando presentó su trabajo un año después en una conferencia quirúrgica, esta operación pionera provocó una considerable discusión ética.

Ludwig Rhen, el 9 de septiembre de 1896, fue el Cirujano que contradijo al médico más importante de la época (Billroth) y le demostró que el corazón si se podía suturar.

¿Y cómo lo demostró?. Fácil, de la forma en la que proceden los cirujanos: lo hizo. Suturó una herida de corazón. En esos momentos corría el riesgo de ser expulsado de las sociedades de cirugía y del ejercicio médico.

Las contribuciones quirúrgicas de Rehn también incluyen la realización de la primera tiroidectomía en 1880 y el esclarecimiento de las causas del cáncer en los trabajadores de las fábricas de anilina locales.

Ludwig Rhen

Emil Theodor Köcher (1841-1917)

Nació en Berna (Suiza). Alumno de Langenbeck en Berlín, de Billroth en Viena y de Lucke. Su trabajo profesional lo realizó por 42 años en Berna. Hizo una escuela quirúrgica de altura con alumnos de la talla de César Roux F. de Quervain y Harvey Cushing. Postuló que: “el cirujano es un médico capaz de operar y que sabe cuando no debe hacerlo”. Asumió por convicción la antisepsia y continuó la línea científica de Billroth. Fue un cirujano que abordó prácticamente todo el organismo.


Creador de dos incisiones:

  • incisión en collar, en el cuello, y

  • las sub-costales: derecha, para intervención en vías biliares, píloro y duodeno y la izquierda, para intervenciones en el bazo;

Emil Theodor Köcher

Creador de dos maniobras:

a) para la movilización de la segunda porción del duodeno, y

b) para la sección circunferencial del saco herniario en las grandes hernias inguino-escrotales en los pacientes de tercera y cuarta edad de alto riesgo, con extirpación solo proximal de dicho saco;


Creador de varios procedimientos operatorios:

a)Anastomosis colédoco-duodenal interna, en pacientes con cálculos grandes enclavados en el colédoco terminal,

b) un tipo de excisión de la articulación del tobillo,

c) un procedimiento para reducir la lujación sub-coracoidea del húmero,

d) un procedimiento para la extirpación de la lengua, y

e) un método de pilorectomía.


No podemos olvidar el signo de Köcher: el cual consiste en “la asinergia oculomotora cuando el paciente con bocio tóxico levanta la mirada.” En la parte instrumental ideó una pinza un con diente terminal o fórceps de Köcher aun usado actualmente como pinza de aprehensión y tracción.

Una de las cirugías que más lo distinguen es la de la glándula tiroides. Para la época se desconocía la función tiroidea y se consideraba una glándula sin importancia en el organismo, realizándose la cirugía principalmente para los bocios de gran tamaño que ocasionaban compresión de la tráquea y del esófago. Con conocimientos anatómicos muy depurados y una técnica quirúrgica muy cuidadosa, con control de la hemorragia en una glándula de gran vascularización y preservando los nervios laríngeos inferiores o recurrentes, Köcher aumentó las indicaciones operatorias. Para 1883 había operado 101 tiroidectomías con 18 tiroidectomías totales. Para la época no había un control posoperatorio de los pacientes intervenidos y se le atribuye a J.L. Reverdin la sugerencia hecha a Köcher, de revisar los pacientes operados en los últimos 10 años. Ya se había presentado un cuadro clínico grave, llamado “Caquexia Estrumipriva” que implicaba un gran deterioro del estado general tanto físico como psíquico. Köcher estudió el problema y observó que solo se presentaba en los pacientes con tiroidectomías totales, haciéndolo saber mediante comunicación escrita a la Sociedad Médica de Londres, la cual dirigió desde ese momento las investigaciones clínicas y experimentales en los problemas tiroideos en Europa y para 1888 postuló: “que el cretinismo, el mixedema y la caquexia post-tiroidectomía eran sindromes estrechamente relacionados si no idénticos y que se debían a la pérdida de la función tiroidea”.

Para 1895, Köcher sugería la posibilidad de que la glándula contuviera yodo y en esa misma fecha el bioquímico alemán, E. Baumann, de manera independiente, lo descubre. En 1898 había realizado 600 tiroidectomías con una mortalidad operatoria de solo 1 % y finalmente en 1917 había operado 5000 casos con menos de 1 % de mortalidad operatoria. Esta mortalidad había sido de 12,8 % cuando fueron publicadas sus primeras 101 intervenciones. Al Dr. Köcher se le considera el padre de la endocrinología y un pionero junto a Lister y Billroth del uso de las estadísticas.

El suizo Emil Theodor Kocher, fue elegido presidente del Primer Congreso Internacional de Cirugía, en 1905, por ser considerado el mejor cirujano de la época. Tan exitoso era que en 1909 obtuvo el Premio Nobel de Medicina y Fisiología, gracias a sus espléndidos trabajos sobre fisiología, patología y cirugía de la glándula tiroides, convirtiéndose en el primer cirujano en recibir tal distinción.

Johannes Von Mikulicz Radecki (1850-1905)

Nació en Czernowitz, ciudad que perteneció primero al imperio austro-húngaro y posteriormente a Polonia. Murió en Breslau, Alemania. Graduado de médico en la Universidad de Viena en 1875 fue discípulo y ayudante de Billroth. Este gran cirujano fue precursor de la endoscopia y cirugía gastrointestinal. Ideó modelos de esofagoscopio y gastroscopio. Profesor de cirugía en las Universidades de Cracovia, desde 1882, Könisberg, (1887-1890) y Breslau, (1887-1890). Realizó la primera gastrorrafia por úlcera gástrica perforada. Un aporte muy importante lo constituye su técnica de exclusión de la función pilórica, una piloroplastia, que lleva su epónimo. Igualmente destacó en la cirugía colónica con su colostomía, la cual fue declarada intervención obligatoria por el Colegio Americano de Cirujanos en el tratamiento de las heridas de colon y recto durante la segunda guerra mundial. Cuando el papa Juan Pablo II recibió la herida por arma de fuego en el abdomen por Alí Agca, los cirujanos italianos entre los procedimientos efectuados le practicaron una colostomía derivativa, de reposo, restituyendo el tránsito intestinal a los 3 meses posteriormente. Llamados a consulta al Vaticano por ese motivo en los días siguientes al atentado del Papa, los cirujanos del Massachusetts General Hospital, de Boston, presididos por un descendiente de los doctores Welch, de renombrada trayectoria en esa institución, les dieron un voto de confianza a sus colegas italianos por la técnica empleada.

Johannes Von Mikulicz Radecki

El Dr. Mikulicz es el creador de una técnica que se emplea en ocasiones en la actualidad en casos de trauma abdominal con lesiones muy graves del hígado, catalogadas como grado IV en la clasificación americana, un verdadero estallido del mismo, con una mortalidad cercana al 90 % y en ocasiones acompañadas de lesiones sangrantes del retroperitoneo muy difíciles de cohibir. La técnica consiste en colocar dos a tres “rollos de quemado”, atados uno a los otros, colocados regularmente doblados, sobre las superficies cruentas sangrantes y el cabo distal del rollo de quemado más superficial, exteriorizado por contraabertura en el abdomen. Este “empaquetamiento,” este “packing” como se le llama en idioma inglés, realiza la hemostasia en las horas y días siguientes. Es el llamado “Packing de Mikulicz.” El autor ha tenido la oportunidad de usarlo con buenos resultados.

Publicó el “Atlas de las enfermedades de la cavidad oral y de la garganta” y otro libro sobre “Las enfermedades de la boca”. Este cirujano ejercía una disciplina casi militar en el quirófano aunque no se la aplicaba de la misma manera a su persona. Tenía prohibida la palabra “colega” dentro del área quirúrgica. De cierta manera era considerado “un dictador.” Mikulicz, quien se había opuesto a los postulados de Lister sobre la antisepsia la había adoptado luego, llevándola a medidas de verdadera prevención: manos y antebrazos lavados en forma exhaustiva con jabón, alcohol y sublimado. Guantes de hilo esterilizados igualmente con el alcohol y el sublimado. (El sublimado era un líquido a base de bicloruro de mercurio usado como antiséptico). Ordenó el uso obligatorio del tapabocas, el gorro de gasa y prohibía el uso de las palabras superfluas dentro del quirófano. Cercano a los 55 años fue operado por Von Eisselberg, su condiscípulo, quien le encontró un cáncer muy avanzado de estómago.

