Suturas Mecánicas

Suturas Mecánicas

Las suturas mecánicas son instrumentos que se utilizan en cirugía para permitir secciones de vísceras, tejidos o parénquima y la sutura de estos, de modo de lograr uniones o anastomosis más seguras, fiables, rápidas, con menores complicaciones y mejores resultados para el paciente. Ejercen su acción a través de la aplicación de agrafes o ganchos metálicos, que son fabricados de distintos tamaños según el espesor del parénquima que se va a suturar. Otorgan rapidez en su accionar dado que algunas suturan y seccionan al mismo tiempo. Al disponer los agrafes regularmente a lo largo de la línea de sutura le otorgan hermeticidad, obviando la falla técnica inherente a las diferencias humanas en las habilidades manuales.


HISTORIA DE LA SUTURA MECÁNICA


Encontramos descripciones que datan de más de 3.000 años en las cuales se utilizaron hormigas como instrumento de sutura.

“Hormigas negras se deben aplicar en los intestinos perforados… y sus cuerpos deben ser separados de sus cabezas luego de que hayan mordido firmemente las partes separadas con sus mandíbulas. Luego los intestinos con las cabezas de las hormigas bien sujetas deben reintroducirse suavemente en la cavidad”. Si bien las hormigas ya eran utilizadas por tribus antiguas, ésta cita pertenece al Samhita, un texto sánscrito de la India de obras médicas que data del año 1.500 a.C. aproximadamente. Similares descripciones encontramos en la literatura médica árabe del conocido cirujano Abulcasis. “Se ha dicho por la gente de experiencia que cuando el intestino está herido y la herida es pequeña, uno debe utilizar la siguiente técnica de sutura: las hormigas con grandes cabezas se utilizan, los labios de la herida se aproximan, una de las hormigas, con sus fauces abiertas, se aplica sobre los labios de la herida, y cuando lo agarra con firmeza y cierra sus mandíbulas, la cabeza se corta, entonces mantendrá la mordida sin perder fuerza, otra hormiga se aplica junto a la primera, este proceso se continúa con una hormiga después de la otra, en toda la extensión de la herida. Las mandíbulas se mantendrán fijando los intestinos hasta que se pegan y sanan. El paciente no sufre ninguna complicación.” La técnica de la sutura con cabezas de hormigas se repitió en descripciones a lo largo del tiempo y en países alejados, como la India, España, Brasil, Turquía, Argelia, Guinea, Congo y Somalia. Incluso Fallopio la presentó como una técnica interesante en la Sociedad Entomológica de Francia en 1844 y un año más tarde la comunicó al editor de Journal de Chirurgie. Quien ha utilizado una sutura mecánica de piel se dará cuenta de la similitud (obviamente en el método y no en el material) que tiene con las mandíbulas de las cabezas de hormigas, que actuarían como agrafes orgánicos. No obstante, pasaron muchos años más hasta que esta idea tuviera aval científico.

Sutura con hormigas

Sutura mecánica para piel

PRIMERA SUTURA MECÁNICA EN CIRUGÍA


El primer informe encontrado acerca de la sutura mecánica en cirugía adjudica la invención de esta técnica a dos húngaros: Victor Fischer y Hümer Hültl. Fischer no era cirujano y fue el diseñador de la primera sutura mecánica con aplicación práctica en cirugía. Provenía de una familia de diseñadores de instrumental quirúrgico de cinco generaciones de antigüedad. Nació en Budapest en 1858. Estudió en Hungría, Austria y Alemania. Recibió el título de Ingeniero Mecánico en la Universidad de Munich, luego de lo cual se unió a la compañía de su padre (Peter Fischer y Asociados). Rápidamente mostró sus cualidades como diseñador de instrumental quirúrgico y hábil hombre de negocios. Con el apoyo de Su Majestad Franz Josef I, la compañía Peter Fischer y Asoc. se convirtió en el principal productor de equipamiento quirúrgico y ortopédico del Imperio Austrohúngaro. Hümer Hültl era cirujano en el Hospital St. Stephen y luego en el Hospital St. Rokus de Budapest, donde años antes Semmelweis había trabajado y enseñado. Por los escritos de la época, Hültl era un excelente cirujano, caracterizado por las mayores habilidades de ese entonces: rapidez y elegancia. Era llamado “el Paganini del bisturí” y reconocido por sus colegas, de modo que recibía frecuentemente visitantes que pagaban por verlo operar. Murió a la edad de 72 años mientras dormía. Seguidor de las enseñanzas de Semmelweis, creía en los beneficios de las técnicas de asepsia. En 1907 se le ocurrió la idea de un instrumento que pudiera suturar y seccionar una víscera de modo de evitar la filtración de su contenido. Hültl le solicitó a Victor Fischer un instrumento capaz de realizar la sutura y sección del estómago y duodeno de la forma más rápida, simple, limpia y segura. A comienzos de 1908, Fischer le presentó dos modelos del nuevo instrumento a Hültl.

