Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer es, junto a Espronceda y Rosalía de Castro, uno de los más destacados poetas del Romanticismo español. Cultivó, además de la poesía -recogida en sus Rimas-, la narración. Sus Leyendas agavillan un conjunto de relatos ambientados en espacios inhóspitos y cuyas tramas se envuelven en misterios incluso sobrenaturales.

"¿Qué es poesía?, dices mientras clavas/ en mi pupila tu pupila azul./¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?/ Poesía... eres tú". A buen seguro que has escuchado alguna vez estos versos. Quizá no sabías que eran de Bécquer. O quizá sí. ¿Por qué han perdurado de generación en generación? Más allá de ese rotundo verso final, la aparente ligereza y tono conversacional del poema ayudan a ello. Y, sin embargo, fíjate en que Bécquer no renuncia ni al cómputo silábico -la mayor parte de sus poesías combinan, como esta, versos endecasílabos y heptasílabos- ni a la rima -aunque sea tan solo asonante en los versos pares-. La temática amorosa, el formato dialogado, la presencia de la naturaleza como proyección de los estados de ánimo del autor serán rasgos comunes al conjunto de las Rimas, como a gran parte de la producción romántica.A sus Rimas, breves poemas de temática fundamentalmente amorosa, pertenecen los textos que hemos seleccionado.

Leer y comprender

¿Conoces a Bécquer? ¿Has leído algo suyo? ¿Te sabes de memoria alguno sus poemas? Iniciaremos nuestra aproximación a su poesía con la lectura en voz alta de una de sus rimas más conocidas.

Tu pupila es azul y, cuando ríes,

su claridad süave me recuerda

el trémulo fulgor de la mañana

que en el mar se refleja.


Tu pupila es azul y, cuando lloras,

las transparentes lágrimas en ella

se me figuran gotas de rocío

sobre una violeta.


Tu pupila es azul, y si en su fondo

como un punto de luz radia una idea,

me parece en el cielo de la tarde

una perdida estrella.


  • Seguramente lo has entendido a la primera. Si lo comparas con algunos de los poemas del Siglo de Oro leídos el curso pasado (piensa en Garcilaso, en Góngora o en Quevedo), te habrá parecido extraordinariamente sencillo. Seguro que eres capaz de parafrasear su contenido en unas tres líneas. Hazlo.

  • Quizá te habrá sorprendido también la aparente sencillez formal del poema en lo relativo a aspectos métricos. ¿Podrías decirnos de qué tipo de versos se trata y si hay rima entre ellos?

  • Sin embrago, eso de la "inspiración romántica" es más un mito que una realidad, y este poema -como tantos otros aparentemente escritos "del tirón"- tiene una arquitectura muy pensada. Para comprobarlo, completa el cuadro que aparece a continuación.

  • El primer verso de cada estrofa es idéntico. ¿Recuerdas cómo se llaman este recurso literario?

  • ¿A qué hace referencia lo anotado en la columna 2? ¿Y en la 3?

  • ¿Qué tienen en común los versos que has recogido en la columna 6?

  • Todas las estrofas tienen una estructura sintáctica semejante. A esto lo llamamos paralelismo. Sin duda has reparado en que cada una de ellas se construye sobre una doble comparación, y así lo indican los verbos (me recuerda, se me figuran, me parece). Repasa bien tus notas y precisa en qué consiste esta doble comparación: ¿en qué columna aparece el término de comparación de lo anotado en la columna 1? ¿Y en qué columna aparece el término de comparación de lo anotado en la columna 3?

  • Con todo ello ya estás en condiciones de hacer un comentario del poema. Divídelo en al menos tres párrafos. Uno primero en que presentes y contextualices el poema. Un segundo en que comentes su contenido y la forma de que el autor se vale para expresarlo. Un tercero en que expongas tus impresiones más personales.

Crear

En la poesía de Bécquer hay dos elementos recurrentes -entre otros-: el parelisimo sintáctico y la abundancia de imágenes tomadas de la naturaleza. Tomándolo como modelo, vamos a hacer un poema a la manera de Bécquer. Sigue estos pasos y seguro te llevas una sorpresa con lo que eres capaz de crear.


  1. La idea es que durante unos minutos te centres en ti, que pienses exclusivamente en ti. ahora bien, si estás muy enamorado o enamorada, puedes centrarte en esa otra persona. Te lanzamos una serie de preguntas. Contéstalas sin darle demasiadas vueltas.

