Colombia en Pie de Lucha

Con un sólido basamento, construyamos un partido auténticamente proletario

En Colombia a diario escuchamos el clamor de los campesinos condenados a la quiebra, propiciada por la apertura, las privatizaciones y los TLC. En paralelo a los problemas del campesinado, la clase obrera, los productores y el pueblo, el continuismo convoca a las elecciones al Congreso y a la Presidencia de la República de comienzos del 2022, mientras prepara la reforma tributaria que aumenta los aportes de las clases populares mediante el IVA y favorece los intereses de los poderosos a quienes entrega con motivos de la pandemia recursos del estado, adelantando alianzas estratégicas, priorizando la privatización de la salud y el negocio de las farmacéuticas, impulsando el fracking en la industria petrolera, la aspersión de glifosato reprobada a nivel internacional, invadiendo las zonas de conservación forestal y apoderándose de cuanta riqueza puedan apropiarse y de contera fortaleciendo la armada. Las denuncias y protestas obreras y sociales crecen, muy a pesar de la represión oficial con aumento progresivo de víctimas y acompasada con la progresión de la delincuencia alcahueteada desde el establecimiento.

En la tensión de fuerzas entre oprimidos y opresores, constatamos que la táctica electoral del oportunismo consiste en la “defensa del estado social de derecho”, la aplicación de “la independencia de poderes”, y garantizar la vigencia de la producción capitalista por encima de cualquier otro modo de producción, en aras de congraciarse y ganar la confianza de los supuestos sectores menos recalcitrantes de las clases dominantes. Para ellos, –Un programa de campaña revolucionario que exponga de manera clara la defensa de la nación y los intereses de los obreros, los campesinos y del pueblo espanta a los posibles aliados–.

Los dos connotados representantes de la izquierda colombiana, Gustavo Petro y Jorge Enrique Robledo, ambos encarnan hoy en día el oportunismo de derecha de la actual izquierda. Petro, desciende del infantilismo de izquierda del M-19; Robledo, tuvo la fortuna de pertenecer al partido Obrero Independiente y Revolucionario MOIR dirigido por Francisco Mosquera, movimiento que el grupo robledista rebajó a lo más vulgar del revisionismo contemporáneo, “Dignidad”. Reniegan de su pasado y se zambullen en la fosa pestilente del cretinismo parlamentario en aras de ganarse la confianza de los sectores “menos retardatarios de las clases dominantes”. Plantean “La Coalición Por La Esperanza”, y “El Pacto Histórico”, propuestas ambas de capitulación entre oprimidos y opresores, echando por la borda la lucha de clases a la que tanto le teme el imperialismo y la oligarquía. Avistamos a estos dos representantes de la “centro izquierda”, facilitando en segunda vuelta el triunfo de uno de los candidatos que presente la oligarquía vendepatria, escogidos de su propio arsenal o de sus aliados emergentes.

En el escenario internacional, la oligarquía pretende mostrar la crisis de Venezuela como única, cuando a ciencia cierta la quiebra es generalizada en Latinoamérica, "los buitres” imperiales, especialmente los del norte quebraron a Argentina, postraron a Honduras en la pobreza y la violencia; desangraron a México y a Colombia, engendrando una larga cola de inmigrantes suplicantes ante norteamérica, otrora el sueño dorado de los desplazados, potencia que hoy cuenta con mendicidad no sólamente en Nueva Orleans, California y otros lugares sino crisis recurrentes (1997, 2007, 2017) y ahora la del coronavirus. Hoy la lucha no es por los derechos humanos (individuales) de la revolución burguesa, sino la de los derechos sociales a la educación, la salud, los servicios públicos, el bienestar y la cultura; la igualdad de la mujer y el hombre propiciados por el socialismo.

En Asia oriental ha trascendido el caso publicitado en los medios de prensa sobre Bangladesh, dando a conocer la fábrica que se incendió y por tal motivo destapara la superexplotación de los trabajadores, de manera tan cruda y cruel como las grandes multinacionales de los textiles y del calzado mantenían a sus trabajadores en condiciones tan lamentables y miserables practicadas por medio de la subcontratación de las maquilas y en otros casos, en los del trabajo de las plataformas virtuales y el teletrabajo, practicados en tantas partes del planeta.