Ernest Ferdinand Sauerbrüch (1875-1951)

Nació en Barmen y murió en Berlín, ambas ciudades pertenecientes a Alemania. Desde 1903 trabajó en la Clínica Universitaria de Breslau como asistente de Mikulicz y desde 1928 en el Hospital de la Charité, de Berlín. Fue considerado por algunos como “el cirujano más importante e influyente de la primera mitad del siglo XX.” Igualmente como el padre de la cirugía torácica y cardíaca. Fue pionero en la experimentación animal. La cirugía de tórax presentaba un problema muy grave. El abrir el tórax, el solo hacer una toracotomía, traía consigo el colapso del pulmón, debido a la presión negativa intratorácica existente normalmente, con insuficiencia respiratoria y arritmias cardíacas que ocasionaban la muerte del ser vivo. El Dr. Sauerbrüch experimentó principalmente con conejos, perros y llegó a idear las cámaras de baja y luego de alta presión pulmonar las cuales evitaban el colapso pulmonar. Sus trabajos principalmente los hizo en el hospital cuyo jefe de servicio de cirugía era el Dr. Mikulicz con quien en un primer tiempo mantuvo relaciones muy tensas y disarmónicas. Posteriormente, cuando este último comprendió la calidad técnica y científica de Sauerbrüch trabajó en forma conjunta con él, llevando sus trabajos experimentales a congresos médicos en Europa y Norteamérica. Fue creador de una pinza, un fórceps bautizado con su nombre. En avanzada edad comenzó a realizar operaciones absurdas en muchos pacientes, debido quizás a una demencia senil, en muchos de ellos con resultados fatales y lo más doloroso es que sus colegas detectando sus errores, no lo detuvieron por su fama y poder. Uno de ellos posteriormente escribió un libro titulado: “Cuando la mano tiembla.”

Ernest Ferdinand Sauerbrüch

Es obligatorio que nos ocupemos de dos figuras que no fueron cirujanos pero que le dieron un impulso trascendental a toda la medicina y especialmente a la cirugía y a la medicina interna.

Karl Rokitansky (1804-1878)

Nació en Bohemia y estudió medicina en las universidades de Praga y Viena. Fue considerado por Virchow: “el Linneo de la Anatomía Patológica.” Llegó a conocer y comprender la periodicidad e identidad de una serie de procesos morbosos que ordenó y clasificó en entidades individuales. En 1834, sucedió a Johan Wagner en la investigación y la docencia y como prosector estuvo en el Allgemeines Krakenhouse hasta 1875, cuando recibió su jubilación. (El prosector era el encargado de las autopsia y de lo relacionado con la anatomía patológica en los hospitales.)

En 1844 fue nombrado profesor de anatomía patológica de la Universidad de Viena. Durante su vida docente llegó a practicar más de 100.000 autopsias. Publicó un “Handbook” de patología en tres tomos. Considerado por Laín Entralgo como el padre de la anatomía patológica: “en la atenta consideración genética de la lesión orgánica visible (junto al aspecto de la lesión, su historia) y por la resolución con que trató de hacer de la anatomía patológica una ciencia autónoma, atenida a sus propias realidades y a sus conceptos propios”. Enseñó a distinguir entre neumonía lobar y lobulillar. Describió la atrofia amarilla del hígado, la degeneración amiloidea del riñón. Perfeccionó el conocimiento del enfisema pulmonar, los defectos interauriculares e interventriculares y las proliferaciones conjuntivas del sistema nervioso. Gran propulsor de la investigación y avances de la anatomía y fisiología patológica. Fue decano de la facultad de medicina y luego rector, director de salud pública y médico legista.

Dejó dos epónimos:

a) el "tumor de Rokitansky": “ hidropesía del folículo de Graaf, que forma un quiste pequeño, pediculado, con aspecto de racimo, en el ovario”, y

b) la "úlcera de Rokitansky": se le llamó así a la úlcera gástrica.

Karl Rokitansky

Rudolf Virchow (1821-1902)

Nació en Schievelbein, en Pomerania, realizando sus estudios médicos en Berlín. En esta ciudad llegó a ser profesor y director del Instituto de Anatomía Patológica. Hizo contribuciones importantes a la teoría celular de Teodor Swan, discípulo de Muller. Exponía Swan que: “la célula es la unidad elemental de la estructura y formación de todos los seres vivos.” Virchow demostró: “que toda célula procede de otra célula anterior, como la planta de otra similar y todo animal de otro igual.” “Las enfermedades tiene un asiento celular”

Sus primeros estudios fueron sobre la inflamación de las venas: “las flebitis siempre están ocasionadas por las trombosis o embolías", términos todos de su autoría. Describió por primera vez la leucemia y creó el término de “leucocitosis.” Formó parte de una comisión durante una epidemia de tifus y luego de dominada, expuso que era un problema más social que médico. Decía Virchow al respecto: “el bienestar, la libertad y la instrucción, inherentes a una democracia completa e ilimitada pueden dar sus soluciones.” Militó en el Partido Liberal Radical y era partidario de la creación de un Ministerio de Sanidad. Trabajó sobre la inflamación, el raquitismo, la Tuberculosis, el tejido conjuntivo y las neoplasias. En 1847 fundó una revista de anatomía y fisiología patológica. Creó los criterios de: aplasia, hipertrofia, hiperplasia, metaplasia, agenesia, heterotropia y heterocronia.

Nos dejó varios epónimos:

a) Ganglio de Virchow: ganglio supraclavicular derecho metastásico de un cáncer de estómago,

b) Línea de Virchow: línea que va desde la raíz de la nariz al lamba, y

c) una enfermedad: La "Leontiasis ósea".

Rudolf Virchow

William Steward Halsted (1852-1922)

Nació en Nueva York. Sus primeros estudios fueron en una escuela religiosa de Massachusetts, luego en el Colegio Phillips Andover graduándose en 1869. Durante un año estudió griego y latín ingresando luego en la Universidad de Yale. Estudió medicina y fue asistente de John Dalton. Obtuvo su título “M.D.” en la Universidad de Columbia en 1877. Médico Interno en el Bellevue Hospital por un año y luego como médico por dos años en el New York Hospital donde creó un registro gráfico de pulso, temperatura y respiraciones con puntos y curvas de varios colores. Completó sus estudios en Europa entre 1878 y 1880 en Viena, Leipzig y Wurzburg junto a Billroth, el patólogo Chiari, el dermatólogo Kaposi, el oftalmólogo Fuchs y el embriólogo von Kolliquer. A su regreso a Nueva York estableció una consulta privada y estaba en el directorio de cinco hospitales. Los domingos impartía clases de cirugía.

En 1890 es nombrado primer cirujano jefe del recién inaugurado hospital de la Universidad Johns Hopkins y en 1892 primer profesor de cirugía de la escuela de medicina. En ésta, junto con su equipo hacía investigación de laboratorio, reglaba con minuciosidad las intervenciones, aplicaba las mejores técnicas de asepsia, antisepsia, hemostasia y utilizaba buenos materiales e instrumentos. Es considerado el padre de la técnica quirúrgica moderna. Consideraba que los tejidos sospechosos de cáncer debían extirparse en un solo bloque, en una sola pieza. Fue innovador en las técnicas para intervenir la glándula tiroides y las paratiroides, habiendo realizado los primeros trasplantes de estas últimas. El Dr. Halsted, en sus intervenciones era de: “cortes precisos, correcta hemostasia, suturas finas, poco numerosas y cierre de planos sin dejar espacios muertos.”

