8 de junio del 2014
Centro
de Cristianismo Práctico
Prosperando
con Gozo y Entusiasmo
“Bienaventurados
los que oyen la palabra de Dios y la obedecen”. (Lucas 11:28)
En Pentecostés vemos como estando “unánimemente
juntos” los apóstoles “fueron llenos del Espíritu Santo” y predicaban con gran
gozo y entusiasmo.
El libro de Los Hechos de los Apóstoles relatan
la vida de los primeros cristianos. Se dice que “tenían en común todas las
cosas” (Hechos 2:44) y la iglesia crecía cada vez más.
En el curso de Prosperidad que estamos dando el
jueves pasado decíamos que el fundamento de la prosperidad es Dios. Y decíamos
esto porque muchos creen que el fundamento de la prosperidad es el dinero.
Tenemos que establecer claramente esta
diferencia. Porque cuando hablamos de prosperidad tenemos que situarnos dentro
de un ámbito o dominio espiritual donde Dios es fuente proveedora de todas las
necesidades del alma.
Cuando el ser humano se desconecta de su fuente
primaria, esto es, de Dios el alma sufre toda tipo de limitaciones. Los ojos
del alma ven a través de nuestros ojos físicos y caemos en el engaño de los
sentidos.
Cuando nos desconectamos de la Fuente primaria,
Dios, comenzamos a sufrir todo tipo de carencia. En el salmo 34:10 encontramos
las siguientes palabras: …”los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún
bien.”
Esta es una gran Verdad y a la vez una gran definición
de la palabra prosperidad. Y es
importante que cambies tu manera de pensar en cuanto a tu prosperidad personal
se refiere. Esto requiere que cada vez que pienses en tu prosperidad personal
pienses en Dios y no en dinero.
Si en algún momento de tu existencia sientes que
tu alma clama por más dinero, arrepiéntete y clama por más fe. La fe hará por
ti grandes maravillas.
Cuando mantienes tu fe en tu aposento alto te
apropias de la sustancia divina todo proveedora y la moldeas para suplir y
satisfacer todas tus necesidades materiales. Entonces el dinero aparecerá, o su
equivalente en recursos y tu necesidad será satisfecha.
Es importante que vayas expandiendo tu
conciencia acerca de la prosperidad ya que toda manifestación física de
prosperidad y aumento tiene su contraparte en una idea espiritual subyacente
que sostiene lo manifestado.
Así también, las riquezas materiales, tienen una
idea espiritual subyacente. Tal vez algunos de ustedes sepan cual es esta idea,
pero para los que no lo saben, la idea detrás de las riquezas materiales es la
idea de provisión.
Es mejor y más práctico pedir a Dios por
provisión que por dinero. Cuando pides provisión todos los infinitos canales
que Dios tiene para proveerte se ponen en acción. Cuando pides dinero limitas
grandemente los canales por medio de los cuales Dios puede proveerte dinero.
Pero
recuerda que Dios no puede hacer más por ti que lo que puede hacer a través de
ti. Y cuando Dios te pregunte ¿con qué cuentas hijo(a) mío(a)? Detente y lleva
a cabo en ti un minucioso examen de conciencia. No contestes a la ligera.
No digas “no tengo nada”, o “solo tengo” porque
este tipo de contestación no solo es un reflejo de una conciencia de escasez
sino que también es una gran mentira, y es pecado. Todos tenemos algo que
ofrecer, todos tenemos algo que dar.
Haz un buen inventario de lo que tienes en tu
casa, especialmente en la casa de tu propia consciencia. Y por nada en el mundo
dejes fuera tu gozo y entusiasmo; y tus talentos y habilidades especiales.
Piensa que allá afuera hay gente necesitando eso
que tú tienes de sobra. Entonces tu trabajo es estar abierto y receptivo a la
instrucción, a la guía y a la inspiración de Dios. Y a medida que oras por esto
comienza a mover tus pies.
Volviendo a la experiencia en Pentecostés vemos
como los apóstoles predicaron el evangelio “en otras lenguas, según el Espíritu
les daba que hablaran.” (Hechos 2:4)
El significado que esto tiene para ti y para mí
hoy día es que si estás receptivo, el Espíritu te impulsará a hacer obras que
nunca antes has realizado. Permite que el Espíritu de Dios obre a través de ti siendo
obediente y receptivo. El Espíritu de Dios te inspirará y te entusiasmará de maneras
nunca antes vistas en ti.
El mismo Espíritu de Dios te llenará de gozo y
entusiasmo. Entonces comenzarás a ver por medio de tus propios ojos como se
comienza a expandir la dimensión de tu
propia vida y cómo comienzan a surgir delante de ti nuevas y mayores
posibilidades.
Esto no significa que no habrán obstáculos en el
camino. Los obstáculos aparecerán tal y como les aparecieron a los apóstoles
cuando comenzaron su ministerio.
Ellos fueron perseguidos y encarcelados. Pero
nunca disminuyó ni un ápice su entusiasmo y prosiguieron con su misión. Muchas
fueron las señales y maravillas que los apóstoles realizaron y muchas fueron
las sanaciones que el Espíritu de Dios hizo por medio de los apóstoles.