La situación económica del mundo es muy crítica. Con la pandemia se incrementaron las dificultades sociales y económicas, reflejadas en las desigualdades, las carencias de trabajo, el pago con mayor retención de plusvalías por parte de los grandes monopolios y oligopolios, la destrucción de las economías nacionales y del propio planeta, el despojo de los campesinos de sus tierras y de sus medios de vida, y en el vórtice el surgimiento de fuerzas oficiales ofreciendo prebendas a manera de subsidios (renta básica) y por la otra intimidando y violentando a la población, cuando en definitiva, pelan rodilla los gobernantes bajo los intereses de las grandes potencias, sea China, Rusia o el debilitado Estados Unidos.

Con la presencia del coronavirus las fuerzas democráticas y revolucionarias asumimos la posición de persistir en unificar los sistemas de salud en uno sólo en manos del Estado, que de manera mancomunada atienda la emergencia, pero tal como están las fuerzas, los grandes conglomerados industriales, rentistas de la tierra y los potenciados financieros manipulan a su antojo para recoger las mayores y mejores ganancias y rentas sin importarles los contribuyentes a quienes esquilman y convierten en consumidores a favor de su avaricia. Numerosos científicos e investigadores han pretendido aportar para ayudar en la crisis que los gobernantes no pudieron evitar, sino quienes son los causantes por impedir que la ciencia y las formas más avanzadas estén al frente de la prevención y del manejo de los intereses ciudadanos, no sólo en asuntos de salud, sino en educación, formas de trabajo, servicios públicos, reparto de beneficios sociales y cultura solidaria, ambiental y creativa.

La clase obrera y el pueblo dentro de las dificultades han estado pugnando por aglutinar experiencias y fuerzas que no sólo contrarresten la situación de crisis, sino organizando y fortaleciendo los medios de agrupar a los trabajadores de la ciudad y el campo, a la intelectualidad hacia la construcción del partido de la clase obrera y el frente único que agrupe las clases democráticas y revolucionarias en decididas luchas que permitan detener las políticas del gobierno Duque y la oligarquía nacional e internacional, a la vez que desenmascare a las banderías entreguistas, reformistas y oportunistas, dependientes de las migajas del estado, quienes no deslindan de las formas neoliberales y privatizadoras, acogen programas del FMI, la OCDE, las grandes corporaciones, la banca internacional y las fuerzas reaccionarias.

Seguimos insistiendo, en la creación del partido de la clase obrera; sólo si contamos con una organización de clase que plantee un programa revolucionario que defienda consecuentemente a la nación frente al imperialismo norteamericano y demás capitales imperialistas, que enfrente revolucionariamente en cualquier campo a los enemigos del pueblo, la gran oligarquía intermediaria y el imperialismo, podremos con seguridad construir un frente amplio de unidad de todas las clases que sientan la necesidad de cambiar este país con la dirección de la clase obrera y los campesinos pobres. Solo así construiremos una nación próspera y soberana. Los revolucionarios participamos en elecciones no para crearle ilusiones al pueblo en las instituciones del Estado oligárquico–proimperialista, sino para educar al pueblo y esclarecer su conciencia frente a los enemigos de clase y construir uno nuevo en marcha al socialismo.

El pueblo tendrá que romper con el sometimiento y la dominación de la gran oligarquía intermediaria del capital internacional especialmente del imperialismo norteamericano de igual manera, desenmascarar y deslindar campos con quienes se aventuraron en el terrorismo para despues convivir con los detentadores del poder mediante el pacto social de la constitución privatizadora y neoliberal de 1991 y, de los nuevos capitulacionistas de la Habana coptados por la pacificacion santista.

Los demócratas y revolucionarios estamos interesados en desenmascarar la táctica electoral de la oligarquía y la de sus aliados internacionales, la campaña electoral aunque amarrada a las fuerzas contrarias a los intereses del pueblo, nos permite avanzar en el esclarecimiento de los menesteres de las clases del trabajo y la producción y aproximar los hechos hacia la nueva democracia y el socialismo encausando el poder de las comunas, recordando las experiencias de los revolucionarios de octubre de 1917, hace un poco más de cien años y a quienes los emularon en 1949 en la construcción del campo socialista. Hemos avanzado en la comprensión de los problemas, si derrotamos a los oportunistas y revisionistas logramos potenciar las protestas, la huelga general y conseguir, en el momento propicio, la fuerza para que la mayoría impongamos el poder sobre la minoría vendepatria y especuladora.