William Steward Halsted

Este distinguido cirujano legó:

a) La pinza de Halsted a la que llamamos cariñosamente por su tamaño “pinza mosquito,”

b) un punto de sutura con nudo interno,

c) una Mastectomía Radical para el tratamiento del cáncer de mama: extirpación de la mama, de los pectorales mayor, menor y vaciamiento ganglionar axilar,

d) una técnica de hernioplastia,

e) el síndrome de Halsted: el edema linfático del miembro superior postmastectomía.


Introdujo igualmente el uso del tejido de gutapercha en el drenaje (1880), los apósitos de hojas de plata (1896), y la transfixión de los tejidos sangrantes.

Creó en el hospital los servicios de ortopedia, otorrinolaringología, urología, radiología y reglamentó las residencias de cirugía aprendidas al lado de Billroth.

Las sustancias antisépticas usadas en el Johns Hopkins, por el equipo quirúrgico en el lavado de manos, antebrazos e instrumental, eran muy irritantes: soluciones de ácido acético, ácido carbólico y sulfuro de mercurio, entre otras. La instrumentista jefa de quirófanos y enfermera principal del Dr. Halsted se afectó con una dermatitis severa. Este era muy amigo del presidente de la compañía Good Year de Nueva York, Charles, a quien le manifestó su preocupación. De la consulta con los ingenieros de la compañía se inventaron los primeros guantes de goma, los cuales fueron usados por la Srta. Hampton en primer lugar, luego por todos los equipos de cirugía del hospital con su difusión posterior a los estados de la unión, Canadá y Europa. Esta historia tuvo un final feliz: El Dr. Halsted y la Srta. Carolina Hampton se casaron en 1890.

Reginald Heber Fitz (1843-1913)

A esta figura de la medicina la humanidad le tiene una deuda que llega hasta nuestros días. El Dr. Fitz no fue cirujano y es la cirugía la especialidad que más le debe a este eminente patólogo de la Universidad de Harvard, en Boston. Está deuda se relaciona con la apendicitis aguda. Con toda propiedad se puede hablar hoy de una Era Pre y Post Reginald Fitz en la Apendicitis Aguda

En su época existía una patología que consistía en dolor en el cuadrante inferior derecho del abdomen con vómitos en ocasiones y luego fiebre, con una mortalidad muy alta y catalogada como una inflamación del ciego y del colon ascendente, llamada “tiflitis,” “ peritiflitis” y en ocasiones “abscesos peritiflíticos.” Ahora bien, el Dr. Fitz practicó un número importante de autopsias en estos pacientes y sus observaciones concluían: “que en la mayoría de los casos de tiflitis el ciego se halla intacto, en tanto que el apéndice aparece ulcerado y perforado….propongo el término de apendicitis.” Hacía énfasis en que los pacientes debían ser operados lo más pronto a la aparición de los síntomas antes que ocurriera la perforación del apéndice.

Esto se cumple en forma patente en nuestros días: cuando la apendicitis aguda se diagnostica y se interviene en sus primeras fases: catarral, flegmonosa, supurada o gangrenosa, antes de que ocurra la perforación, la mortalidad es menor al 0 %: 0,01-0,05 % con una morbilidad (complicaciones) del 2-4 %; si el diagnóstico se hace cuando el apéndice ya está perforado, llamada en este momento peritonitis apendicular, se tiene una mortalidad del 3 al 5 % (en pacientes de tercera edad puede alcanzar hasta 15 a 18 %), con una morbilidad de 30-40 %. La diferencia está, apartando la mortalidad con toda su importancia obviamente en caso de que no ocurra, en una estadía de 48 a 72 horas en el hospital a otra de 1, 2 ó más meses con lo que representa el esfuerzo médico y paramédico de atención del paciente y los gastos hospitalarios. Estas realidades se viven en el día de hoy en los hospitales y su enseñanza es obligatoria en las escuelas de cirugía. De igual modo el Dr. Reginald Fitz estudió por muchos años las pancreatitis, hizo una clasificación anatomopatológica de las mismas que se mantuvo vigente por muchos años.

Reginald Heber Fitz

Charles Mc Burney (1845-1913)

Este destacado cirujano trabajó por muchos años en el Roosevelt Hospital el cual estaba afiliado a la Universidad de Nueva York. Estuvo muy de acuerdo en los trabajos de Reginald Fitz y llegó a operar muchos casos de apendicitis aguda.

Fue el creador de una incisión para la extirpación del apéndice la cual se mantiene en la actualidad, con su epónimo, como la incisión de elección en las apendicitis agudas no perforadas : “The incisión made in the abdominal wall in cases of apendicitis with a description of a new method of operating.” The Roosevelt Hospital, N.Y., 1893. (La biblioteca del Hospital General del Oeste Dr. JGH tiene una separata fotocopiada de este trabajo.)

Publicó otro trabajo sobre las interferencias en el diagnóstico de las apendicitis: “Experience with early operative interference in cases of disease of the vermiform appendix.” New York Medical J, 50: 676,1889

No se puede dejar de mencionar dos epónimos que dejó con plena vigencia clínica en el diagnóstico de la apendicitis: el punto y el signo de Mc Burney.

Charles Mc Burney

John B Murphy (1857-1916)

Se distinguió por su alta casuística de operaciones en pacientes con apendicitis aguda. Mantuvo buena amistad y una sana rivalidad científica con Mc Burney. Trabajó en la Universidad de Chicago y fue uno de los fundadores del Colegio Americano de Cirujanos. Las oficinas administrativas centrales del Colegio con sede en Chicago tienen un auditorio con su epónimo.

Uno de sus trabajos sobre apendicitis se titula: “Two thousand operations for apendicitis with deductions for his personal experience.” Amer J Med Sci 128: 187, 1904.” En el expone la vasta experiencia que adquirió en el manejo de esta patología. Es de todo cirujano conocida la “Tríada de Murphy” constituida por Dolor, Náuseas-Vómitos y Fiebre, aparecidos en ese orden. La gran pericia adquirida por Murphy lo llevó a enunciar una frase muy fuerte: “Cuando un apendicular muere alguien es culpable.” Inventó el “Botón” que lleva su nombre utilizado en las anastomosis intestinales y precursor de las pinzas de autosutura.

John B Murphy

William James Mayo (1861-1939) y Charles Horace Mayo (1865-1939)

Se les conoció en Norteamérica y en el resto del mundo como “los hermanos Mayo.” Hijos de Worell Mayo, médico general quien fundó en Rochester, Minnesota, a instancias de unas hermanas de la caridad, una muy modesta casa de atención de pacientes la cual con el tiempo y el ejercicio de sus dos hijos llegó a ser la famosa “Clínica Mayo”. William se distinguió en cirugía biliar y gastrointestinal y Charles Horace en Otorrinolaringología. Ya cirujanos, les preguntaban ¿el por qué de su vocación médica? Respondían que no lo sabían pero recordaban que sus juguetes habías sido los instrumentos de su padre que manipulaban cuando aquel se encontraba dormido. William sugería que había que estudiar una hora, diariamente, todos los días del año, para lograr mantenerse actualizado.

Legó, con su epónimo, una exclusión pilórica-duodenal con una gastroyeyunostomía posterior, una extirpación de recto con remoción linfática completa, una mesa auxiliar en la sala de operaciones donde se coloca el instrumental básico a usar en la intervención.

Unas tijeras, de fuerte constitución, para seccionar tejidos firmes y gruesos como las aponeurosis, curvas unas y otras, rectas, para cortar las suturas sobre los nudos. Una técnica para tratar las hernias umbilicales voluminosas y en pacientes obesos con extirpación total del ombligo.

Unos puntos de sutura en la aponeurosis a reparar en las hernioplastias, de tal modo que queda una imbricación de aquella, con un doble punto de contacto en cada sutura, lo cual le da más firmeza en la reparación. Por último su nombre se le dio a la vena pilórica.

