Manuel Ballarín y Lancuentra (Aragón, 1863 - Biescas (Huesca), 23 de septiembre de 1915) fue un artista forjador modernista y autor de las grandes obras de los arquitectos de más prestigio en la época. En 1885 creó taller propio de fundición y forja artística conocido como Casa Ballarín. Estaba situado en la calle Pie de la Cruz de Barcelona y era el más importante que existía en la ciudad a finales del siglo XIX y principios del XX , con más de 20 operarios, entre los que se contaban Francisco Pujols, embutidor, Josep Guardiola, forjador; Andreu Carbonell, ajustador y, de forma circunstancial, un joven Joaquim Folch i Torres que en 1903 con diecisiete años hizo de dibujante a Casa Ballarín para ayudar a la familia después de la muerte de su padre. Participó en el Exposición Nacional de Industrias Artísticas celebrada en diciembre de 1892 en el Palacio de Bellas Artes de Barcelona, inaugurado en 1888, donde presentaba una mesa de centro y un par de trabajos de rejas decorativas que tuvieron una acogida muy favorable. En 1898 comenzó a fabricar cajas de caudales y básculas, una de las cuales se conserva en el museo de Historia de la Medicina en Barcelona. Desde 1900, comienza a incorporar la producción mecanizada de piezas seriadas presentadas en un catálogo que se podían combinar entre ellas de diferentes formas para conseguir piezas de apariencia única y artesanal a precios competitivos. Ballarín fue sin duda el mejor ejemplo de modernización del sector de la forja de la época. Fue el autor de la forja artística de las principales obras del arquitecto Puig i Cadafalch, quien llegó a ser socio de su taller en 1898, y que le hizo una casa en la calle Peligro de Barcelona en 1907 . Las obras de Puig en el que colaboró son: Con su cuñado, el arquitecto municipal de Barcelona Pere Falqués i Urpí, colaboró en la factura de los famosos farolas-banco del Paseo de Gracia. Falcara era muy aficionado a utilizar el hierro en sus obras hasta el punto de que fue acusado de abusar para favorecer el negocio de su familiar, Ballarin. En realidad, el hierro era en ese momento considerado un signo de modernidad muy potenciado por Montaner desde el Exposición Universal de Barcelona de 1888, y la forja catalana contaba con fama internacional. (Fuente: wikipedia.org) |