Comité por la Reconstrucción del Partido y del Frente Unico

Bogotá, 20 abril 2021


NB:

Recibimos correspondencia de todas las organizaciones y personas interesadas en la unificación de fuerzas y en la conformación de un partido obrero auténticamente revolucionario en Colombia.

Email:

puebloylucha@gmail.com



Los amigos de Luis carlos Sarmiento Angulo (Foto tomada de internet Colombia)

Luis Carlos Sarmiento Angulo

Una fortuna hecha sobre el sudor y lágrimas de los colombianos


Lejos están los dueños de los fondos privados como Sarmiento Angulo de ser responsables ante la sociedad y colaborar en la construcción de un país justo


Por: Anhy Durley González Durán | Julio 12, 2018


Luis Carlos Sarmiento Angulo es conocido como el hombre que creó una fortuna en la industria de la construcción y luego la invirtió en bancos, controlando gran parte del sector financiero en Colombia. En 2012, la revista Semana, bajo el título Todo poderoso, señaló que la revista Forbes describía su fortuna con la palabra selfmade, que significa hecho por sí mismo. Sin embargo, lo cierto es que su capital no ha sido hecho a puro pulso, sino con el sudor y lágrimas de muchos colombianos.

Sarmiento estudió Ingeniería Civil en universidad pública y comenzó a aceptar obras públicas para la construcción de vías en zonas de violencia donde nadie se atrevía a trabajar. Empezó sus contactos con el sector público y luego con la creación de vivienda de clase media se convirtió en líder y el pionero de ese nuevo mercado, en una época en la que solo las entidades del Estado podían prestar para comprar casas.

A comienzos de la década de los 70 se implementó el UPAC, abriendo las puertas a los particulares para financiar la vivienda, ante lo cual el magnate decidió crear su propio banco, para poder otorgar créditos hipotecarios a los compradores de sus casas. El UPAC, que es un sistema originario del Brasil, fue implantado en Colombia para mantener el poder adquisitivo de la moneda y ofrecer una solución a los colombianos que necesitaran tomar un crédito hipotecario de largo plazo para comprar vivienda.

La realidad de este sistema a favor de los prestamistas y los problemas que soportaron los compradores de vivienda se empezaron a evidenciar. Los nuevos propietarios resultaron pagando cuotas muy altas, excediendo su capacidad de pago. En consecuencia, algunos resultaron pagando cuotas por encima de sus salarios, llevando a que muchos morosos fueran desalojados, mientras otros decidieron renunciar a su sueño de propietarios, entregando sus viviendas, luego de haber pagado hasta tres veces su valor inicial. Es decir, el alza desmesurada de las tasas de interés hizo que las obligaciones de los deudores del UPAC se disparan y muchos de ellos en medio de lágrimas perdieron sus inmuebles e incluso sus vidas al optar por el suicidio ante el fracaso.

Un poco tarde para los ciudadanos esta situación llegó hasta la Corte Constitucional, que mediante fallo intervino. Como resultado fue creada la nueva unidad con la cual se calcularían y ajustarían los créditos: la unidad de valor real constante, conocida como UVR.

Ante esta situación el gobierno actuó. En El Tiempo, del 5 de agosto 2002, bajo el título Crisis financiera y fin de UPAC, se lee: “En noviembre de 1998, y como salvamento para el sector bancario y ayuda a los morosos de la banca hipotecaria, el Gobierno decretó la emergencia económica. Entre las medidas adoptadas estaban: Se creó el impuesto bancario dos por mil, con vigencia hasta diciembre de 1999. Recursos que se destinaron a salvar la banca”. Luego se extendió y amplió, hoy es 4 por mil y lo temporal se hizo definitivo, aunque superada la crisis y su destino.