Charles Horace se destacó por el tratamiento de un tic doloroso de la cara, disecando y extirpando la rama del nervio facial afectada y sellando el agujero de salida del nervio en la base del cráneo con un tornillo de plata. Igualmente con “la bunionectomía” cuya principal característica es la extirpación de la cabeza del primer metatarsiano.

Ambos hermanos habían hecho su entrenamiento quirúrgico en Nueva York, ambos fueron presidentes de la Asociación Médica Americana y del Colegio Americano de Cirujanos y ambos murieron en el mismo año.

William James Mayo

Charles Horace Mayo

SIGLO XX - LA TECNOLOGÍA

Hubo una serie de acontecimientos que incidieron en forma principal en el desarrollo de la cirugía. En primer lugar el descubrimiento de la penicilina en 1928 por el médico-bacteriólogo Alexander Fleming, cuando en forma casual observó que las bacterias no se desarrollaban, no se multiplicaban en presencia del hongo “Penicillium Notatum.” Su primer trabajo al respecto lo publicó en el British Journal of Experimental Pathology en 1929. Howard Florey y Ernest Chain se sumaron a sus investigaciones y en 1945 compartieron el Premio Nobel de Medicina.

Tiene lugar igualmente una investigación exhaustiva en el estudio de la anatomía humana y grandes progresos en la depuración de la técnica quirúrgica. Los conocimientos en el área de la fisiología y la fisiopatología alcanzan grandes ventajas y esto ocasiona que se aborden en cirugía casi todos los aparatos y sistemas. Víctor Horsley (1857-1916), extirpa con éxito, en Inglaterra, en 1887 por primera vez un tumor cerebral y de la médula espinal. Louis Rehn (1849-1929) profesor de cirugía de Francfort, realiza en 1896, la primera sutura de corazón con éxito en el joven jardinero Wilhelm Justus. En 1895, Wilhelm Roentgen (1845-1923), descubre los Rayos X que van a tener una gran aplicación paraclínica.

Se crean las salas de recuperación lo que permite un mejor cuidado posoperatorio inmediato. Aparecen las salas de cuidados intensivos para el manejo de los pacientes críticos pre y posoperatorios. Hay grandes avances en la cirugía cardiovascular: John Gibbons y los hermanos Walton y Richard Lillehei crean “la máquina corazón-pulmón” y se trabaja entonces con el corazón detenido. Destacan los Dres. Michael DeBakey y Denton Cooley en Texas, EE.UU.

Se inicia la época de los trasplantes de órganos realizándose el primero de riñón en el Hospital Peter Bent Brigham, de Boston, por John Murray quien más tarde recibió el Premio Nobel de Medicina; más luego Christian Barnard en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, lleva a cabo el primer trasplante de corazón en Louis Washkansky con una sobrevida de 13 días y semana y media más tarde realiza el segundo en el odontólogo Philip Blaiberg el cual sobrevive más de un año, teniendo lugar lo llamado por algunos médicos “la histeria de los trasplantes de corazón” (aprox 159 en algo más de una año)

Posteriormente un ingeniero médico crea el primer corazón artificial, el Jarvik 7 con un funcionamiento efectivo de pocos meses.

En la segunda mitad del siglo XX, en 1987, Phillip Moiret en Lyon, Francia, realiza la primera colecistectomía laparoscópica. Secundado luego por Dubois en París, Perissat en Burdeos, extendiendo la acción laparoscópica a otras áreas del abdomen y propagándose a Norteamérica y otros países de Europa. Más luego se va a hacer dueña del tórax, cuello y miembros y se convierte en un verdadero “boom” en el ejercicio quirúrgico. En nuestro siglo sigue el perfeccionamiento laparoscópico llegándose a la cirugía robótica la cual se caracteriza por su precisión aunque siempre detrás de la máquina está el hombre.

Otro hecho de gran importancia en el siglo XX es la sistematización del exámen del paciente (la semiologia), la creación de un historia clínica unificada, la estadificacion de los casos.

LA SEMIOLOGÍA

La SEMIOLOGIA es el capítulo de la Medicina que se ocupa del estudio de los síntomas y los signos de las enfermedades, valiéndose para ello de la "Semiotecnia", que es el conjunto de procedimientos y métodos que utiliza el médico para lograr su obtención.

La SEMIOLOGÍA constituye el pilar fundamental de la medicina clínica. Es la ciencia del diagnóstico.

En medicina, la semiología clínica es el cuerpo de conocimientos que se ocupa de cómo identificar las diversas manifestaciones patológicas (signos o manifestaciones clínicas objetivas, y síntomas o percepciones subjetivas), de cómo buscar estas manifestaciones (semiotecnia), de cómo reunirlas en síndromes, y de cómo interpretarlas, jerarquizarlas y razonarlas (clínica semiológica o propedéutica). Gracias a ese cuerpo de conocimiento se puede llegar al diagnóstico.

Esta información se obtiene, generalmente, durante la confección de la historia clínica (fundamentalmente el interrogatorio y el examen físico del paciente) en el contexto de la entrevista médica. El método de trabajo o los procedimientos aplicados para la obtención de los datos se conocen como "Método Clínico".

La Semiología presenta un método de ordenamiento de los conocimientos (método clínico) y un objetivo: el diagnóstico de los problemas de salud.


SIGNOS Y SÍNTOMAS

Son el inicio de la investigación médica que nos lleva a entender el motivo de la consulta.

Es lo que aqueja al paciente en el momento de la visita.

  • SIGNO: Manifestaciones “objetivas” de una enfermedad o alteración orgánica o funcional que pueden ser constatados por el examen físico (ictericia, fiebre, etc). El signo es “evidenciable” y “constatable”.

  • SÍNTOMA: Manifestaciones de una alteración orgánica o funcional que sólo es capaz de apreciar el paciente, es un dato “subjetivo”. Son los trastornos que el paciente experimenta y el médico no puede percibir o le es difícil comprobar y a cuyo conocimiento llega sobretodo por medio del interrogatorio (ejemplo: dolor, mareo, nauseas, etc.).


SÍNDROME: Conjunto de signos y síntomas que se presentan juntos y son característicos de una enfermedad o de un cuadro patológico determinado provocado, en ocasiones, por la concurrencia de más de una enfermedad. El médico trata de establecer la fisiopatología del síndrome que aqueja al enfermo.


Si bien desde la antigüedad los médicos han hecho uso del interés en como se originó el mal del enfermo, y de emplear el examen físico como primordial ayuda; Recién en la edad contemporánea se protocolizó y se convirtió en una rutina insoslayable de trabajo. El médico y especialmente el cirujano necesita usar todos sus sentidos para lograr su cometido. La vista es sumamente importante a la hora de la "inspección" constatar una lesión objetivable (chequear tamaños, colores, distribución, etc.), o simplemente el "semblanteo" que significa ver el semblante ("ojo clínico") que a simple vista nos pone en sobreaviso del estado general del paciente. El oído es uno de los mas usados, ya sea al escuchar la historia y los antecedentes del paciente ("interrogatorio"), a al percutir, o al auscultar. El tacto permite tocar una tumoración, ver sus consistencia, sus límites, si se moviliza, corroborar el tamaño de un órgano, etc. El olfato del médico es de características escatológicas. Yo siempre digo que tal vez no diferenciemos un perfume francés, pero si nos es posible identificar el olor inconfundible de una secreción por Salmonella, el olor a manzanas de la acetona en un paciente diabético, el olor característico de una melena o de una esteatorrea, el olor a almendras amargas del ácido cianhídrico, etc. En la historia se ha llegado a utilizar el sentido del gusto. Como ejemplo les digo que fue Tomás Willis quien, en 1679, quien hizo una descripción magistral de la diabetes, quedando desde entonces reconocida por su sintomatología como entidad clínica. Fue él quien, refiriéndose al sabor dulce de la orina (glucosuria), le dio el nombre de diabetes "mellitus" ("sabor a miel").


SEMIOTÉCNIA​

La SEMIOTÉCNIA comprende el conjunto de métodos y técnicas que se utilizan para sacar el mayor provecho a los datos que nos puede brindar el paciente, ya sea verbalmente o corporalmente. La Semiotécnia debe ser metódica, ordenada y completa.

