“Prácticas de maquillaje, y, de tres dibujos, desde un espejo” Actor – G.Renet Decorados – G.Renet Dramaturgo – G.Renet Director – G.Renet Escenario: Espejo, mesa de maquillaje, pinturas de maquillaje, y, una silla. Personajes: Un payaso, que se maquilla con sus dedos, frente un espejo (por supuesto se trata del espejo en el escenario), llevando, el siguiente monólogo: [se me olvidaba, que Usted, el lector, se haya detrás del espejo, o, delante del escenario (quede entre nosotros que al director de nuestro pequeño teatro, no le llegó el presupuesto, para más que un vulgar cristal, en lugar de espejo), y, dibuja, Usted, cuanto imagina entorno un monólogo de payaso, a partir del siguiente monólogo]: El director del teatro, os comunica, que por la falta de recursos económicos, no les puede facilitar lápices para cristal, ni gomas (a las que considera inapropiadas para la función). Expresándoos sus mas profundas disculpas, os ruega procuren remediarlo con vuestra imaginación, pidiendo os también, que respeten a nuestro actor, guardando silencio en vuestros dibujos, lineales (por razones financieras, nos vemos obligados a contratar dramaturgos… surrealistas, nos esforzamos que nuestras representaciones no lo sean, por todo ello, volvemos a rogaros, que hagan Ustedes, dibujos, lineales). Disculpen las molestias. El, Director. Maquillaje uno La pintura y los animales, o los cuadros y los animales, o la música y los animales. Desde el fondo de la sala sonó el oboe. Los dos caballos salieron del cuadro número uno en la exposición. Dos caballos rojos galopando frente el espectador. Se paran. Le olfatean los zapatos, primero el pie derecho. Le olfatean las manos. Él lleva un anillo, con piedra negra, circular. Le olfatean la nariz. El espectador estornuda. Dos caballos rojos vuelven en el cuadro. No caben. Mientras, hubo tres caballos amarillos que entraron, antes. Una acuarela naranja frente el cuadro numero dos de la exposición. Un espectador en medio de dos pinturas. El cuadro número dos está del revés, y, cinco caballos azules nadan en agua verdosa. Los animales y la pintura. Los animales y la música. El violín sonó desde el marco del cuadro numero dos. El oboe, en la sala de exposiciones no hay oboe. Dos caballos atravesaron la sala mirándose fijamente. Maquillaje dos Un conejo blanco y otro negro entrelazan sus orejas. Cada uno tira por su lado. El conejo negro suelta su oreja izquierda, la hunde en el bote de pintura roja, y le dibuja un ojo al conejo blanco. El conejo blanco ahora tiene un ojo. Mira al conejo negro y ve que éste no tiene nariz. Suelta su otra oreja y se cae. La cara del conejo negro se rompe en la mitad, y se desdibuja en la sangre rojiza. La sangre del conejo negro es de color extraño. Él conejo parpadea con su ojo y la sangre desaparece. Vienen tres pavos amarillos, se miran, miran a los conejos, se dan la vuelta y se ríen a carcajadas con voz humana. Los conejos dicen a la vez “dos pavos amarillos”. Los pavos lo repiten a su vez, y vuelven a reírse, a espaldas de los conejos. Aparece en el horizonte una ola naranja y gigantesca, de pronto lo hunde todo, desaparece todo, queda sólo un lago naranja. Aparece una ola verde en el lago naranja, cae, el lago se vuelve negro. Queda un cielo blanco y un lago negro. Dentro del lago hay dos ojos, de conejos, y un pico violeta de pavo. Maquillaje tres El puente era del color de la noche. El cielo del color del océano. Los caminos eran blancos. El río de plata. El piano estaba tirado bajo el puente. Cada tecla era de un pájaro, y cada pájaro de un matiz de flor. En sus picos agarraban sellos con catedrales olvidadas. Los pájaros de ojos cerrados, los de los medios tonos, daban patadas en el aire. Todos tenían las alas atadas, y las finas cuerdas que les sujetaban llevaban a un pozo al borde del río. El pozo tenía los ladrillos de cristal, y el cubo del agua hecho de hojarasca. En el fondo del pozo hubo niebla, de color amarillo, y un niño cara a las húmedas paredes, de color azul. El niño hablo, y desde el cielo cayeron cinco cascadas de arco iris. Los pájaros cantaron, y desde el sol cayeron veinte gotas de lluvia violeta. El río susurro y sus fondos se abrieron. La tierra se partió en dos, en dos por medio del puente, por medio del piano, por medio del pozo, el niño saltó. Desde la grieta apareció un espejo, el niño cayo sobre el espejo. Miró a sus alrededores, todo era naranja, miro al espejo, todo era verde. Cogió un pájaro, y dibujo con su cola una elipse sobre el espejo. Se sentó en medio, y se durmió. El puente era del color del día. El escritor 1º - El último texto. 