En ese orden fue creciendo la fortuna de Sarmiento Angulo. De hecho, en La Silla Vacía, en un artículo titulado con el nombre del banquero, actualizado el 4 de diciembre de 2017, se lee: “Desde Virgilio Barco, Sarmiento ha tenido buena comunicación con todos los presidentes”. Ciertamente esto le ha permitido gestionar sus propósitos ante la injerencia en asuntos del Estado, logrando —en palabras del senador Alexander López— que en Colombia se legisle solo a favor del sector financiero.

El mismo magnate ya lo había sostenido Semana en el artículo El rey Midas, del 28 de noviembre de 2009, al expresar: “En los ‘ratos libres’ también se dedica a ser interlocutor de presidentes —dice que desde Virgilio Barco hasta ahora todos han sido amigos suyos—, participa en redacción de leyes —se siente orgulloso de que en muchas de ellas hay artículos redactados por él— y en los últimos años ha dejado oír su voz crítica sobre asuntos medulares del país”.

Por otro lado, desde el 31 de octubre de 2009, antes de controlar el importante diario del país, en El Tiempo, con el título Yo también quiero uno, se denunció: “Es indignante que este país de siete millones de indigentes subvencione a una de las principales fortunas de Latinoamérica. (…) en el debate de Agro Ingreso Seguro, conocimos que Luis Carlos Sarmiento Angulo, segundo hombre más rico de Colombia, propietario de un grupo financiero y de otro industrial, fue beneficiario de auxilios estatales que podría costear con sus propios recursos. Es irritante, además, que el dueño de bancos que otorgan préstamos con intereses brutales, absurdos, recurra al Estado para recibir los suyos a precio de huevo”. Justa indignación, puesto que a los campesinos y pobres del país, los supuestos destinatarios de los subsidios, se les negó la ayuda por no cumplir requisitos.

En las Las2Orillas, el 21 de julio de 2014, bajo el título Los subsidios de Agro Ingreso Seguro: ¿cruce de favores?, se dice que en la campaña a la presidencia en el 2002: “…el empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo que a través de las empresas Unipalma S.A.; Pizano S.A. y Organización Pajonales, le entregó $50 millones a la campaña presidencial y a la postre resultó beneficiado con subsidios de riego y drenaje por más de $12 mil millones de pesos”.

En Café Stéreo, en un artículo del 4 de julio de 2018, con el título El regalito de Santos al banquero más rico de Colombia: blanquear sus tierras mal habidas, un exrepresentante a la Cámara por el Valle también acusa al empresario por beneficiarse de los subsidios estatales.

Así mismo, el magnate del emporio económico llamado Grupo Aval ha creado fiduciarias, que administran el dinero para construir centros comerciales y en las que la administración pública decide invertir para los proyectos de vivienda; entonces por ejemplo, su fiduciaria Fidubogotá es la encargada de manejar el dinero mientras se desembolsan definitivamente los subsidios. Su labor consiste en recibir el capital del fondo que maneja el Ministerio de Vivienda, administrarlo y desembolsarlo a los constructores a medida que van ejecutando las obras. De esa forma, el Gobierno puede manejar la relación con un solo responsable, en vez de los cientos de constructores que harán las casas y para la fiduciaria implicará su mejor negocio en muchos años. Lo anterior, se puede evidenciar en La Silla Vacía, en el artículo Sarmiento, el primer gran beneficiado de la Ley de Vivienda para los más pobres, publicado el 4 de julio de 2012.

Pero entre los muchos negocios de Sarmiento Angulo se encuentra el más lesivo para el pueblo colombiano, el de los fondos privados de pensión. En la misma revista Semana, citada anteriormente, se analiza su brillante idea: “Él mismo fue hasta Chile, con su entonces asesor Luis Alberto Moreno, y le trajo al presidente César Gaviria un estudio de qué estaban haciendo bien allá en esa materia. Ese aporte fue bien recibido no solo por el gobierno, sino por el entonces senador Álvaro Uribe Vélez, quien era el ponente de la reforma, y fue entonces cuando nacieron la amistad y la admiración que hoy los unen”. Junto con Moreno Mejía, el actual presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), trajo al país el más jugoso negocio para la banca privada, el modelo que ha arruinado a la clase trabajadora de otros países como Chile, donde es evidente que no funcionó por cuanto lo único que causó fue acrecentar la brecha entre los ricos dueños de los fondos y los cotizantes que reciben paupérrimas sumas como pensión. Con este negocio, los trabajadores no tienen futuro pensional, pero el multimillonario de Colombia logró escalonar posiciones cada vez más cerca del pódium de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes.