Consta de:

  1. INTERROGATORIO O "ANAMNESIS"

El paciente debe tener libertad de contar todo lo que le sucede, pero hay que guiarlo. El Interrogatorio debe ser “dirigido”. El paciente debe tener la libertad de expresar todo lo que le aqueja y molesta, todo lo que considera anormal. Pero no se le puede dejar que “se vaya por las ramas” y empiece a hablar de cosas que no tienen nada que ver, o carecen de interés.

  1. INSPECCIÓN

La inspección médica es el método de exploración física del paciente que se efectúa por medio de la vista. En términos médicos, "inspección" significa observar la persona o la parte del cuerpo. Es el primer paso en un examen físico.

Los objetivos son:

  • Detectar características físicas significativas del paciente.

  • Observar y discriminar, de forma precisa, los hallazgos anormales en relación con la anatomía normal.

  1. PALPACIÓN

La palpación es el proceso de examinar el cuerpo utilizando el sentido del tacto. Es la técnica diagnóstica que utiliza el tacto de las partes externas del cuerpo o bien de la parte accesible de las cavidades. Palpar consiste en tocar algo con las manos para conocerlo mediante el sentido del tacto.

Este acto proporciona información sobre forma, tamaño, temperatura, consistencia, superficie, humedad, sensibilidad y movilidad.

La palpación médica es algo más que el simple uso de las manos para tocar; "examinar" se puede definir como la investigación por medio de la inspección o de la manipulación, e incluso sugiere que se trata de un examen riguroso, una investigación o una exploración de fundamental importancia.

  1. PERCUSIÓN

La percusión en medicina es una técnica de exploración física que, mediante pequeños golpes con los dedos de las manos sobre la superficie corporal del paciente, sirve para delimitar zonas de distinta sonoridad.

La percusión es una maniobra de exploración clínica consistente en golpear (percutir) con un dedo sobre otro aplicado sobre una superficie corporal, u ocasionalmente con un instrumento médico, para valorar las variaciones de la sonoridad producida (timpanismo, matidez, etc.) y determinar así el estado de las estructuras anatómicas subyacentes.

Objetivos:

  • Determinar el tamaño, la consistencia y los bordes de algunos órganos corporales.

  • Detectar la presencia o ausencia de líquido en áreas del cuerpo.

  1. AUSCULTACIÓN

La auscultación es un procedimiento clínico de exploración física que consiste en escuchar de manera directa o por medio de instrumentos como el estetoscopio, el área torácica o del abdomen, para valorar los sonidos normales o patológicos producidos en los órganos (contracción cardíaca, soplos cardíacos, peristaltismo intestinal, sonidos pulmonares, etc.). Los ruidos más comunes encontrados a nivel patológico son: roncus, crepitus (o crepitantes), sibilancias y estertores.

Existen dos maneras principales de auscultar a un paciente:

  • Auscultación inmediata: Consiste en aplicar directamente la oreja del médico sobre la pared corporal del paciente. Esta forma de auscultación está prácticamente abandonada.

  • Auscultación mediante estetoscopio o mediata: Es la auscultación universalmente más extendida. Consiste en aplicar la membrana del estetoscopio sobre el cuerpo del paciente, que va conectada mediante un tubo flexible a unos auriculares. Con este instrumento se mejora la acústica.

Descubrimiento de la Percusión

La percusión directa, que es la técnica original del médico vienés Dr. Johann Leopold Auenbrugger, consiste en golpear el tórax con la punta de los dedos mantenidos juntos; y la indirecta o mediada fue desarrollada en 1828 por el médico francés Piorry, que consiste en percutir el tórax a través de un cuerpo sólido aplicado a la pared torácica.


Durante siglos y siglos el arte del diagnóstico médico se limitó al interrogatorio cuidadoso y a la inspección de lo que el cuerpo exponía en su superficie. En esta sección acompañamos a los chinos y su pretensión de descubrir dolencias examinando la lengua, y a los griegos y el hincapié de la escuela hipocrática en la observación. Pero, ¿qué pasaba en el interior del cuerpo, cómo se manifestaba la enfermedad?. El desarrollo de la disección de cadáveres permitió acercarse a los procesos patológicos, pero cuando ya era tarde. Y eso, cuando se permitía trabajar con cuerpos humanos. Recordemos a Galeno, desarrollando sus teorías a partir del estudio de monos, conejos o aves.

El enorme desarrollo de la anatomía en el siglo XVI, con la figura de Vesalio como mascarón de proa, corrigió sin duda muchos errores de interpretación. Los médicos, sin embargo, seguían llegando al lugar de los hechos cuando ya no había nada para hacer. ¿De qué manera podía diagnosticarse antes de la muerte el proceso que luego la autopsia mostraba tan en detalle?

Los siglos XVIII y XIX fueron pródigos en avances en ese sentido. Vamos en esta entrega a centrarnos en la figura de Leopold Auenbrugger, el “inventor” de la percusión.


Historia

Nació en Graz en 1722. Su padre era dueño de una posada, y desde niño aprendió a definir mediante golpecitos en los barriles de vino y cerveza que almacenaban cuán llenos estaban de acuerdo a los sonidos que les arrancaba. Su familia le costeó los estudios de medicina en la Universidad de Viena, y se recibió a los 30 años. Desde 1751 se desempeñó en el Hospital Español. Fué allí, cuando recordando su experiencia con los toneles, pensó que podía aplicar el mismo método al tórax de los pacientes y diagnosticar así la presencia de lesiones diversas y colecciones líquidas.

Como más tarde haría Laënnec, que corroboraba sus hallazgos auscultatorios en los pacientes vivos con los resultados de las autopsias cuando morían, de igual manera procedió 60 años antes Auenbrugger. Es más, trabajaba con cadáveres inyectándoles líquidos en cantidades establecidas en la pleura para relacionar su presencia con sonidos de distinto timbre y matiz. Claro, igual que Laënnec, el inventor del estetoscopio, era en lo suyo un virtuoso. Tal vez por la memoria que guardaba de su saber infantil, tal vez porque no era solo médico, sino también músico (escribió de hecho una ópera a la que puso música Salieri, maestro de Beethoven y dudoso rival de Mozart en la corte de Viena), Auenbrugger era capaz de discernir cuatro modalidades de sonido: alto, profundo, claro y oscuro. Más allá de los hallazgos en pulmones, fue el primero en describir la matidez cardíaca. Un signo lleva su nombre, consistente en la presencia de un abultamiento en el epigastrio debido a la acumulación de derrame severo en el pericardio.

Auenbrugger desarrolló la técnica de la percusión directa, que consiste en golpear el tórax con las puntas de los dedos juntos. En 1761 publicó el fruto de sus estudios en un librito de menos de 100 páginas: Inventum novum ex percussione thoracis humani ut signo abtrusos interni pectoris morbos detegendi. Como corresponde a tantos precursores, su obra fue inicialmente poco valorada en los círculos médicos de Austria. Hasta hubo quienes le negaron originalidad, y se remitieron a la sucusión hipocrática (que consiste en sentar al paciente y sacudirlo con movimientos laterales, lo cual permite escuchar en caso de hidroneumotórax un rumor de oleada). Pero poco a poco la lectura cuidadosa de algunos contemporáneos y la traducción a otras lenguas fueron haciendo un lugar a la percusión.

En 1808 Corvisart, médico personal de Napoleón, tradujo el "Inventum Novum" al francés (no fue la primera traducción a ese idioma, pero sí la más importante y difundida por el prestigio y autoridad del autor), y agregó sus propias observaciones con el nuevo método diagnóstico. Fue la entrada del mismo en la Medicina Interna, de la que sería uno de los pilares. Más tarde se desarrollaría la percusión indirecta, con la interposición entre los dedos que martillan y el tórax de un cuerpo sólido (el plesímetro) o bien del dedo mayor de la otra mano, que es la forma en que todos nosotros, mal que mal, seguimos haciéndolo.

