Casa Manuel Llopis

 
València, 339 y Bailen, 113  Barcelona.
 
Año proyecto: 1902.
Año fin obras: 1903.
 
Colaboradores: Josep M. Jujol, arquitecto.
 
La Casa Llopis Bofill es un edificio en la esquina de la calle Valencia con Bailén, en el barrio de la Derecha del Eixample de Barcelona. Es una obra del arquitecto Antoni M. Gallissà, considerada su proyecto más destacable, y fue ejecutada entre 1902 y 1903. Este edificio, que se enmarca dentro del estilo modernista, con influencias de la arquitectura islámica, es considerado un bien cultural de interés local.

Gallissà construyó este edificio por encargo de Manuel Lobo i Bofill, un conocido abogado y terrateniente de Sitges. El arquitecto proyectó la obra en 1902, justo un año antes de su muerte. En su ejecución, Gallissà mostró la permeabilidad del modernismo a la influencia de las corrientes estéticas de otras épocas. Sin embargo, en el caso concreto de la Casa Llopis Bofill, el edificio se aleja de la tendencia goticista imperante en la mayoría de arquitectos modernistas en incorporar elementos del estilo neoárabe como el ladrillo.

El autor se empleó mucho en la decoración del conjunto, sobre todo en un intento de reafirmación del espíritu nacional de Cataluña, en la línea que su maestro, Lluís Domènech i Montaner, la había definido en su artículo En busca de una arquitectura nacional. Esta faceta del arquitecto es corroborada por su trayectoria política, que lo llevó a intervenir activamente en la redacción de las Bases de Manresa, y presidir la Junta permanente de la Unión Catalanista en 1897. 

Actualmente, el edificio conserva un aspecto muy parecido al proyecto original, a pesar de las obras de reconstrucción de los desperfectos que sufrió durante la Guerra Civil. Las modificaciones comportaron, entre otras cosas, la pérdida de los revestimientos de la fachada del último piso y de la mayoría de las vidrieras policromadas. No obstante, el edificio sigue mostrando muchos detalles decorativos de interés.

Se trata de un edificio de viviendas plurifamiliar, en un chaflán y haciendo medianera con los respectivos contiguos, tanto por la calle Valencia como por la calle Bailén. La obra sigue una de las tendencias que, por aquellas fechas, estaban en boga en Barcelona: la combinación cromática que produce una fachada resuelta con ladrillo visto (planta baja, planta superior y encuadres de los huecos arquitectónicos) y estuco con esgrafiados.

El arquitecto contó con la colaboración del también arquitecto Josep Maria Jujol para la realización de los esgrafiados. Esta tendencia, contrapuesta a la del modernismo efervescente en su cromatismo y en su decoración, también estuvo puesta en práctica por Joan Rubió i Bellver en la Casa Roviralta - Frare Blanch, de la avenida del Tibidabo, todo y que en esta casa no hay esgrafiados.

Teniendo en cuenta las dimensiones de la fachada de la casa, y para resolver sus ángulos, Gallisà optó por colocar en las esquinas y en el centro unas tribunas; actualmente la tribuna central ha visto modificadas las dimensiones de los agujeros de los ventanales, así como el menaje de la última planta que, a todas las tribunas, originalmente era de ladrillo visto y no de estuco.

De este edificio destaca su factura y la gran plasticidad otorgada a las soluciones formales, gracias a los conocimientos de los materiales y de las técnicas constructivas que Gallisà, con este proyecto, nos demuestra que dominaba perfectamente. La gran cantidad de materiales empleados , entre los que destacan el hierro, el vidrio, la cerámica vidriada y el estuco, muestran una gran vistosidad de colores y detalles.
(Fuente: ca.wikipedia.org)

 

 
 
     
     
     
 
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