FALTA DE DESEO SEXUAL EN LA MUJER

Xavier Conesa Lapena – Carme Serrat Bretcha

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Centre Psicològic i de Parella

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TRATAMIENTOS SEXOLÓGICOS EN BARCELONA Y CATALUNYA

Situación

Una pareja joven acude a consulta, angustiada por los problemas derivados de la falta de interés sexual en ella.

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Pauta de intervención frente al problema:

I.- Reforzar el hecho de que hayan consultado en busca de una solución

II.- Empatizar y contener los sentimientos y sensaciones de la pareja

III.- Comentar sobre posibles causas del problema y a la vez normalizarlo

IV.- Realizar psicoeducación acerca del funcionamiento sexual en el hombre y la mujer

V.- Clarificar a la pareja que es un problema psicológico y no orgánico

VI.- Dar a conocer sugerencias en pro de la solución:

a) Comunicación

b) Apoyo mutuo

c) Masturbación

d) Exploración de las fantasías sexuales y juegos eróticos

e) Planificación de tiempo compartido

Desarrollo:

I.- Reforzar el hecho de que hayan consultado en busca de una solución:

Es importante comentarle a la pareja que generalmente las personas que presentan alguna dificultad en el ámbito sexual, se rehúsan a buscar ayuda en profesionales o personas expertas por miedo a que alguien conocido los vea o se enteren de que tiene un problema en el área sexual, aunque en el caso de la mujer es un poco diferente, ya que a ellas no les preocupa tanto qué el resto sepan, sin embargo para el hombre es un daño a su hombría, a su masculinidad por lo que ese género es menos abierto que el femenino a consultar por sus problemas íntimos, perdurando así por un tiempo prolongado y quizás para toda la vida, por lo que es importante reforzar en la pareja la acción certera que tomaron a la hora de decidir qué hacer para buscar estrategias de solución para la falta de deseo sexual en la mujer.

Junto a lo anterior se les motiva para que continúen el proceso de recuperación del deseo sexual en ella, con las sugerencias que se les hará mas adelante, ya que para una pareja la sexualidad saludable es un elemento importantísimo en la construcción y madurez de la relación.

II.- Empatizar y contener los sentimientos y sensaciones de la pareja:

Explicar que en las disfunciones sexuales, cualquiera sea el caso, para la persona que la padece es muy difícil creer y aceptar que tiene un problema, ya que socialmente se visualiza como algo extremadamente negativo y se generan, a raíz de esto, muchas interrogantes en la pareja que tienen que ver con el presente y futuro de la relación que hacen que la persona que lo padece se sienta con mucha inseguridad, baja autoestima, y con temor a quedarse sola/o, sin embargo la pareja debe saber que hoy en día existen muchos estudios e investigaciones que tienen que ver con la sexualidad, y en base a ellos se han desarrollados diferentes estrategias de solución que son realmente efectivas para combatir distintos problemas en el área.

Es necesario que la pareja tenga conocimiento de lo anterior, para poder de esta forma, bajar los niveles de angustia y ansiedad frente al tema que los aqueja, y poder adquirir una actitud y mirada positiva en cuanto a la rehabilitación de lo mismo.

III.- Comentar sobre posibles causas del problema y normalizar el problema:

La pareja debe estar al tanto de que una disfunción sexual, en este caso, la falta de deseo sexual en la mujer, tiene causas multifactoriales, por un lado puede existir causa fisiológica y por otro lado psicológica, donde el estrés, el cansancio, la maternidad, son algunos de los factores mas comunes, sin embargo existe la posibilidad de tener origen en las creencias de la mujer en relación al sexo, éstas derivan de la familia nuclear donde si ha tenido una familia represora en ese sentido lo mas probable es que en la adultez, ella sienta culpa, vergüenza o una sensación de no hacer lo correcto, lo que claramente puede afectar en la falta de deseo sexual.

Por otro lado puede haber factores comunicacionales que afecten negativamente a ésta actitud, muchas veces las mujeres no se atreven a pedir lo que les gusta durante el coito y tampoco a corregir si algo no les gusta, asimismo puede ser también, que la pareja, es decir, el hombre, no esté preocupándose minuciosamente de satisfacer a su mujer, o simplemente puede que el hombre no sea muy sensible a percibir las necesidades de su pareja.