Para entonces Auenbrugger ya había muerto, en 1798 para algunos, entre 1807 y 1809 para otros. Queda solo por recordar que al describir Laënnec el uso del estetoscopio recomendaba firmemente comenzar el examen con la "maniobra del hijo del posadero".

Creación del Estetoscopio


El estetoscopio (Griego [stéthos], pecho, y [skopé], observar), también llamado fonendoscopio, es un aparato acústico usado en medicina, enfermería, kinesiología, fonoaudiología, veterinaria, etcétera; para la auscultación o para oír los sonidos internos del cuerpo. Generalmente se usa en la auscultación de los ruidos cardíacos o los ruidos respiratorios, aunque algunas veces también se usa para objetivar ruidos intestinales o soplos por flujos anómalos sanguíneos en arterias y venas. El examen por medio del estetoscopio se llama auscultación.

Historia

El estetoscopio fue inventado en Francia por el médico René Laënnec en 1816, quien dio a conocer su trabajo en la obra en un libro publicado en 1819. Todo comenzó debido a la gran timidez de Laënnec y la vergüenza que sentía al acercar su oído al pecho de las pacientes. Se dice que un día del otoño parisino de 1816, Laennec es requerido para visitar en su

domicilio a la esposa de Alejandro Gaudissant, afectada de un mal de corazón. Durante la visita, estando su esposo presente y la madre de la enferma, Laennec, tras tomar el pulso y percutir el tórax de la paciente, renunció a la auscultación percibiendo en los hundidos ojos de la enferma un excesivo recato.

Una vez concluido el reconocimiento, tomó Laennec de su maletín un cuaderno de notas, sin duda para hacer algún apunte relacionado con la propia historia de la enferma y al recordar que los sonidos viajan mejor (pudiendo ser amplificados) en los sólidos, enrrolló el cuaderno a manera de tubo, rogó a la enferma que se despojara de nuevo de su blusa y, aplicando el cuaderno enrollado al pecho de la enferma, apoyó su oreja al otro extremo oyendo con nitidez los tonos y soplos de aquel joven corazón deteriorado como jamás en los demás enfermos los había oído.

Ese mismo día es cuando manda hacer un instrumento de madera, con las dos extremidades en forma de cono. Así es como nace el estetoscopio.

Se cuenta en otra versión de la historia, que fue en uno de sus paseos por la campiña francesa que Laënec se cruzó con dos niños que jugaban alrededor de un árbol caído. Uno de ellos golpeaba uno de los extremos del tronco, mientras el otro oía los golpes desde el extremo opuesto. Fascinado por el juego de los jovencitos, tomó una rama del suelo y se dirigió al carpintero local, al cual le pidió que la torneara hasta constituir un cilindro de 30 cm de largo. Contento con su nuevo instrumento prosiguió a probarlo en una de sus pacientes, y así fue que tuvo lugar la primera auscultación utilizando un estetoscopio.

Las investigaciones publicadas en el “Tratado sobre Percusión y Auscultación” (1839) de Josef Skoda, permitieron dotar a este signo nosológico un pragmatismo clínico científico notable, que llega hasta nuestros días.

Hoy, existen diferentes tipos de estetoscópios:

  • Estetóscopo Obstétrico de Pinard

Este aparato posee una campana de madera de inspiración musical, es decir, se ha confeccionado pensando en los elementos de viento, con lo cual permite auscultar los tonos cardíacos del feto en el seno materno. La forma de la campana ofrece una acústica especialmente buena.

Para obtener los mejores resultados, el instrumento debe estar colocado sobre el hombro fetal y el útero, de esta manera paredes abdominales, estetoscopio y oreja forman un todo continuo.

  • Estetoscopios tradicionales

Existen de varios modelos pero los más usados son los del tipo Littman y los del tipo Sprague-Rappaport. Permiten escuchar los sonidos dentro del interior del organismo en los siguientes niveles:

  • Nivel cardíaco: soplos, presión arterial.

  • Nivel pulmonar: aparición de roncus, crepitancias, sibilancias, etc.

  • Nivel abdominal: ruidos peristálticos.

Los tipos de aparatos varían según su diseño y material, el largo promedio es de unos 70 cm. Los hay de una sola campana y los de doble campana, cambiando la frecuencia de los sonidos audibles.

  • Estetoscopio electrónico

Los estetoscopios electrónicos funcionan con baterías recargables, son muy prácticos y fáciles de entender, puede ser usado incluso para detectar ruidos de máquinas. Posee una mayor respuesta a la frecuencia, una mejor sensibilidad al sonido y un control de volumen para poder disminuir el nivel si el sonido es muy fuerte o molesto para el oído de los seres humanos.

  • Estetoscopio Doppler

Utilizando un Doppler continuo de 2 MHz, similar al empleado en obstetricia para la auscultación de latidos fetales, es posible auscultar movimientos valvulares y flujos sanguíneos en el corazón adulto. Esta técnica permite explorar fenómenos indetectables a la auscultación clásica con estetoscopio y ha demostrado una sensibilidad superior en el diagnóstico de valvulopatías aórticas y alteraciones en la relajación diastólica del ventrículo izquierdo. Debido a que las bases físicas de la auscultación Doppler difieren de las del estetoscopio clásico, ha sido sugerido que ambos métodos pueden complementarse mejorando el rédito diagnóstico del examen físico cardiovascular.

Historia del estetoscopio del Dr. René Laënnec...

Creación del Esfingomanómetro (Tensiómetro)


La ”Presión Arterial” (PA) es la presión que ejerce la sangre contra la pared de las arterias. Esta presión es imprescindible para que circule la sangre por los vasos sanguíneos y aporte el oxígeno y los nutrientes a todos los órganos del cuerpo para que puedan funcionar. Es un tipo de presión sanguínea.

La presión de la sangre, que la enfermera u otro profesional para el cuidado de la salud mide con un manguito de presión sanguínea y un estetoscopio, es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Cada vez que el corazón late, bombea sangre hacia las arterias, por lo que la presión de la sangre es más alta cuando el corazón se contrae. Una persona no se puede tomar la presión de la sangre a sí misma a no ser que tenga un aparato electrónico para medirla. Los monitores electrónicos de la presión de la sangre también pueden medir el ritmo cardiaco o pulso.

Al medir la presión de la sangre se registran dos cifras. La cifra más alta, o presión sistólica, se refiere a la presión en el interior de la arteria cuando el corazón se contrae y bombea la sangre al cuerpo. La cifra más baja, o presión diastólica, se refiere a la presión en el interior de la arteria cuando el corazón está en reposo y se está llenando de sangre. Tanto la presión sistólica como la diastólica se miden en "mmHg" (milímetros de mercurio). Esta medida representa la altura que alcanza la columna de mercurio debido a la presión de la sangre.


¿Quién descubrió la presión sanguínea?

Fueron los egipcios quienes estudiaron el pulso y la ubicación de las venas y arterias en el cuerpo. También sabían que ciertas enfermedades podían estar relacionadas con la sangre.

Cabe señalar que la idea del corazón como un órgano del cuerpo y no como el generador de los sentimientos era ya un pensamiento avanzado en la Antigüedad. Hacia el siglo II en Roma, Claudio Galeno desarrolló el concepto de circulación, sangre y bombeo del corazón. Si bien se hicieron estudios y avances en la Edad Media, no fue sino hasta 1733 que un reverendo británico pensó en medir la presión arterial. Stephen Hales (1677-1761) realizó varios experimentos con animales para observar la presión y la capacidad de los diferentes vasos sanguíneos. Su método consistía en introducir tubos delgados de vidrio en las arterias y de esta forma, medir la elevación de la sangre dentro del tubo.


¿Cuál es el origen del tensiómetro?

El primer aparato para medir la tensión arterial apareció tras la invención del fonendoscopio por el médico francés René Laennec en 1816.

