Eibar, Guipúzcoa, 1870 - Madrid,1945
Ignacio Zuloaga y Zabaleta nace en 1870 en Eibar,
en el seno de una familia de armeros y artistas. Su padre, Plácido Zuloaga,
fue un damasquinador y orfebre de fama internacional y tres tíos: Guillermo Zuloaga, Germán Zuloaga y Daniel Zuloaga
fueron reputados ceramistas.
La vida de Ignacio Zuloaga se desarrolla en la
casa y taller familiar, la torre medieval llamada Kontadorekua,
contenía millares de obras de arte provenientes de los más diversos lugares del
mundo. Semejante ambiente, unido a su escaso interés por los estudios, motivó
que se dedicara intensivamente al dibujo desde niño.
Tras una visita al Museo del Prado y en
contra de la opinión de su padre, que deseaba que su hijo continuase con el
negocio de damasquinado,
decidió dedicarse a la pintura
y salir a ver el mundo.
Así, en 1899, tras una breve estancia en Roma, el joven pintor Zuloaga se
trasladó a vivir a París. Allí coincidió con Ramon Casas i Carbó y Santiago Rusiñol i Prats, viviendo la bohemia
y estudiando en la academia donde corregían: Henri Gervex, Eugene Carrière y Puvis de Chavanne; un periodo que Rusiñol d escribe en su libro
Impresiones del arte.
En estos años de Zuloaga en París se relaciona con numerosos artistas. Llegará a exponer en 1892 con Henri de Toulouse-Lautrec, Van Gogh, Emile Bernard, Pierre Bonnard y Gauguin
en la galería Barc de Bouteville. Con Paul Gauquin
y con el escultor Paco Durrio
llegó a compartir un estudio en la parisina calle de la Grande Chaumière.
En este periodo inicial estudió a los grandes
maestros de la pintura española representados en el Louvre (El Greco,
Velázquez, Ribera, Zurbarán, Goya).
Desarrolló pronto un estilo caracterizado por el
predominio de las figuras, una pincelada larga y segura, y tonos oscuros.
También adoptó planteamientos técnicos de algunos de sus amigos. Del pintor Edgar Degas recogió su rechazo por
la pintura al aire libre y la tendencia a descentrar las figuras en las
composiciones. Zuloaga tras varios años de bohemia entre París y Sevilla, en los que
compatibilizó su dedicación al arte con trabajos de novillero, marchante de arte
y pagador de una mina, se casa en París con la hermanastra del pintor Maxime
Dethomas y comienza a pintar en Segovia, donde trabajaba su tío, el ceramista
Daniel Zuloaga. A partir de entonces esa provincia
castellana se convierte en su motivo de inspiración principal.
En 1900 comenzó un largo periodo de
enfrentamiento con las autoridades artísticas españolas, al ser excluido del
Pabellón de la Exposición Universal de París su cuadro Vispera de
la Corrida (1898).
Acusado de antipatriota por los temas de sus cuadros, la polémica sobre
su arte llegó a adquirir una gran relevancia en los medios de prensa españoles y
extranjeros; el historiador Lafuete Ferrari denominó a esa apasionada polémica
la "Cuestión Zuloaga". En sus últimos años el pintor se dedicó especialmente a pintar para si mismo
bodegones y paisajes, realizando retratos de personalidades como forma de
ganarse la vida. Zuloaga muere durante un viaje a Madrid en 1945. (Fuente: modernismo98y14.com)
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