Si bien, existen variadas causas para originar la falta de deseo sexual en la mujer, la pareja no se debe olvidar que es un problema sumamente común en la sociedad de hoy, tomando en cuenta que la mujer está cada vez mas integrada al mundo laboral y sin perder de vista el hogar, los niños, el supermercado, etc. Lo que suma bastantes responsabilidades en las mujeres y esto luego puede traducirse en montos elevados de estrés y/o depresión, que pueden conllevar a la falta de deseo sexual.

Resulta importante normalizar el problema, es decir, explicar a la pareja, que éstos conflictos son recurrentes y comunes en la sociedad de hoy, con el objetivo de bajar la angustia y la ansiedad que existe frente al tema.

IV.- Realizar psicoeducación acerca del deseo sexual en el hombre y en la mujer:

Ciertamente sabemos que la falta de deseo sexual se da de forma mas recurrente en mujeres que en varones, es posible afirmar que los hombres también pueden tener una disminución en la libido, cuando viven situaciones estresantes y particularmente en el ámbito laboral, les puede afectar e inhibir el deseo sexual. Sin embargo a ellos les afectan principalmente otros problemas en este sentido, como la eyaculación precoz, la disfunción eréctil, etc.

V.- Clarificar a la pareja que es un problema psicológico y no orgánico:

Es de suma importancia comentar a la pareja que los resultados ginecológicos de la mujer revelan que no existe un problema orgánico que afecte en la falta de deseo sexual, por lo que es posible descartar definitivamente un origen fisiológico que esté afectando el deseo sexual en la mujer, lo que resulta altamente positivo, ya que podremos poner en práctica algunas estrategias desde lo psicológico, y así fomentar la elevación del deseo erótico en la mujer.

Debemos hacer hincapié en que tenemos como punto a favor para el desarrollo positivo del proceso terapéutico, que ella sigue sintiendo atracción por su pareja, lo que facilita aún más el proceso, ya que de lo contrario resultaría extremadamente difícil revertir la falta de deseo sexual si no existe atracción hacia la pareja.

VI.- Dar a conocer sugerencias en pro de la solución:

a) La importancia de la comunicación

Es relevante fomentar en la pareja una comunicación abierta y fluida en todas las áreas, especialmente acerca de la sexualidad, que el hombre y la mujer sean capaces de decir cuáles son las cosas que a cada uno les gusta realizar, así como también las situaciones que les incomodan a la hora de practicar una relación sexual, y junto con esto deben ser competentes a la hora de escuchar lo que el otro desea y le propone, con apertura de mente y con la flexibilidad necesaria, ya que ocasionalmente cada género tiene gustos que difieren en este sentido y para generar un consenso es necesaria la comunicación y una actitud comprensiva acerca de las preferencias del otro.

b) El apoyo continuo de la pareja

La pareja debe tener extremadamente claro, que si bien es difícil enfrentar en una relación sentimental que existen problemas del tipo sexual, es necesario que exista un apoyo y una contención mutua frente a esto, ello es considerado como una herramienta fundamental para la rehabilitación, ya que de lo contrario, la persona que padece la disfunción puede generar sentimientos aun más grandes de frustración, de soledad, además de elevar los montos de ansiedad y bajar la autoestima, por ello deben considerar este problema como una situación que compete a ambos, y hacer hincapié que la solución depende en gran porcentaje del soporte y motivación de ambos, junto con esto es necesario comentarle al varón que debe ser paciente y no presionar a su mujer a tener relaciones sexuales si ella no lo desea, y buscar alternativas de solución para ello en vez de forzar o impone.

