Al estar dedicada al acontecimiento gozoso del nacimiento de Jesús, esta fachada presenta una decoración exultante donde todos los elementos son evocadores de la vida. Se centra en la faceta más humana y familiar de Jesús, con una amplia profusión de elementos populares, como herramientas y animales domésticos. Está dividida en tres pórticos, dedicados a las virtudes teologales: de la Esperanza a la izquierda, de la Fe a la derecha, y de la Caridad en el centro, con la Puerta de Jesús y rematada por el Árbol de la Vida. La fachada culmina con las torres-campanario dedicadas a San Matías, San Judas Tadeo, San Simón y San Bernabé. Fue construida entre 1894 y 1930. La escultura es de Carles Mani, Llorenç Matamala i Piñol y Joan Matamala.
Los pórticos están separados por dos grandes columnas: la de José entre el pórtico de la Esperanza y el de la Caridad, y la de María, entre el pórtico de la Caridad y el de la Fe. En la base de las columnas está representada una tortuga (una de tierra y una de mar) como símbolo de lo inalterable en el tiempo; los fustes crecen en espiral, mientras que los capiteles son en forma de hojas de palma, de las que surgen racimos de dátiles cubiertos de nieve (por el invierno, fecha de la natividad de Jesús), que dan apoyo a dos ángeles con trompetas que anuncian el nacimiento de Jesús. En contraste con las tortugas, a ambos lados de la fachada se situaron camaleones, símbolos del cambio. En el proyecto original de Gaudí esta fachada debía estar policromada, pintando de diversos colores las arquivoltas de los tres pórticos; así, todas la estatuas habrían sido pintadas, tanto las de figuras humanas como las de flora y fauna y demás objetos.
Esta fachada fue la elegida por Gaudí para dar una idea global de la estructura y decoración del templo: como era consciente de que no podría terminar el proyecto en el transcurso de su vida, en vez de ir construyendo el templo en su conjunto de forma lineal prefirió construir una fachada completa en toda su verticalidad, para dar una muestra completa de cómo debía ser el resto. Escogió esta fachada por ser, en su opinión, la que podría ser más atractiva para el público, fomentando así la continuación de la obra tras su muerte; en sus propias palabras:
“Si en vez de hacer esta fachada decorada, ornamentada, turgente, hubiese comenzado por La Pasión, dura, pelada, como hecha de huesos, la gente se habría retraído"
(Fuente: Wikipedia)
|