Apuntes para re-escribir la Historia (actualizado en abril 2011)

En el Epílogo de mi último libro, La sexualidad y el funcionamiento de la dominación, planteaba la necesidad de escribir la verdadera historia de la humanidad, desde la perspectiva de las dos grandes civilizaciones humanas que han existido: la nuestra, de relaciones de dominio de unos seres humanos sobre otros con diferentes formas de esclavitud y jerarquía social, y la anterior, la llamada Edad Dorada de la humanidad, basada en el principio materno y en el apoyo mutuo.

No soy historiadora ni tengo conocimientos para abordar la tarea de escribir la Historia de la humanidad; sólo puedo aportar algún elemento, alguna pieza del puzzle que me voy encontrando por el camino, para quien o quienes aborden algún día la tarea.

En general, cuando me he encontrado con alguna de estos elementos, he escrito un especie de artículo y lo he colgado en el site (como por ejemplo lo de las serranas), o bien he reescrito algún texto anterior en donde el nuevo ‘descubrimiento’ se podía re-contextualizar. Ahora, directamente voy a colgar los apuntes o notas sobre cualquier aspecto de nuestra historia que me parezca relevante, sin pretender una extensa contextualización del mismo, tal cual, por si a alguien le puede servir.

1) Para empezar, un comentario sobre el Ensayo sobre el don, de Marcel Mauss, que explica las costumbres sobre el intercambio de bienes basadas en el apoyo mutuo.

2) También dos archivos que recogen lo que hasta ahora en encontrado sobre la historia del dragón, una historia que nos permite atravesar el magma dogmático que sostiene nuestra civilización.

3) A modo de anexo al comentario sobre el Ensayo sobre el don, cuelgo aquí tres textos sobre la Edad de Oro:

Uno es el de Cervantes, el famoso discurso de D. Quijote a los cabreros.

El otro pertenece al Roman de la Rose o Roman de Guillaume de Dôle, de G. de Lorris y J. de Meun (siglo XIII), en la versión en castellano

de Juan Victorio.

Cervantes de alguno modo viene a confirmar la tesis de Mauss sobre el don como forma de intercambio primigenia de la humanidad, cuando dice que en aquel entonces las gentes 'ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío'.

En el Roman de la Rose, Lorris y Meun también dicen que entonces la gente era toda igual y no pretendían tener nada propio, y que 'por aquellos días ningún gobernante había iniciado sus robos aún'. Pero el texto se centra principalmente en el amor: en 'los amores bellos y leales, sin codicia ni interés' , señalando una tajante incompatibilidad entre el amor y el poder: 'puesto que el amor con el señorío no puede jamás hacer compañia' y que 'el poder viene a separar'.

El tercer texto son unos párrafos de los 'Ensayos' de Michel Montaigne (1580) al respecto.