2º - ¿Se acuerda usted de aquel día? 1º - ¿Del gabinete? 2º - Se despertó poco antes de soñar con el gabinete. 1º - Poco después. 2º - Observando la habitación, desde su cama. 1º - Si, era mi cama. 2º - Y no tenia usted preocupaciones. 1º - No, yo observaba, veía cosas, tranquilamente. 2º - Sin preguntas. 1º - No, yo veía cosas. 2º - Respondía cosillas. 1º - Observaba respondiendo a mis preguntas, insignificantes, mis respuestas… 2º - ¿Insignificantes? 1º - No, los trabajos, iba yo a la escuela, tenía un programa del horario pegado al lado de mi mesa, y hacía mis trabajos, estudiaba. 2º - Estudiar es problemático. 1º - No, no tenía problemas míos. 2º - ¿No llevaba usted un diario? 1º - ¡Si yo no tenía problemas míos! 2º - Pero trabajaba en sus estudios. 1º - No. Tenía un horario, yo hacía mis estudios. 2º - Pero el gabinete, de la habitación… 1º - Del sueño. 2º - Poco después. 1º - Sí, en aquel había libros. 2º - ¿No tenía dibujos, o plastilina blanca? 1º - Si los libros estaban por las estanterías. 2º - Perfectamente ordenados. 1º - Cuidadosamente. 2º - Sí, a los diarios se los cuida. 1º - No, se cuida uno de llevarlos, se tiene mucho cuidado. 2º - Se cuida de poner los libros en las estanterías. 1º - Sí, dar respuestas, dentro del gabinete. 2º - ¿Y las estanterías? 1º - ¿De dar preguntas? 2º - De hacer preguntas. 1º - No. Dar preguntas. 2º - ¿Suyas? 1º - No. Escogidas. De entre todas. 2º - ¿Todas? 1º - Del resto. 2º - Sí, los problemas. 1º - Del resto. 2º - ¿Y este diario? 1º - ¿Qué estantería? 2º - No, yo decía…aquí se decía “el último texto”. 1º - ¿Es el suyo? 2º - ¿El qué? 1º - ¿Qué si es el suyo? 2º - El gabinete es de usted. ¿Se acuerda? 1º - Sí. ¿Lo recuerda usted? Pero eso… esto aquí no sé qué es. 2º - ¿El qué? 1º - Usted decía “El último texto”. 2º - Yo no dije eso. Yo estaba mirando. 1º - Y yo preguntaba. 2º - ¿Por qué? 1º - ¡Mire! El gabinete. 2º - Está vacío. 1º - Sí, lo está. 2º - Debe haber algo. 1º - Debe de ser así. 2º - Están las estanterías. 1º - En la cama no se lee. 2º - Es mi cama. 1º - ¿Cuál es el texto penúltimo? 2º - ¿De quién? 1º - ¡Decía cuál! 2º - No, mío no es. 1º - ¿Ah no? 2º - ¿No lo ve acaso? 1º - Es el último texto. 2º - Texto final. 1º - No, último, de estantería. Small prince I am a small prince in a big ocean i´ll learn to fly over the sea. I came from nowhere world I go to nowhere place I dream to find the way go home I don´t belive in God can´t understand mi self I am a small prince in a big pride. One day I found a three a three of dreams and sky the three of life of mi bigger jump, I took a flower than and wish to see the day when I´ll be there where my way will be. I hear some call my name, between the pride and sky but I couldn´t understood I´ve never born, I´ll never die I´ll always be the prince so shy who lives in coloure world of him. Sueño o escultura, escultura o sueño, cuál será el cometido de quien nada sabe? De un rostro esculpido del verde oscuro de los pinos austriacos tras un velo de nevada ligera en un campo, nevado también desde hace semanas que permanece intacto por el frío que hiela estas tierras de nadie de un soplo de vida que ansía de un susurro en silencio de sílabas desconocidas aun por nadie pero imaginadas por los ojos que oyen la forma del rostro tras todas las formas existentes en este mundo de la forma de la sensación que yo conozco pero olvido no mas nace y de la sensación de la forma que yo sé pero no he conocido aun porque la veré entonces cuando mi alma no salte al abismo tentador cual invita abandonarlo todo, y escaparse, de todo, de todos… la veré, la forma, cuando mis sentidos no se muevan para captar cuanto existe, y existió