Hümer Hültl

El primer modelo de sutura mecánica quirúrgica fue fabricado en 1908. A la derecha: Réplica del modelo de Hültl.

Fue previamente probada en animales y cadáveres humanos. La sutura quedó perfecta y luego de seccionar el estómago no tuvimos nada más que cubrir la línea de sutura con puntos extramucosos de Lembert. Posteriormente confeccionamos una gastroyeyunonoanastomosis antecólica. La duración de la operación fue de 40 minutos. El paciente evolucionó favorablemente y se le dio el alta hospitalaria al tercer día.

La máquina no era muy práctica. Pesaba cerca de 5 kilogramos y se demoraba 2 horas para el ensamblado y carga de los agrafes. Luego de esterilizarla, Hültl la lavaba con 5 a 6 litros de agua para enfriarla. Recién en 1911, Fischer fabricó un modelo más liviano, de entre 3 y 5 kilogramos.

En 1920, Aladár Von Petz presentó el prototipo de la sutura Von Petz, diseñada con un técnico que había trabajado con Fischer. El nuevo diseño utilizaba dos líneas de sutura de agrafes de plata, que daban lugar a un cierre más fiable, y disminuía el peso del equipo a tan solo 1 kilogramo. Los agrafes, al atravesar los tejidos y chocar con la mandíbula, se cerraban adoptando una forma en “B”. Hültl, luego de probar el dispositivo de Von Petz, inspeccionó la línea de sutura y dijo: “¡Es mejor!”. Felicitó a Von Petz y se retiró. La sutura Fischer-Hültl dejó de fabricarse después de 1921.

Recién en 1934, Friederich en Alemania realizó un gran aporte, desarrollando una cápsula recargable en la que previamente se colocaban los agrafes y, al ejercer presión sobre dos manijas de disparo, estos eran expulsados simultáneamente. El proyecto fue desarrollado por el diseñador Ulmer Ulrich. Fue la primera sutura mecánica con cargadores y la precursora de las actuales suturas mecánicas que utilizan cartuchos descartables.


Durante el período de la Segunda Guerra Mundial se les dio más importancia a las suturas mecánicas vasculares. Esto ofrecía mejores resultados sobre todo a cirujanos generales (y no vasculares).


Entre los años 1945 y 1950, el Instituto de Instrumental y Dispositivos Quirúrgicos Experimentales de Moscú tuvo una gran participación al respecto. Ingenieros y cirujanos como N. P. Petrova, M. G. Akahahia y P. I. Androsov construyeron un instrumento capaz de realizar suturas y anastomosis vasculares. Este dispositivo realizaba una anastomosis circular evertizante en vasos de calibre variado entre los 1.3 y 15 mm. Los agrafes eran de tantalio, de diámetros que oscilaban entre los 100 y 200 micrones. Se realizaron experimentos en perros con este dispositivo poniendo de manifiesto sus beneficios: rapidez en la sutura, facilidad de ejecución, rápida regeneración del endotelio con casi nula reacción inflamatoria y menores complicaciones postoperatorias.


La introducción de la moderna sutura mecánica en Estados Unidos se debe a Nakayama, cirujano de Chiba (Japón), quien hizo la primera demostración en Nueva York en 1954.

En 1956 hace su aparición el instrumento ruso YKG 8 diseñado para el cierre gástrico, que permitía su utilización a cualquier altura, logrando rapidez, hemostasia y hermeticidad. Este lograba una innovación al realizar la sutura de todas las capas de tejido en un primer plano y luego de seccionada la pieza realizaba un segundo plano seromuscular invaginante.


Fueron los rusos quienes hicieron la primera incursión en cirugía torácica. El ingeniero Strekopytov y los cirujanos Androsov e Isaiche desarrollaron el YTL 70 destinado al cierre bronquial y de vasos pulmonares, aunque también fue utilizado para la cirugía abdominal. Ofrecía una doble línea de sutura con agrafes de acero inoxidable, evertida aunque sin alterar la vascularización, haciendo innecesaria la invaginación con un segundo plano.


Aparece en escena, en Estados Unidos, Leon Hirsch, un pequeño comerciante con interés en la biología, pero sin mayor instrucción que el nivel secundario. El misterioso dispositivo interesó a Hirsch, y pensó en la posibilidad de que el dispositivo tuviera cartuchos descartables de modo de agilizar su uso, lo que 30 años antes ya había sido postulado pero, quizá por la tecnología de ese momento, recién podía ser llevado a cabo. En 1967, realizó el lanzamiento de su primera sutura mecánica con cartucho de recarga. En 1977 aparece en el mercado de las suturas mecánicas, dominado por la USSC, la compañía Johnson & Johnson, con su división Ethicon como su principal competidor.

Sutura mecánica circular

Sutura mecánica lineal