En 1828, otro francés, Jean Léonard Marie Poiseuille describió el primer aparato para medir la presión sanguínea en su disertación doctoral "La force du cœur aortique". Este aparato, compuesto por mercurio, es el ancestro de los tensiómetros (la presión arterial todavía se da en décimas de milímetro de mercurio).

En 1854 Karl von Vierordt, conocido por sus estudios del sistema circulatorio, inventó un aparato para medir la presión sanguínea de forma no invasiva. El mecanismo estaba compuesto de palancas empleadas para estimar la presión arterial. Su invento es considerado como un precursor del tensiómetro moderno llamado esfigmógrafo. Es verdad que esto llegó a ser un gran avance en el mundo del sistema circulatorio , sin embargo, el aparato resultaba pesado, estorboso y poco fiable.

Seis años después (1860) apareció Jules Marey, un médico fotógrafo que tomó en sus manos el diseño del esfigmógrafo creado por Vierordt para realizarle algunos cambios. Entre éstos estaba la capacidad de ser transportado.


La invención del esfigmomanómetro como lo conocemos en la actualidad se le atribuyó al médico austríaco Samuel Siegfried Karl Von Basch en 1881. Sin embargo, basándose en las investigaciones realizadas a lo largo del siglo XIX, el médico italiano Scipione Riva-Rocci crea el primer tensiómetro con manguito en 1896.

Este modelo de tensiómetro se compone de un brazalete circular inflable que presiona la arteria. Esto se lograba gracias a la pera de goma. Todo iba bien hasta que notamos que este aparato tenía una desventaja: sólo medía la presión sistólica. La presión diastólica no era tomada en cuenta.


Hacia 1905 el ruso Nikolaï Korotkoff añadió el uso de un fonendoscopio (o estetoscopio) sobre la arteria braquial para poder escuchar los ruidos de forma más nítida. Los ruidos que se escuchan durante la medida de la presión arterial se conocen desde ese momento como “sonidos de Korotkoff”

Esta versión mejorada permitió la detección de signos de hipertensión arterial. Además, el aparato era capaz de medir las presiones sistólica y diastólica. El método creado por este médico sigue aplicándose en la actualidad para los tensiómetros manuales.


El tensiómetro o esfingomanómetro se coloca en el brazo con el fin de buscar el punto de máxima presión en la arteria braquial. Una vez alcanzado, el médico puede hacerlo descender gracias al dispositivo de bombeo, el cual cuenta con una válvula de aireación especialmente hecha para esto. Finalmente , el estetoscopio (ya colocado cerca de la arteria) mide los sonidos de Korotkoff. Estos ruidos vienen de la fluctuación arterial que nos reenvían de nuevo a los impulsos cardíacos.


¿Cuál fue el primer tensiómetro aneroide?

El industrial francés (Emile Spengler) y dos cardiólogos (Henri Vaquez y Charles Laubry) se asocian para crear el primer tensiómetro aneroide de nombre Vazquez-Laubry. En 1910, el francés Victor Pachon propone una nueva versión del aparato para medir la tensión. Su tensiómetro posee un oscilador y no necesita un fonendoscopio. Sin embargo, el tensiómetro de referencia sigue siendo el de Vazquez y Laubry.

La cirugía es una de las prácticas médicas más antiguas que se conoce. De hecho, como vimos, se han hallado evidencias de operaciones realizadas hasta 6.500 años antes de Cristo.


Pero durante siglos estos procedimientos fueron actos crudos y desesperados, muchas veces realizados desde la ignorancia. Lejos de salvar vidas, tenían una enorme tasa de mortalidad y provocaban gran sufrimiento.

La cirugía fue durante mucho tiempo el último recurso al que acudían los pacientes que no tenían otra alternativa.

Algunos de los "expertos" que realizaban estos procedimientos ni siquiera eran médicos. En torno al año 1500, los cirujanos en muchas ocasiones eran barberos.

A finales del siglo XIX se empezaron a realizar operaciones más parecidas a las que conocemos hoy. Algunas fuentes médicas sostienen que no fue hasta el siglo XX que las opciones de morir tras una cirugía fueron menores que las de sobrevivir. Dado que no existían anestesia como tal; para ser un buen cirujano se debía ser efectivo, pero "rápido".

En la actualidad, se realizan cirugías con técnicas mínimamente invasivas, lo que ha acortado los tiempos de recuperación y mejorado enormemente las tasas de supervivencia.

Pero para llegar hasta estas cirugías seguras y efectivas hubo que superar varios desafíos. Desde sus orígenes, la cirugía estuvo limitada en su desarrollo por tres grandes obstáculos: la hemorragia, la infección y el dolor.


Los tres principales problemas y cómo se solucionaron.

1. Cómo frenar la pérdida de sangre

2. Cómo evitar el dolor

3. Cómo prevenir infecciones

1. Cómo frenar la pérdida de sangre

Por mucho tiempo, morir desangrado fue uno de los principales riesgos de someterse a una cirugía.

Frenar la pérdida de sangre durante una operación es clave: si el cuerpo humano pierde más del 20% de su sangre puede sufrir un shock hemorrágico, que es cuando el corazón disminuye su velocidad y no puede hacer circular suficiente sangre por el cuerpo.

Cuando esto sucede, la presión arterial cae en picada, el paciente entra en shock, y hay un descenso masivo de la temperatura corporal. Si el cuerpo pierde más del 40% de su sangre, todos los órganos comienzan a cerrarse y es probable que la persona muera.

Los primeros que encararon el problema de la pérdida de sangre fueron los cirujanos militares, ya que uno de sus principales desafíos era evitar el desangramiento por las heridas de guerra. Ya hemos visto cómo en el siglo XVI Ambroise Paré la técnica de la ligadura de los vasos, en sustitución del cauterio tradicional, para cohibir la hemorragia en las heridas de guerra y en las amputaciones.

Inicialmente, apelaron a diferentes métodos:


  • HEMOSTASIA:

  • La Ligadura, el cierre permanente de un vaso sanguíneo a través de una sutura (practicado originalmente por los médicos de la Antigua Grecia).

  • El Torniquete desarrollado en el siglo XVI para tratar amputaciones.

  • La Cauterización, utilizando una herramienta metálica, calentada sobre el fuego, para cerrar la herida. Y en la edad contemporánea mediante electrocoagulación.


Pero ninguna de estas técnicas servía si ya existía una pérdida importante de sangre.

Lo que realmente solucionó el problema fue la transfusión de sangre.


  • TRANSFUSIÓN DE SANGRE

Que solo fue posible después de que Karl Landsteiner descubriera, en 1901, que los grupos sanguíneos deben ser compatibles para que la sangre se pueda compartir. El austríaco ganó el premio Nobel de Medicina en 1930 por este hallazgo.

Las transfusiones de sangre comenzaron a comienzos del siglo XX. La primera primera transfusión de sangre citratada en el mundo fué realizada por el Dr. Luis Agote en el Hospital Rawson de Buenos Aires (Argentina), el 9 de noviembre de 1914.

La técnica de la transfusión de sangre tardó en perfeccionarse y no comenzó a utilizarse de forma extendida hasta después de la Segunda Guerra Mundial.

Detener el sangrado fue el primer desafío de los cirujanos.

2. Cómo prevenir infecciones

Incluso cuando se logró que las cirugías dejaran de doler, eso no mejoró las opciones de sobrevivir a ellas. Hasta el procedimiento más pequeño podía resultar mortal si la herida se infectaba.

En el siglo XIX, muchos pacientes que habían sido operados con éxito morían después de la cirugía por enfermedades infecciosas como sepsis o gangrena.

Los cirujanos (una especialidad profesional que se acababa de formar) no lograban comprender por qué estas infecciones ocurrían o cómo se diseminaban.

Pero todo cambió gracias a un joven médico británico llamado Joseph Lister, quien empezó a estudiar medicina en 1844, poco después de que se introdujera el uso de anestésicos.

Lister había estudiado la teoría del francés Louis Pasteur, quien propuso que las enfermedades infecciosas eran causadas por la diseminación de microorganismos que él llamó "gérmenes".