sino en calma tiembla por su interior la ternura y se traduce en la vibración de la existencia sabia… de un anciano que habita en los ojos del niño el niño que jamás creció, porque no supo un niño que tendrá sus ojos de niño el día en el que el destino le sorprenda en piel de anciano y hasta que llegue el entonces abrazará y envolverá su alma rebelde, de saltar al infinito con una tela blanca, de seda para que de las vueltas que dará su espíritu en el interior nazca un sol, del niño que ya no es niño, pero no lo sabe y brille tanto que se vea el camino que seguirá sin necesitar hacer más que abrir los ojos y sonría el anciano en los ojos del niño y se alegre el niño de llegar a ser anciano de un rostro esculpido de verde oscuro de los pinos austriacos en tierra de nadie sí tierra de él, y su destino, la tierra blanca de un sueño mío. Al sentido del reloj Había sobre aquella mesa, que siempre estuvo allí una caja de tamaño mediano que siempre estuvo allí también, la abría por la mañana y a media mañana y a media tarde antes de anochecer y en la noche profunda y en las horas otras, que no os diré ahora, y salía una vez un pájaro, volando salía y otras un gatito de ojos verdes otras un color que no recuerdo ahora me salpicaba y aun hoy no me lo puedo quitar, yo buscaba algo en la caja algo que cada vez era diferente y cada vez olvidaba qué fue hasta que no veía alguno, de los que salían de la caja deambular por las paredes de mi habitación, o por el techo, a veces se metían debajo la cama y no salían porque les asustaba la luz, del día y les asustaba la oscuridad, de la noche… la caja no era mía, pero estaba en mi cuarto cuanto veía salir, tampoco era mío pero me reconocía en ello, abrirla no fue deseo propio pero aun así repetía lo mismo todos los días y todos los días la caja me hablaba, con mi voz diciéndome preguntas o preguntándome respuestas… me he preguntado a menudo por qué la caja esta donde esta la caja y por qué la mesa esta donde esta la mesa y por qué yo estoy en el cuarto que es mío por qué nunca salgo sin no olvidarme a dónde iba y al estar fuera, no olvido qué había dentro por qué lo de dentro es mío y por qué lo de fuera es mío también por qué yo no soy de nadie y por qué yo no soy de mi tampoco… las veces que me respondo no me he hecho pregunta alguna las veces que me pregunto no sé si quiero responderme si sueño, creo que veo mi futuro si veo mi futuro, creo que no es verdad si sé de la verdad, no necesito nada si creo que nada necesito, me aburro hasta de mí… Había en aquella mesa, que siempre estuvo allí una caja de tamaño mediano que siempre estuvo allí también, la abría siempre que quería porque no estaba cerrada con llave, y su cerradura estaba a su fondo cuya llave aun hoy busco… Del efecto, perdón defecto, prismáticos Imaginé la vista desde la cima de una montaña y no mas imaginarla se alzó ante mi en todo su esplendor la montaña misma y la tuve que escalar y subí a su cima y nada mas subir la cima era el pie de otra montaña aun mas alta y la tuve que escalar y subí a su cima y nada mas llegar la cima era el pie de otra montaña aun mas grande … ahora miro hacia abajo y parece que llevo prismáticos en vez de ojos y miro hacia arriba y los prismáticos se invierten y veo al infinito … me pregunto hoy, al igual que el infinito de mi infancia es como el infinito de hoy ¿será este igual al infinito de mañana y al del penúltimo escalón? y me respondo que así será por que es el infinito así y me pregunto cómo es posible que así sea aun sabiendo que dejaré de usar mis prismáticos el día que será… y me pregunto qué es lo que creo ver en verdad mirando hacia el allá de infinito si nada se puede entrever dada su naturaleza… me pregunto si el infinito existe en mi imaginación o si los sueños de mi imaginación nacen con este… me pregunto si es posible en vez de prismáticos que sean mis ojos quines me enseñen el mundo en la montaña de la vez y dar cuenta que no hay otro camino que el de seguir hacia arriba y si es así, y yo sé que es así me pregunto por qué me preocupo por el infinito cuando en verdad contando con lo dicho hasta ahora poco importa su