Y te pregunto, si Dios te diera el don de la
sanación, ¿carecerías de provisión para satisfacer tus necesidades? Las
Escrituras relatan que fueron muchas las sanaciones que Pedro y Pablo
realizaron. Y ninguno de los dos carecieron de nada.
Todo lo contrario, la iglesia se fortalecía cada
vez más y Pablo continuaba con sus viajes misioneros predicando el evangelio en
todo el mundo gentil.
Permítanme darles un ejemplo de los lugares que
él visitó en solo uno de sus viajes misioneros, y recuerden que fueron tres. En su tercer viaje Pablo
salió de Antioquia en Siria a
recorrer “por orden la región de Galacia y de Frigia (Tarso, Derbe, Listra, Iconio, Antioquía de Pisidia),
animando a todos los discípulos.” (Hechos 18:23) “Pablo, después de recorrer
las regiones superiores, [es decir, la región montañosa, el interior de la
provincia de Asia] vino a Éfeso.”
(Hechos 19:1 & nota b) Estuvo como dos años viviendo en Éfeso y desde allí
predicó el evangelio [y] “todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos,
oyeron la palabra del señor Jesús.” (Hechos 19:10) Luego del alboroto en Éfeso,
Pablo “salió para Macedonia. Después
de recorrer aquellas regiones, y de exhortarlos con abundancia de palabras,
llegó a Grecia. Al cabo de tres
meses... tomó la decisión de volver por Macedonia.”(Hechos 20:1-3) Lo acompañaron hasta Asia y zarpó de Filipo y llegó a Troas. De Troas fue por tierra a Asón. “Cuando se reunió con nosotros en Asón, tomándolo a bordo,
vinimos a Mitilene [puerto de la
isla de Lesbos, cercano a la costa occidental de Asia Menor]. (Hechos 20:14 y
nota K) “navegando de allí, al día siguiente llegamos delante de Quío [isla situada al sur de Lesbos,
frente a las costas de Esmirna]. Y al otro día tocamos puerto en Samos. Hicimos
escala en Trogilio, y al día
siguiente llegamos a Mileto. (Hechos
20:15) Allí Pablo da su discurso de despedida y zarparon “directo a Cos; al día siguiente, a Rodas, y de allí a Pátara. Y hallando un barco que pasaba a fenicia, nos embarcamos y
zarpamos. Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria y
llegamos a Tiro.” (Hechos 21: 1-3)
“Nosotros completamos la navegación saliendo de Tiro y llegando a Tolemaida.” (Hechos 21:7) “Al otro día...
fuimos a Cesarea.” (Hechos 21:8) Y
de Cesarea fueron a Jerusalén. Aquí tenemos, por lo menos veintidós
ciudades del mundo antiguo visitadas en un solo viaje .
¿Pueden ustedes calcular lo que costaría hacer
los viajes misioneros que Pablo realizó? El costo de transportación, las
comidas, las estadías, etc. ¿Puedes ponerle un costo a este viaje misionero?
Podría hoy estar por encima del millón de dólares. ¿No es así? Tal vez dos o
tres millones, ¿quién sabe?
¿Tenía Pablo el dinero suficiente para realizar
y costearse estos viajes? No creo haber leído en ningún lugar de las Escrituras
de que Pablo contara con tal cantidad de dinero. Al contrario, se dice que
Pablo tenía un oficio, el de hacer tiendas.
Pero Pablo tenía el gozo y el entusiasmo que se
requería para hacer la obra y eso lo prosperó sin duda alguna más allá de su
propia imaginación. Para mí fue el más entusiasta de todos los apóstoles.
Conocí a una persona que se dedica a predicar el
evangelio. Sufrió una condición de salud y recibió el tratamiento médico
adecuado para remover esta condición y restaurarlo nuevamente a la salud
física. Esto requirió una cirugía del corazón y tratamiento post operatorio. El
costo de todo estuvo por encima de los $250,000.00 dólares. ¿Clasificarías a
esta persona como una persona próspera?
Mi respuesta es claro que sí. Porque tuvo los
medios para recibir dicho tratamiento, pero al él particularmente, no le costó
ni un centavo. Sin embargo, esa experiencia lo ha traído a desarrollar planes
de sanación por medios naturales, que están produciendo resultados asombrosos.
Personas con cáncer han sido curados totalmente. Nuevamente, ¿puedes ponerle
precio a este tipo de logro?
Los proyectos que Dios pone delante de ti Él los
costeará; puedes estar seguro de esto y los grandes desafíos que se ponen
delante de ti debes enfrentarlos sin miedo, con gozo y entusiasmo.
No te preguntes cuánto cuesta, ni cuestiones si
tienes o no el dinero para enfrentarlo o para lograrlo. Solo recuerda estas
palabras: …”los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.” Solo
confía y encomienda a Jehová tu camino y el hará Su parte.
Cuando te
encuentres delante de un desafío, económico, o de salud o relaciones o de la
índole que sea haz la pregunta: –Señor, ¿qué quieres que haga? (Hechos 9:6) Y
con gozo y entusiasmo prepárate a hacer la obra que Dios te encomienda, porque “Bienaventurados son los
que oyen la palabra de Dios y la obedecen”.
Dios te bendice, amén.
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