El mundo del arte modernista estableció su centro de operaciones en Els Quatre Gats, un bar al estilo de Le Chat Noir de París. Casas financió este bar, situado en los bajos de la Casa Martí, edificio del arquitecto Josep Puig i Cadafalch situado en la calle Montsió en el centro de Barcelona; se inauguró el mes de junio de 1897 y estuvo abierto durante seis años (se reconstruyó en 1978). Sus compañeros de empresa fueron Pere Romeu, Rusiñol y Miquel Utrillo i Morlius. En el bar se desarrollaban tertulias y exposiciones de arte, incluyendo una de las primeras de Pablo Picasso. La pieza más destacada de su colección permanente fue un autorretrato de Casas en el que aparece pedaleando sobre un tándem junto a Romeu.
Al igual que Le Chat noir, Els 4 Gats mantuvo su propia revista literaria en la que Casas contribuyó de forma destacada. Tuvo una vida corta pero fue seguida de Pel i Ploma y Forma en las que también contribuyó Casas. Pel i Ploma patrocinó diversas exposiciones de arte incluyendo la primera exposición en solitario de Casas (1899 en la Sala Parés).
Mientras que su carrera como pintor prosperaba, Casas empezó a trabajar en el diseño gráfico, adoptando el estilo art noveau que llegó a definir al modernismo. Diseñó carteles para el bar y también realizó anuncios para la firma «Codorniu», fabricante de cava o para el «Anís del Mono».
Para la exposición universal de 1900 en París, el comité español seleccionó dos retratos al óleo realizado por Casas: un retrato de 1891 de Eric Satie y otro de la hermana de Casas, Elisa. Su retrato de un ejecución mediante El garrote vil, ganó uno de los premios principales en Múnich en 1901. Sus obras se exhibían por toda Europa y en otras puntos del mundo, como Buenos Aires. En 1902 doce de sus obras quedaron expuestas de forma permanente en el Círculo del Liceo, club exclusivo asociado al teatro de la ópera barcelonés.
En 1908, Casas junto a su patrocinador Deering, viajaron por Cataluña. Deering compró un antiguo hospital en Sitges con la idea de convertirlo en su residencia. Ese mismo año, Casas inicia un viaje de seis meses por Cuba y los Estados Unidos. Durante este viaje realizó una docena de retratos al óleo y cerca de una treintena de dibujos al carbón de amigos y socios de Deering.
En 1916 Casas y Deering viajaron a Tamarit (Tarragona). Deering compró el pueblo entero y colocó a Casas en la dirección del proyecto de restauración del mismo. Años más tarde, en 1924, Casas regresó a Tamarit para pintar diversos paisajes.
Casas, Rusiñol, y Clarassó siguieron realizando exposiciones conjuntas en la Sala Parés que se hicieron constantes hasta la muerte de Rusiñol en 1931. Casas continuó pintando retratos y paisajes, así como algunos carteles para la lucha contra la tuberculosis pero en el momento de su muerte, en 1932, se había convertido más en una figura del pasado que del presente. Fue enterrado en el Cementerio de Montjuïc de Barcelona.
(Fuente: wikipedia.org)