Este suculento negocio ha hecho que con el sudor del trabajo de los colombianos se haya enriquecido aún más el llamado rey Midas, en otra forma de esclavitud. Por ejemplo, para que un cotizante sobre un salario mínimo aspire a una pensión de igual valor tendría que laborar 120 años; así mismo, quien cotice sobre 4 salarios mínimos tendría que trabajar durante 30 años para percibir igualmente un salario mínimo. Es triste ver llorar hombres y mujeres, que luego de haber sido engañados por los fondos privados, percibirán un salario mínimo, que no cubrirá su mínimo vital establecido en 4 o más salarios mínimos, con pensiones que no les alcanzará ni para cubrir los gastos de servicios públicos y mucho menos para cubrir los impuestos prediales de los estratos 5 y 6, donde a puro pulso han conseguido sus viviendas. Lo anterior, aunado a la anuencia de los empleadores que por comisiones o ignorancia obligaron o aconsejaron a sus empleados para trasladarse del fondo público a dichos fondos privados, sin dimensionar la complicidad en el grave daño a sus economías.

Con su emporio financiero puede desarrollar sus sueños como la ciudad empresarial que lleva su nombre, como proyecto inmobiliario no residencial más grande en la historia de la ciudad capital.

Jack Ma, el segundo hombre más rico de China, según Forbes, expone la siguiente frase: “Hoy en día, la fabricación del dinero es muy simple. Pero hacer dinero sostenible, siendo responsable ante la sociedad y mejorar el mundo es muy difícil”. Ante esto se puede afirmar que lejos están los dueños de los fondos privados —como Sarmiento Angulo— de ser responsables ante la sociedad y colaborar en la construcción de una Colombia justa.

Tomado de:

https://www.las2orillas.co/una-fortuna-hecha-sobre-el-sudor-y-lagrimas-de-los-colombianos/?


Nota adicional:

Un individuo que elige presidentes en Colombia, que se codea con la oligarquía internacional y los mandamaces de los organismos internacionales. Al país y a los colombianos, lo único que ha aportado es “sudor y lágrimas”. No queremos más explotadores y opresores como este y sus amigos.

Luis Carlos Sarmiento Angulo

Una fortuna hecha sobre el sudor y lágrimas de los colombianos


Lejos están los dueños de los fondos privados como Sarmiento Angulo de ser responsables ante la sociedad y colaborar en la construcción de un país justo


Por: Anhy Durley González Durán | Julio 12, 2018


Luis Carlos Sarmiento Angulo es conocido como el hombre que creó una fortuna en la industria de la construcción y luego la invirtió en bancos, controlando gran parte del sector financiero en Colombia. En 2012, la revista Semana, bajo el título Todo poderoso, señaló que la revista Forbes describía su fortuna con la palabra selfmade, que significa hecho por sí mismo. Sin embargo, lo cierto es que su capital no ha sido hecho a puro pulso, sino con el sudor y lágrimas de muchos colombianos.

Sarmiento estudió Ingeniería Civil en universidad pública y comenzó a aceptar obras públicas para la construcción de vías en zonas de violencia donde nadie se atrevía a trabajar. Empezó sus contactos con el sector público y luego con la creación de vivienda de clase media se convirtió en líder y el pionero de ese nuevo mercado, en una época en la que solo las entidades del Estado podían prestar para comprar casas.

A comienzos de la década de los 70 se implementó el UPAC, abriendo las puertas a los particulares para financiar la vivienda, ante lo cual el magnate decidió crear su propio banco, para poder otorgar créditos hipotecarios a los compradores de sus casas. El UPAC, que es un sistema originario del Brasil, fue implantado en Colombia para mantener el poder adquisitivo de la moneda y ofrecer una solución a los colombianos que necesitaran tomar un crédito hipotecario de largo plazo para comprar vivienda.