aspecto, cometido, o desempeño en el mundo mío cual habito ya que mi ruta no alcanza nunca su meta - no porque sea esta el fin de cuanto el prismático invertido deje ver sino porque la meta es no mas que moverse, hacía la única dirección posible y es la vida movimiento sin ir más allá de aquello que bien conozco. Animale Escribiré en día mi muerte el verso de la luna llena en mi testamento del Eterno al invisible viento nombraré yo. Con cada oscurecer nocturno mi alma vaga por el horizonte yo resucito tras mi lecho negro en el abrazo de la aurora del mañana. Escribiré en día de mi nacimiento canción que nadie sabrá cantar con mi abrir de ojos evaporaré al Verdadero con mi silencio acariciaré lo olvidado. Con cada amanecer del alba mis alas adormecidas se despiertan mis ojos ven aquello que ansían el mundo existe tal como tan solo yo deseo que este fuera. Tras el primero de mis respiros ansiados me olvido de quien fui, y nada soy, tan solo un espectro mientras el sol abruma vidas de nosotros los mortales desplazo mis recuerdos para no perderlos. Después que caiga la cortina del sol nocturno no sé si soy, no se si es verdad a cuanto vivo en sueño de mortal me hundo, dudo de que sea cierto ya no existo, no veo, no huelo, tan solo a la nada azulada aparento. Cuando oigáis nombrar a vuestro nombre acordaos con orgullo de que nunca hubo tal cuando veáis a un tal reflejo de vuestra alma sabed que no es, sino visión de ojos que nunca son. Si un animal galopa por la tierra llana solo, tal como al mundo vino, e irá a su retorno… y con su piel las constelaciones infinitas en su amor abraza sintiendo la grandeza del pequeño que es él, en esta costa vasta, entonces el mundo encogerá en su aliento del frío viento norte la tierra se escurrirá bajo sus patas que marcarán a los destinos no nacidos el cielo abrirá sus puertas que nadie supo que hubo tales los ojos de un animal que veréis el entonces os nombrarán veréis a través de la mirada vuestra, hasta entonces desconocida y un despertar nuevo en el Cuenco, habrá, en el entonces del ahora una muerte, testamento y nacer, instante del ser vivo en su trote. From animal, to animal Once, looking in the shinest lake of bright white sun the animal saw someone, whose shedow was whitest than those lake and believed recognise a human eyes, a green iris in open free look The animal toched than the water and the world around begun to move... the sky became the earth and the forest became the ocean. Behind the animal, something moved something wich didn´t made noise something that just was looking at the animal... but the animal didn´t know. The world has no clear coloure the sky was no blue and the eyes of the animal was white more than the lake, more than the shadow, more than the night... Turned back, called someone, and begun to walk, slowly the animal was the way, and the destiny was the heart of the animal but it couldn´t see, that there was a noise, there was something in front of, inside, and all arrownd. Once, looking in the shinest lake... the animal met the animal the noise was the noise of the universe the human eye opened it´s iris for first time and the way begun to run, arround the lake becose the lake was the destiny and the shedow of the animal, was the animal whose eyes I was looking at one day, when I recognised the animal soul in the eyes of white coloure of the lake... Mi sight was the way the animal was mi destiny the human I was, never born, becose I couldn´t understood what I was one day looking at the somethings ayes. Estimados señores, el animal en cuestión, no pertenece a algún grupo de especies en cuestión. Por su cresta se podría deducir su origen mestizo. En cuanto a sus movimientos habituales, podríamos señalar con gran acierto su tropiezo frecuente en pequeños montones de rocas por las superficies que habita. Curiosamente su habitar se refiere solo a cuanto sus pies alcanzan al caminar, el resto de su cuerpo esta exento de cuanto acontece en su entorno, aunque si pendiente de aquello. Ya Cripodio no se cual fue el dedo con el que señalaba al alba y al mar a la aurora y a la luna llena porque olvido si es la mano la