  • Si fueras agua, ¿qué serías? Puedes ser un manantial, una fuente, un riachuelo, una lluvia suave, un océano, un iceberg

  • Si fueras un momento del día, ¿qué serías? El amanecer, el mediodía, la noche, la madrugada, el ocaso, el alba...

  • Si fueras un accidente geográfico, ¿qué serías? Un valle, una colina, un volcán, una isla...

  • Si fueras un cuerpo celeste, ¿qué serías?

  • Si fueras un árbol o una planta, ¿qué serías?

  • Si fueras un animal, ¿qué serías?

  • Si fueras una estación del año, ¿cuál serías?

  • Si fueras (proponlo tú), ¿qué serías?


  1. Ahora ya tienes un montón de metáforas referidas a ti ( o a tu amor). Céntrate en cada una de ellas, y enriquece ese sustantivo con los adjetivos o los complementos que se te ocurran. Por ejemplo, si en el caso de agua has elegido "torrente", puede ser un impetuoso torrente de alta montaña". ¡Pero ojo! El lenguaje poético es también el lenguaje de lo insólito, que a menudo rompe las expectativas lógicas. Por eso puedes acompañar un sustantivo de un adjetivo inesperado: lluvia negra, lluvia triste, playa de sueños.


  1. De entre todas las imágenes generadas quédate con seis nada más. las que más te gusten. Las vas a necesitar para construir tú poema. este constará de dos estrofas. Cada estrofa constará de cuatro versos, pero el último es idéntico en ambas: Así soy yo (o Así eres tú). En cada verso recogerás exclusivamente una de las imagenes. Evora utilizar artículos y, por supuesto, la conjunción como. Tu poema no se va a construir sobre la comparación, sino sobre la metáfora. Te quedará algo así:

......................................................................

......................................................................

......................................................................

Así soy yo.


......................................................................

......................................................................

......................................................................

Así soy yo.


(Fuente: El baúl volador, de Esperanza Ortega)


4. Ahora ya puedes leer estos dos poemas de Bécquer. Seguro que no te cuesta nada ver cómo están construidos.

Dos rojas lenguas de fuego

que, a un mismo tronco enlazadas,

se aproximan, y al besarse

forman una sola llama;


dos notas que del laúd

a un tiempo la mano arranca,

y en el espacio se encuentran

y armoniosas se abrazan;


dos olas que vienen juntas

a morir sobre una playa

y que al romper se coronan

con un penacho de plata;


dos jirones de vapor

que del lago se levantan

y al juntarse allá en el cielo

forman una nube blanca;


dos ideas que al par brotan,

dos besos que a un tiempo estallan,

dos ecos que se confunden,

eso son nuestras dos almas.

Cendal flotante de leve bruma,

rizada cinta de blanca espuma,

rumor sonoro

de arpa de oro,

beso del aura, onda de luz,

eso eres tú.


¡Tú, sombra aérea que cuantas veces

voy a tocarte te desvaneces

como la llama, como el sonido,

como la niebla, como un gemido

del lago azul!


En mar sin playas onda sonante,

en el vacío cometa errante,

largo lamento

del ronco viento,

ansia perpetua de algo mejor,

eso soy yo.


¡Yo, que a tus ojos en mi agonía

los ojos vuelvo de noche y día;

yo, que incansable corro y demente

tras una sombra, tras la hija ardiente

de una visión!


Debatir

¿Es Bécquer el poeta del amor romántico? ¿Qué es eso del amor romántico? ¿Mola? Os dejamos con dos poemas suyos que sin duda pueden animar el debate.

¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable,

es altanera y vana y caprichosa;

antes que el sentimiento de su alma,

brotará el agua de la estéril roca.


Sé que en su corazón, nido de sierpes,

no hay una fibra que al amor responda;

que es una estatua inanimada..., pero...

¡es tan hermosa!

Cruza callada, y son sus movimientos

silenciosa armonía:

suenan sus pasos, y al sonar recuerdan

del himno alado la cadencia rítmica.


Los ojos entreabre, aquellos ojos

tan claros como el día,

y la tierra y el cielo, cuando abarcan,

arden con nueva luz en sus pupilas.


Ríe, y su carcajada tiene notas

del agua fugitiva;

llora, y es cada lágrima un poema

de ternura infinita.


Ella tiene la luz, tiene el perfume,

el color y la línea,

la forma, engendradora de deseos,

la expresión, fuente eterna de poesía.


¿Que es estúpida? ¡Bah! Mientras callando

guarde oscuro el enigma,

siempre valdrá lo que yo creo que calla

más que lo que cualquiera otra me diga.