La realidad de este sistema a favor de los prestamistas y los problemas que soportaron los compradores de vivienda se empezaron a evidenciar. Los nuevos propietarios resultaron pagando cuotas muy altas, excediendo su capacidad de pago. En consecuencia, algunos resultaron pagando cuotas por encima de sus salarios, llevando a que muchos morosos fueran desalojados, mientras otros decidieron renunciar a su sueño de propietarios, entregando sus viviendas, luego de haber pagado hasta tres veces su valor inicial. Es decir, el alza desmesurada de las tasas de interés hizo que las obligaciones de los deudores del UPAC se disparan y muchos de ellos en medio de lágrimas perdieron sus inmuebles e incluso sus vidas al optar por el suicidio ante el fracaso.

Un poco tarde para los ciudadanos esta situación llegó hasta la Corte Constitucional, que mediante fallo intervino. Como resultado fue creada la nueva unidad con la cual se calcularían y ajustarían los créditos: la unidad de valor real constante, conocida como UVR.

Ante esta situación el gobierno actuó. En El Tiempo, del 5 de agosto 2002, bajo el título Crisis financiera y fin de UPAC, se lee: “En noviembre de 1998, y como salvamento para el sector bancario y ayuda a los morosos de la banca hipotecaria, el Gobierno decretó la emergencia económica. Entre las medidas adoptadas estaban: Se creó el impuesto bancario dos por mil, con vigencia hasta diciembre de 1999. Recursos que se destinaron a salvar la banca”. Luego se extendió y amplió, hoy es 4 por mil y lo temporal se hizo definitivo, aunque superada la crisis y su destino.

En ese orden fue creciendo la fortuna de Sarmiento Angulo. De hecho, en La Silla Vacía, en un artículo titulado con el nombre del banquero, actualizado el 4 de diciembre de 2017, se lee: “Desde Virgilio Barco, Sarmiento ha tenido buena comunicación con todos los presidentes”. Ciertamente esto le ha permitido gestionar sus propósitos ante la injerencia en asuntos del Estado, logrando —en palabras del senador Alexander López— que en Colombia se legisle solo a favor del sector financiero.

El mismo magnate ya lo había sostenido Semana en el artículo El rey Midas, del 28 de noviembre de 2009, al expresar: “En los ‘ratos libres’ también se dedica a ser interlocutor de presidentes —dice que desde Virgilio Barco hasta ahora todos han sido amigos suyos—, participa en redacción de leyes —se siente orgulloso de que en muchas de ellas hay artículos redactados por él— y en los últimos años ha dejado oír su voz crítica sobre asuntos medulares del país”.

Por otro lado, desde el 31 de octubre de 2009, antes de controlar el importante diario del país, en El Tiempo, con el título Yo también quiero uno, se denunció: “Es indignante que este país de siete millones de indigentes subvencione a una de las principales fortunas de Latinoamérica. (…) en el debate de Agro Ingreso Seguro, conocimos que Luis Carlos Sarmiento Angulo, segundo hombre más rico de Colombia, propietario de un grupo financiero y de otro industrial, fue beneficiario de auxilios estatales que podría costear con sus propios recursos. Es irritante, además, que el dueño de bancos que otorgan préstamos con intereses brutales, absurdos, recurra al Estado para recibir los suyos a precio de huevo”. Justa indignación, puesto que a los campesinos y pobres del país, los supuestos destinatarios de los subsidios, se les negó la ayuda por no cumplir requisitos.

En las Las2Orillas, el 21 de julio de 2014, bajo el título Los subsidios de Agro Ingreso Seguro: ¿cruce de favores?, se dice que en la campaña a la presidencia en el 2002: “…el empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo que a través de las empresas Unipalma S.A.; Pizano S.A. y Organización Pajonales, le entregó $50 millones a la campaña presidencial y a la postre resultó beneficiado con subsidios de riego y drenaje por más de $12 mil millones de pesos”.

En Café Stéreo, en un artículo del 4 de julio de 2018, con el título El regalito de Santos al banquero más rico de Colombia: blanquear sus tierras mal habidas, un exrepresentante a la Cámara por el Valle también acusa al empresario por beneficiarse de los subsidios estatales.