predilecta para señalar o fue el ojo al que hubo que envidiarle cuarenta gotas de roció negro alumbran a mi despertar durante días en lo que dudo si soñaba hoy imagino, y hoy duermo, y hoy despierto al mundo para ver en los rostros lo que nunca supe y oler en las miradas lo que siempre confesaba… a extraños que nunca lo fueron a extraños que supieron mas de mi que mi cuervo el pobre negro que abandono al azar del destino y le observo de lejos volar en medio del prado aquel que jamás pisaría se ríe hoy de todos y trata de convencerme para imitarle, en su picardía. Homo Erectus Escena 1 La Nariz – No se hable mas, no se hable nada… es más que evidente, no se habla de otra que lo de siempre, los mismos cuentos, las mismas historias, el ser humano dándole la vuelta a la toritilla durante la eternidad, los propios problemas cotidianos, siempre los mismos, siempre quemándose. El Ojo - No importa lo que se diga, lo que cuenta es la intención, el sentimiento con el cual expresamos lo pensado. La Nariz - Pensar, pensar… ¿a eso lo llama Usted pensar?... es llevarse conclusiones e informes más que elementales, de los sucesos, cotidianos. El Ojo - No todo pensamiento concluye en la palabra, estimado Anfitrión nuestro, y obviamente, ¡qué podría opinar Usted al respecto! La Nariz - Este mundo huele mal, apesta, pero qué sabrá Usted. ¿Y Vos, no dice nada señor Dos Bocas? Las Dos Bocas - ¿Para qué? El Ojo - Yo olfateo la forma queridos, diga lo que diga nuestro Anfitrión. La Nariz - ¡Gilipolleces! ¡Imaginaciones y fantasías! Me extraña que no nos hayamos estrellado aun, con Vos al mando. El Ojo - A veces se prescinde hasta de mi he de anotar, y no, no me gusta nada. Las Dos Bocas - ¿Por quién? Escena 2 Las Dos Bocas – Me gusta el color verde, y el amarillo, el naranja es especial, me gustan, todos los colores, me gusta mi libro preferido, me gusta lo que comí de cena, me gusta mi perfil, me gusta la buena literatura, me gusta la comida en general, me gustan las salchichas, me gusta la puesta del sol, me gusta la música, toda clase de música, me gustan los pájaros… La Nariz - ¡Tendrá la bondad de guardar silencio! Las Dos Bocas - … me gusta hablar… La Nariz - ¡Que se calle! Las Dos Bocas - No me gusta el mal olor. La Nariz – (Estornuda) El Ojo – Fui a ver el mar, no recuerdo cuando, pero tenía un color… silencioso, lo oí, sí sí, estoy seguro, fue maravilloso. La Nariz - ¿Qué chorradas cuenta de pronto? Las Dos Bocas - ¿Quién? Escena 3 Dos Orejas del Revés – Buuuuu El Ojo - ¡Bienvenidos! Dos Orejas del Revés - ¿Quién mas esta invitado? El Ojo – Ustedes. Dos Orejas del Revés – He venido solo. El Ojo – Como Ustedes quieran. ¿Desde dónde viene? Dos Orejas del Revés – Lo que importa es, a dónde me dirijo… El Ojo - ¿Y a dónde va? Dos Orejas del Revés – No lo se. El Ojo – El horizonte, cual añora mi alma, el infinito en una gota de sueño, el sueño en la lágrima de lo eterno. Dos Orejas del Revés – Esta Usted loco. La Nariz – ¡Muy buenos días recién llegado! Dos Orejas del Revés – A Ustedes. La Nariz – Estoy solo. Dos Bocas - ¡Qué narices! La Nariz – He dicho que estoy solo. Dos Orejas del Revés – El mundo cuenta el cuento, escuchen, ¿No oyen? Dos Bocas - ¿A quién? Escena 4 Dos Orejas del revés – Cuentan que mover un pie delante del otro, es quedarse tuerto. El Ojo – No es verdad. ¡Mienten! Dos Orejas del Revés – Cuentan que el cielo, esta repleto… pero de lo que se habla aquí abajo. Dos Bocas - ¡Qué divino! Dos Orejas del Revés – Cuentan que de pensar, pensar, pensar… no se alcanza al trono de marfil. La Nariz - ¡Cual verdad acaba de alcanzar a mi ser! Escena 5 El Ojo – ¡Hoy, tan sólo hoy, el Maestro me enseñó el sentido de la vida! La Nariz - ¿Acaso la existencia tiene sentido alguno? Dos Bocas - ¿De quién? El Ojo – La nuestra, la nuestra por supuesto, de quién sino, qué preguntas son estas, ¡insensato! La Nariz – ¿Dónde acaso esta Usted ubicado, Clarividente nuestro? El Ojo – Donde siempre estuve, donde siempre estaré, hasta el final. La Nariz – Bendita sea la estupidez de lo visible. El Ojo – Lo que se ve es lo que importa, tan solo aquello, la esencia, la fuente, el manantial de la