La subida acaba en el mirador del PALAU NACIONAL (PALACIO NACIONAL), que fue el edificio principal de la Exposición Internacional de 1929. Este edificio, que se inscribe en el llamado "monumentalismo ecléctico", fue construido entre 1927 y 1929 según el proyecto de
Eugeni P. Cendoya y Enric Catà, con la colaboración de Pere Domènech i Roura.
Actualmente es la sede del MUSEU NACIONAL D’ART DE CATALUNYA (MNAC), (34) (MUSEO NACIONAL DE ARTE DE CATALUÑA), que desde el año 2004, una vez finalizadas las obras de rehabilitación del edificio, muestra reunidas todas sus colecciones.
El fondo del MNAC reúne una impresionante muestra de mil años de arte en Cataluña: pintura, escultura, artes decorativas, dibujos y grabados, fotografía, numismática y medallística. Naturalmente incluye una panorámica del arte catalán desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Esta colección modernista, una de las más representativa de este movimiento, convierte al MNAC en el museo barcelonés del Modernismo por excelencia, ya que conserva y muestra lo más destacado de su producción de artes visuales en toda su diversidad: pintura, escultura y artes decorativas.
Por otra parte, la visita del museo es imprescindible para situar la obra de los arquitectos modernistas en el contexto artístico de su época. Porque, si bien es cierto que
Gaudí, por ejemplo, frecuentaba poco los cenáculos modernistas, también lo es que mantuvo relaciones de amistad (que produjeron influencias artísticas mutuas) con diversos artistas adscritos a este movimiento, como los escultores
Josep Llimona y Carles Mani y también con pintores como
Joaquím Mir, Anglada i Camarasa, Francesc Gimeno o Darío de Regoyos, todos ellos representados en las colecciones del museo. Muchas de las obras expuestas nos remiten a lugares del recorrido de la
Ruta del Modernismo. Aquí se encuentra, por ejemplo, el original de la obra Ramon Casas y Pere Romeu en un tándem (1897), del pintor Ramon Casas, que decoraba
Els Quatre Gats, donde hemos visto una copia (punto (23) de la Ruta). El rico conjunto de artes decorativas del museo nos permite conocer la decoración interior de las plantas nobles de algunas de las casas más emblemáticas de la arquitectura modernista, como las que conforman la famosa Mansana de la Discòrdia del paseo de Gràcia. Asimismo, este museo muestra diversos elementos del mobiliario de la
Casa Amatller (44), como un banco, una vitrina y una lámpara de techo, obra del propio
Josep Puig i Cadafalch. De la
Casa Batlló (45), se exhiben diversos diseños de
Antoni Gaudí, como una puerta corredera, una silla y un sofá muy característico de su estilo. El arquitecto
Lluís Domènech i Montaner encargó la decoración interior de la
Casa Lleó Morera (43) al mueblista mallorquín
Gaspar Homar (1870-1953), uno de los máximos creadores del Modernismo. De la Casa Lleó Morera, el museo conserva la práctica totalidad de la sala de estar y otros elementos del resto de la vivienda, como un sofá con vitrinas laterales y un panel de marquetería. Para completar la visión del arte modernista en Cataluña, el visitante no puede obviar la escultura, con autores como
Josep Llimona,
Eusebi Arnau y Miquel Blay. También merece la pena conocer las obras de otros artistas y movimientos anteriores (Marià Fortuny y los discípulos de la Escuela de Roma) y posteriores al Modernismo. La segunda generación de autores modernistas, como
Joaquim Mir o los autores del período noucentista, Joaquim Sunyer, Joaquim Torres García o Manolo Hugué, entre otros, y la escultura de vanguardia de
Gargallo y Juli González son especialmente interesantes.