Así mismo, el magnate del emporio económico llamado Grupo Aval ha creado fiduciarias, que administran el dinero para construir centros comerciales y en las que la administración pública decide invertir para los proyectos de vivienda; entonces por ejemplo, su fiduciaria Fidubogotá es la encargada de manejar el dinero mientras se desembolsan definitivamente los subsidios. Su labor consiste en recibir el capital del fondo que maneja el Ministerio de Vivienda, administrarlo y desembolsarlo a los constructores a medida que van ejecutando las obras. De esa forma, el Gobierno puede manejar la relación con un solo responsable, en vez de los cientos de constructores que harán las casas y para la fiduciaria implicará su mejor negocio en muchos años. Lo anterior, se puede evidenciar en La Silla Vacía, en el artículo Sarmiento, el primer gran beneficiado de la Ley de Vivienda para los más pobres, publicado el 4 de julio de 2012.

Pero entre los muchos negocios de Sarmiento Angulo se encuentra el más lesivo para el pueblo colombiano, el de los fondos privados de pensión. En la misma revista Semana, citada anteriormente, se analiza su brillante idea: “Él mismo fue hasta Chile, con su entonces asesor Luis Alberto Moreno, y le trajo al presidente César Gaviria un estudio de qué estaban haciendo bien allá en esa materia. Ese aporte fue bien recibido no solo por el gobierno, sino por el entonces senador Álvaro Uribe Vélez, quien era el ponente de la reforma, y fue entonces cuando nacieron la amistad y la admiración que hoy los unen”. Junto con Moreno Mejía, el actual presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), trajo al país el más jugoso negocio para la banca privada, el modelo que ha arruinado a la clase trabajadora de otros países como Chile, donde es evidente que no funcionó por cuanto lo único que causó fue acrecentar la brecha entre los ricos dueños de los fondos y los cotizantes que reciben paupérrimas sumas como pensión. Con este negocio, los trabajadores no tienen futuro pensional, pero el multimillonario de Colombia logró escalonar posiciones cada vez más cerca del pódium de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes.

Este suculento negocio ha hecho que con el sudor del trabajo de los colombianos se haya enriquecido aún más el llamado rey Midas, en otra forma de esclavitud. Por ejemplo, para que un cotizante sobre un salario mínimo aspire a una pensión de igual valor tendría que laborar 120 años; así mismo, quien cotice sobre 4 salarios mínimos tendría que trabajar durante 30 años para percibir igualmente un salario mínimo. Es triste ver llorar hombres y mujeres, que luego de haber sido engañados por los fondos privados, percibirán un salario mínimo, que no cubrirá su mínimo vital establecido en 4 o más salarios mínimos, con pensiones que no les alcanzará ni para cubrir los gastos de servicios públicos y mucho menos para cubrir los impuestos prediales de los estratos 5 y 6, donde a puro pulso han conseguido sus viviendas. Lo anterior, aunado a la anuencia de los empleadores que por comisiones o ignorancia obligaron o aconsejaron a sus empleados para trasladarse del fondo público a dichos fondos privados, sin dimensionar la complicidad en el grave daño a sus economías.

Con su emporio financiero puede desarrollar sus sueños como la ciudad empresarial que lleva su nombre, como proyecto inmobiliario no residencial más grande en la historia de la ciudad capital.

Jack Ma, el segundo hombre más rico de China, según Forbes, expone la siguiente frase: “Hoy en día, la fabricación del dinero es muy simple. Pero hacer dinero sostenible, siendo responsable ante la sociedad y mejorar el mundo es muy difícil”. Ante esto se puede afirmar que lejos están los dueños de los fondos privados —como Sarmiento Angulo— de ser responsables ante la sociedad y colaborar en la construcción de una Colombia justa.

Tomado de:

https://www.las2orillas.co/una-fortuna-hecha-sobre-el-sudor-y-lagrimas-de-los-colombianos/?


Nota adicional:

Un individuo que elige presidentes en Colombia, que se codea con la oligarquía internacional y los mandamaces de los organismos internacionales. Al país y a los colombianos, lo único que ha aportado es “sudor y lágrimas”. No queremos más explotadores y opresores como este y sus amigos.