sabiduría. La Nariz -¡Deje de mirar aunque fuera por una vez! El Ojo – Yo veo, lo veo todo. La Nariz - ¿Me ve a mi acaso? El Ojo – Claro que si. La Nariz - ¿Y cómo soy? El Ojo – Un bulto redondo innecesario. La Nariz – Esto vuelve a apestar, si pudiera ser lo que Usted ve, un bulto redondo, si pudiera ser liso, tan liso que el sol resbalara por mi resplandor… El Ojo - Si le veo, es porque lo es. La Nariz – Déjese de bobadas, que no sabe lo que dice, Usted querido señor mío no ve, eso esta clarísimo, Usted mira, y no ve mas lejos que debajo de sus narices. Dos Bocas – ¡Me ve a mi, me ve a mi! La Nariz – ¿Quién le ve, quién diablos cree que le ve? Dos Orejas del Revés – ¡Oigo algo! La Nariz – Es obvio que me oye a mi. El Ojo – No, al centro del Universo. La Nariz – Una vez y Usted dice algo sensato, aunque no he elegido yo mi desgraciado existir en medio de tales bufones. Dos Orejas del revés – Ahora sí que le oigo de verdad señor Anfitrión, es una pena que no tenga Usted oído, lo que llegaría a escuchar… La Nariz – No necesito oír nada, lo he oído todo, lo he olido todo, lo he visto todo, nada me sorprende. Las Dos Bocas – Esta incapacitado para todo ello, como siempre exagera y exagera. La Nariz – El deseo es lo único divino en este mundo, y yo, he deseado mucho, la mayoría de las veces, desgraciadamente, cosas imposibles, pero he deseado. El Ojo – ¡Ha escuchado al Maestro! Estoy feliz de que seamos mas de uno quienes hemos compartido su conocimiento. La Nariz – Nunca he necesitado escuchar a nadie, y no he escuchado a nadie, ni me he creído nada de lo que me dijeran, este Maestro suyo es un afeminado, no da más que alientos a que sigáis inundándoos en un mundo iluso, falso, optimista, y lleno de imaginaciones. Se aparece, así de pronto, un día, solo en este mundo, y antes de que te des cuenta, se desaparece, un día, de repente, solo también, como debe ser. El Ojo – Si ha deseado alguna vez, es porque ha escuchado un Maestro… La Nariz – Todos padecemos la estupidez en un primer instante, no hay escapatoria. El Ojo – No tiene porque ser así, si hace falta, uno se va, y si hace falta, en el mundo no se debe estar solo. La Nariz – Le guste o no querido mío, Usted esta allá arriba, y no ve nada, siquiera a mi, y quien bien oímos esta abajo, y de quién bien abusamos, allá arriba, así fue, y así seguirá… Dos Bocas - ¿Quiénes hacéis todo aquello? La Nariz – Hablo por mi obviamente. Dos Bocas – No es verdad. ¡Decid quiénes! Dos Orejas del Revés – Yo he oído hablar de otros, que según existían, se vieron cortados, seccionados, inflados, agujereados y maltratados fieramente. La Nariz – La estupidez es infinita. Dos Bocas - ¿Hay otros acaso? ¿Qué otros? Escena 6 El hombrecillo había caminado durante 2 días y encontró, a un espejo pero se dijo “hay otro como yo” entonces el espejo le habló el hombrecillo creyó entender cuanto el espejo le decía y anduvo todo un amanecer con su carácter testarudo negando cuanto escuchaba pero creyó entender. - El espejo le hablaba el hombrecillo escuchaba decía cuanto le decía a todo ello se negaba y el espejo preguntó pero no supo contestar oía una, dos verdades pero la frase no hallaba. Quiso decir y vió imagen quiso imaginar y todo olvidaba qué fue verdad y lo que no ya no sabía comprender dudaba de por qué partió dudaba de lo que hablaba y recordaba otro día en el que nada entendió pero que no sabía de si acaso existió. - El hombrecillo había caminado durante 2 días y encontró a un espejo y dibujó en él lo que aquel le pareció pero se dijo “hay otro como yo” entonces el espejo le habló el hombrecillo creyó entender cuanto el espejo le decía y anduvo todo un atardecer con su carácter testarudo negando cuanto escuchaba porque a nada comprendió. He inventado la máquina, del tiempo porque hoy echo de menos a aquellos que no estarán en el futuro mi futuro apenas completan mi palma de la mano en número y hoy les veo y les quiero mas que ayer porque les echaba de menos. Imagínate cómo vivirás dentro de dos años en qué pensarás estoy segura, acertarás y verás qué feliz es el día de hoy... han pasado dos años y yo sé, ves qué feliz es el día de hoy. |