De consumidor a usuario

Los riesgos de la cadena de suministro, el incremento de la volatilidad de los precios y las crecientes presiones han alertado a empresarios, políticos y consumidores sobre la necesidad de repensar el uso de las materias primas y la energía. Desde esta concientización global creciente, surge un nuevo modelo de economía que “es restaurativa y regenerativa a propósito, y que trata de que los productos, componentes y materias mantengan su utilidad y valor máximos en todo momento, distinguiendo entre ciclos técnicos y biológicos” (Ellen MacArthur Foundation, 2014).

El modelo de economía circular aborda los retos globales relacionados con la utilización y maximización de recursos a los que se enfrentan las empresas y los Estados a la vez que podría generar crecimiento, crear empleo y reducir importantes efectos medioambientales de la producción industrial, incluidas las emisiones de carbono y la contaminación del agua por ejemplo. Dado que cada vez son más las voces que abogan por un nuevo modelo económico basado en el pensamiento de sistemas, una coordinación creciente de actores tecnológicos y sociales puede hacer posible la una transición más acelerada a una economía circular.

En la actualidad, aunque el modelo lineal sigue siendo predominante, éste resulta cada vez más débil ante el nivel de disrupción y dinámica que vive el comercio global y que presenta tendencias que determinarán la economía en las décadas siguientes con giros importantes en sus paradigmas más esenciales. Las razones para realizar la transición a un modelo circular están cada vez más documentados e invitan a que esa migración paradigmática sea cada más acelerada. Al respecto, como mínimo 3 aspectos hacen pensar que el modelo lineal no es sostenible para este siglo: cambio climático (y la correlativa escasez de recursos), cambios demográficos (y culturales) y los avances tecnológicas:

  1. La lucha contra el cambio climático y la escasez de recursos: implica una disminución en la extracción de recursos naturales, en la necesidad de movimientos logísticos y en la creación de residuos. Situaciones que son impulsoras de las soluciones que brinda la economía circular.
  2. Los cambios culturales y demográficos: habilitan la creación de nuevas preferencias en los consumidores, y la tendencia de gozar de los bienes por encima de su posesión (comportamiento especialmente notorio en las poblaciones jóvenes -millennials- quienes en pocos años más serán la mayor parte de la población económicamente activa).
  3. Los avances tecnológicos: permiten que ahora se disponga de plataformas de uso compartido que –a su vez– dan la posibilidad de nuevos servicios virtuales o brindan la información para aprovechar oportunidades que antes eran inexistentes. La Industria 4.0, internet de las cosas y el monitoreo inteligente son el mix ideal para la economía circular.

Desde un punto de vista comercial, y con base en lo anterior, en la economía circular surge también un nuevo tipo de relación de los proveedores con sus clientes: se migra de un sistema lineal donde el cliente es consumidor, a un sistema circular donde el cliente se convierte en un usuario. Es decir, un modelo de transacción en el que las personas asumen modelos de empresariales que les permiten acceder a servicios en lugar de poseer los productos que ofrecen, convirtiéndose así́ en usuarios. En algunos mercados, la compra y venta de mercancías ya ha comenzado a migrar hacia un modelos de alquiler (basados en el rendimiento y en compartir) que han encontrado en las nuevas tecnologías su mejor aliado para viralizarse comercialmente.

Les invitamos a visualizar el siguiente vídeo como complemento sobre este tema:

LA IMPORTANCIA DE DISEÑO