El británico decidió aplicar esta llamada "Teoría de los gérmenes" al problema de las infecciones postquirúrgicas.

Desarrolló un sistema para evitar que los gérmenes entraran a la herida, creando una barrera química (que llamó "antiséptica") entre la herida y el exterior. Para ello utilizó ácido carbólico, que mataba los gérmenes.

También desarrolló un estricto protocolo quirúrgico para reducir las posibilidades de infección, lavando los instrumentos con ácido carbólico y creando un jabón de manos a base de este ácido para el equipo que iba a realizar la cirugía. Sus métodos redujeron drásticamente las muertes por infección en quirófano.

Incluso creó un spray antiséptico para rociar alrededor del paciente y reducir el nivel de gérmenes en el aire.

También ya se ha mencionado que con el desarrollo de la teoría microbiana y la introducción de las vacunas, las antitoxinas, la quimioterapia y los antibióticos, la lucha contra las infecciones en cirugía ha tenido grandes éxitos en este siglo.

A finales del siglo XIX se crearon otros métodos para combatir los gérmenes como la esterilización a vapor o con calor seco, desarrollados por el científico alemán Robert Koch. Así, se crearon ambientes estériles (libres de gérmenes) para poder operar. Finalmente, el descubrimiento de los antibióticos en la década de 1940 le dio a los médicos una nueva arma para combatir las infecciones e hizo que las cirugías pasaran a ser los procedimientos seguros y efectivos que conocemos hoy.

3. Cómo evitar el dolor

Un poco de historia: La palabra Anestesiología se deriva del griego, del prefi jo an que significa "sin" y de la palabra "aesthesis" que significa sensación, literalmente pérdida de la sensibilidad. La primera vez que se utiliza la palabra anestesia la podemos encontrar en una obra de Platón titulada "Timeo". La primera comunicación formal de la práctica de anestesia que viene de hace aproximadamente 4,000 años a.C., cuando en Mesopotamia, los sumerios que conocían el cultivo de la amapola utilizaron el Opio. Años después por el 1,600 a.C. tenemos referencias de que en China ya se utilizaba la acupuntura para el alivio del dolor. Años después en la Odisea se describe el uso de la mandrágora. Se tiene información que por el año 650 a.C. los sacerdotes del oráculo de Delfos, utilizaban emanaciones de ciertas grietas rocosas para inducir inconsciencia y analgesia, ahora sabemos que éstas contenían etileno. Ya en fechas más recientes, Discórides, médico y cirujano griego utilizaba la mandrágora hervida y dada a tomar en vino para practicar amputaciones y la cauterización de las heridas. Ahora sabemos que la mandrágora tiene elevadas concentraciones de atropina y escopolamina. En la medicina ayurvédica, en el texto conocido como Sushruta, se aconsejaba el uso de los vapores de la amapola en especial combinada con vino como analgésico y somnífero. Los Asirios y Egipcios utilizaban por el año 300 a.C. la compresión bilateral de carótidas para producir inconciencia y poder practicar la circuncisión y la extracción de cataratas. El cáñamo que es la marihuana fue utilizado también en la época antes de Cristo para mitigar el dolor, se ha especulado que la esponja impregnada con vinagre que se le ofreció a Cristo en la Cruz tenía extracto de marihuana. En siglo X, el médico persa Avicena recomendó que los sedativos fueran inhalados para que actuaran más rápido, un método que se utilizó hasta el siglo XIX.

Desde el siglo XIII se tienen noticias del uso de la esponja soporífera por el fraile y médico Teodorico Lucca. La esponja soporífera fue todo un adelanto en la historia de la anestesia. Esta consistía de una mezcla de plantas, principalmente de mandrágora, amapola, cicuta y beleño, las cuales se hervían. En la infusión obtenida se embebían esponjas y en ciertas preparaciones agregaban jugo de moras verdes, las cuales se dejaban secar. Ya secas se encendían y se ponían cerca del enfermo al que se le iba a practicar algún procedimiento para que éste inhalara la emanación. Así a manera de una anestesia inhalada los enfermos inhalaban junto con el aire que respiraban atropina, belladona, cicutoxina y opio, lo que condicionaba hipnosis, sedación, analgesia y cierto grado de parálisis. Se tiene información de que el monje Benedictino Abbot Bertarius, desarrolló por el siglo VI d.C., la primera formulación escrita del contenido de una esponja soporífera. Ugo de Borgognoni de la escuela de medicina de Salerno difundió su uso en Europa. La inquisición española prohibió el uso de la esponja soporífera por considerarla magia negra y práctica diabólica. Es importante mencionar que por el siglo XVIII en ciertos lugares la esponja soporífera seguía vigente. En el siglo XIII el médico español Ramón o Raymundo Lulus, experimentando con una combinación de etanol y ácido sulfúrico, obtuvo un compuesto de olor dulzón y altamente explosivo al que denominó aceite de vitriolo dulce. Fue hasta el siglo XVI, cuando un personaje muy peculiar que se hacía llamar Paracelso (más que Celso), dio a inhalar los vapores del aceite de vitriolo dulce a gallinas y observó que no sólo no sentían dolor, sino que al aumentar el tiempo de exposición éstas perdían la consciencia.

La búsqueda de métodos para disminuir el dolor en las operaciones quirúrgicas es muy antigua: los médicos usaban opio y hioscinamina, y la mandrágora es todavía más antigua, junto con el alcohol, pero ninguno de estos agentes impedía el dolor en ciertas operaciones, como las amputaciones. Durante siglos se buscó la forma de aliviar ese dolor, probando una variedad de sustancias sedativas como alcohol, plantas medicinales (muchas de ellas venenosas) y algunas drogas.

Pero muchos no saben que la anestesia no se usó para realizar cirugías hasta mediados del siglo XIX.

Hasta entonces, los pobres pacientes debían soportar el dolor (muchos de ellos entraban en shock por la agonía), lo que obligaba a los cirujanos a actuar lo más rápido posible para acortar el período de sufrimiento.

En el siglo XIX se conoció uno de los desarrollos fundamentales para las prácticas quirúrgicas: la rapidez de los cirujanos perdió protagonismo, porque la anestesia y la antisepsia permitieron el progreso de técnicas más sofisticadas que trajeron buenos resultados. Sin embargo, el tiempo que duraban las intervenciones aumentaba y esto dio paso a la infección de las heridas, un problema que fue contrarrestado por múltiples progresos que se obtuvieron a través de investigaciones.

En 1730 el químico alemán Frobenius denominó al aceite de vitriolo, Éter, que signifi ca sin peso, años después el Ether sería pieza fundamental en la historia de la anestesiología moderna.

El primer uso documentado de una anestesia general se dio en Japón, en 1804, cuando el médico Seishu Hanao utilizó una poción hecha de potentes plantas para dormir a su paciente: una mujer de 60 años con cáncer de mama a la que le realizó una mastectomía.

Finalmente se descubriría que una serie de gases actuaban como efectivos anestésicos. Se puede decir que la verdadera anestesia nace en el siglo XIX de la mano de los descubrimientos de los gases. Esto conformó la "anestesia general inhalatoria", y mucho más tarde vino el uso de drogas y se crearon anestesias locales y tronculares sectorizadas a una parte del cuerpo y con el paciente consciente (anestesias locales, troculares, raquídeas, peridurales), y también la "anestesia general intravenosa". E incluso el uso de anestesias combinadas.

El cloroformo en operaciones empezó a usarse a finales del siglo XIX.

A continuación se han seleccionado algunos de los avances que, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, han completado la transformación de la medicina en una profesión científica:


  • Anestesia

  • Lucha contra las Infecciones

  • Transfusiones y trasplantes

  • Diagnóstico por imágenes y radiología intervencionista

  • Endoscopías y cirugías endoscópicas

  • Electrocardiografía

  • Marcapasos

  • Tecnología L.A.S.E.R.

  • Cirugia de cataratas e implantes de lentes intraoculares

  • Cateterismo, hemodinamia e intervenciones por cateterismo

  • Corazón artificial

  • Etc.