En base a todo esto, es posible entonces, afirmar que el apoyo constante entre la pareja es imprescindible para poder evitar que la relación pueda deteriorarse y derivar en problemas mayores como, la infidelidad, o la ruptura definitiva.

c) Masturbación

La mujer que padece inhibición del deseo sexual debe estar al tanto del funcionamiento de su cuerpo y descubrir cuáles son las cosas que le producen placer y logran excitarla, esto se puede lograr a través de la masturbación, donde puede experimentar distintas sensaciones y averiguar cuáles son para ella las zonas más erógenas de su cuerpo, lo que puede luego transmitir a su pareja, donde incluso pueden practicar la masturbación mutua, siempre teniendo en cuenta que deben ser pacientes, respetuosos, cuidadosos, y como se dijo anteriormente tener la capacidad de comentarse y conversar acerca de lo que les gusta y lo que no, de esta manera es posible lograr una sexualidad plena y placentera.

d) Exploración de las fantasías sexuales y juegos eróticos

A raíz de lo anterior es importante también que ambos integrantes de la pareja puedan expresarse las fantasías sexuales que les gustaría realizar en el presente o en el futuro, además de experimentar con distintos juegos eróticos que pueden favorecer el deseo sexual en la mujer, y probar alternativas diferentes y llamativas a la hora de llevar a cabo el acto sexual.

e) Planificar tiempo en pareja aparte de los encuentros sexuales

Al hablar de la presencia de algún tipo de disfunción sexual en la pareja es necesario que tomen en cuenta que no sólo es importante que el acto sexual mismo sea satisfactorio y placentero, sino también es necesario que tengan presente que el tiempo de convivencia y los espacios dedicados especialmente para compartir con el otro, son fundamentales para fortalecer el vínculo emocional entre ambos.

En base a esto, es primordial incentivar a la pareja para que planeen dichos espacios gratos juntos, ya sea sentarse a almorzar a diario, o planificar salir a cenar solos periódicamente, realizar algún viaje, etc. Y así promover de forma efectiva dicho vínculo emocional que fortalecerá considerablemente la relación

Los deseos se tienen, no se piden. Lo que se pide es el objeto del deseo.

Francisco Umbral

Luis ha escrito a Sexo sentido porque por las noches está tan agotado tras su quehacer diario que no siente deseos de hacer el amor; en cambio se despierta bien dispuesto antes del amanecer, loco por un «ejercicio» que lo estimule para empezar la jornada, pero entonces su novia Juliet está apurada, molesta o no tiene apetito sexual.

«Es que veo tan excitante el sexo nocturno… —dice ella—. Todo el día me lo paso ideando el plan perfecto: bañarnos antes de acostarnos, acariciarnos tiernamente bajo el agua y al salir continuar el juego amoroso en la cama… Eso es lo que yo ansío, pero Luis siempre está cansado y me deja con ganas hasta el amanecer».

Pocas veces las parejas coinciden totalmente en sus gustos en cuanto a cocina, pasatiempos o vestimenta y no por eso la vida en común resulta un infierno. Pero si la discrepancia alcanza las relaciones sexuales —en especial la frecuencia y el horario para dedicarse a estas— la situación se torna compleja y puede, como en este caso, generar displacer.

El deseo es el detonante natural de la respuesta sexual humana y es lógico que no aparezca al mismo tiempo en ambos integrantes de una pareja… Pero eso no quita que el interés de un lado despierte el entusiasmo del otro, siempre que no existan factores biológicos, psicológicos o culturales que frenen esa capacidad.

Puede que un miembro de la pareja considere agradable dormirse después de una sesión erótica intensa y al otro le apetezca más amanecer amando, pero si no llegan a un acuerdo sobre el tema no ocurrirá ni lo uno ni lo otro.

En ciertos casos la queja viene porque a ella o a él le basta con una vez a la semana —o menos—, lo cual desespera a su pareja, quien lo cataloga de falta de amor o consideración, si es que no surgen sospechas de otro tipo.

Estas diferencias de tiempo llevadas al extremo son un trastorno de la respuesta sexual asociado a la frecuencia, uno de los tres componentes del proceso de estimulación. No siempre tiene que ver con el interés o el amor mutuo (asociado al sujeto que provoca el estímulo) y sí un poco con el tercer elemento de la ecuación, que es el método, según explica el Doctor Fernando Bianco, presidente de la sociedad mundial de Sexología Clínica.

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