Scribus, parte 2

Post date: May 24, 2018 12:01:49 PM

En la entrada anterior ya vimos cómo crear el documento y las páginas maestras del mismo, ahora, en esta segunda parte, nos vamos a centrar en la introducción de texto, aplicación de estilos y ajuste de líneas.

Teniendo en cuenta que estamos hablando de maquetar novelas, una premisa importante, es tratar de separar nuestro texto, bien por capítulos bien por bloques “cortos” de texto. Yo no lo hice así, y a la larga fue un engorro.

Por mi parte, la única desventaja de trabajar en Scribus con el texto en bloques, es que no es posible aplicar correcciones a toda la novela al mismo tiempo, sino que tendremos que trabajar bloque a bloque.

Lo ideal es llegar a este punto con el texto ya refinado, tal cual queremos que esté en nuestra novela.

Retomemos donde lo dejamos la vez pasada, y partamos de la premisa de que tenemos el diseño de página debidamente establecido con sus marcos de texto incluidos. Ahora introduciremos el texto que nos interesa desde el editor de texto.

Incluir textos.

Para acceder al editor de texto, haremos clic derecho con el ratón sobre el cuadro de texto al que queramos acceder, y seleccionamos la opción “Editar texto”:

En el editor de texto podremos bien pegar un texto previamente copiado de otro lugar, o bien importar un texto específico que tengamos en formato *.txt.

Nota 1: Mi recomendación es tener cada capítulo en un documento *.txt, sin ningún tipo de formato, e importarlo directamente desde el editor de textos “Archivo/Cargar de archivo…”

Nota 2: También pueden importarse archivos con otras extensiones sin necesidad de entrar en el editor de texto. Bastaría con seleccionar el cuadro de texto, y en la página principal de Scribus, en “Archivo/Importar” encontraremos diversas opciones.

Bloques de texto.

Con el texto ya cargado, iremos a ver un ejemplo de cómo ajustarlo para dejar nuestra novela como nos pueda interesar. Para ello veremos un final de capítulo y el inicio del siguiente, y lo iremos trabajando hasta dejarlo como nos gustaría tenerlo.

En el ejemplo de arriba, vemos que el texto del final de la página izquierda está ligado al de la página derecha, los une una flecha negra, por lo que si ajustáramos dicho texto para eliminar las líneas viudas y huérfanas que podamos tener, el texto de la página siguiente se nos desplazaría, descuadrándonos todas las páginas de ahí en adelante.

Nota 1: Se ha elegido como página siguiente un inicio de capítulo por ser donde se ve de forma más evidente este descuadre.

Nota 2: Si no viéramos las flechas negras entre páginas deberemos activar su visualización. Desde la página principal de Scribus, seleccionamos “Ver / Ver cadena de texto”

Por ello, lo primero es separar el texto en bloques, pulsando el siguiente botón.

En términos visuales, significa eliminar la flecha negra que vemos entre ambas páginas. Seleccionaremos la página izquierda y pulsaremos el botón indicado (que se encuentra en la parte superior de la pantalla), pulsando seguidamente la página derecha.

Veremos que tanto la flecha como el texto de la página derecha, desaparecen, lo que es normal puesto que el texto se ha quedado al completo en el bloque de la página izquierda.

Para recuperar ese texto y pasarlo a su bloque correspondiente, lo cortaremos desde el editor de texto de la página izquierda, y lo pegaremos mediante el editor de texto en la página derecha.

Nota 1: Si quisiéramos volver a ligar dos bloques, tendríamos que hacer lo mismo, pero pulsando el botón con la flecha verde.

Nota 2: El editor de texto actúa sobre todas las páginas que estén en un mismo el bloque (unidas mediante flechas negras), por lo que podremos acceder a este desde cualquiera de ellas.

Justificación del texto, simple o mediante estilos para cada párrafo.

En una novela, conviene tener al menos dos tipos diferentes de justificación, una para el primer párrafo del capítulo, y otra para el resto del texto. Claro está, que cada uno es libre de elegir la cantidad de estilos que considere oportuna.

Lo primero será definir los estilos de texto que vayamos a utilizar. Esto lo haremos desde la pestaña “Editar” donde seleccionaremos la opción “Estilos”, que nos abrirá la ventana del “Gestor de estilos”.

Haciendo doble clic sobre el estilo de párrafo predeterminado, se desplegará el menú de edición del estilo de párrafo, donde seleccionaremos un interlineado diferente “Alinear a rejilla de la línea base” y seleccionaremos la justificación siguiente.

Nota: Alinear a rejilla de línea base nos permitirá que todas las líneas se encuentren siempre a la misma altura. En caso contrario, podría verse raro como ya se explicó en la entrada anterior.

Cada uno puede salsear a su antojo en este menú, para definir su párrafo por defecto como mejor se ajuste a su novela, modificando además de lo anterior el tipo y tamaño de letra desde la pestaña “Estilo de carácter”.

Seguidamente, crearemos nuestro estilo propio a aplicar en el primer párrafo de cada capítulo, pulsando sobre el botón “Nuevo” y después“Estilo de párrafo”.

El menú es el mismo que en el caso anterior, solo que ahora nombraremos al estilo a nuestro gusto y podremos cambiar todos los valores que queramos, como por ejemplo, poner la primera letra capitular, en mi caso, ocupando tres líneas.

Tras crear este estilo y aplicarlo, podríamos entrar en el editor de texto y comenzar a aplicar nuestros nuevos estilos.

Nota: Por defecto, los párrafos vienen sin estilo.

En la ventana del editor de texto, seleccionamos el texto completo, y seleccionamos el estilo de párrafo por defecto, que nos aplicará a toda la selección.

Y después elegiremos el estilo de “Primer Párrafo Capítulo” para el párrafo correspondiente.

Esta opción puede aplicarse tanto desde la parte superior, como desde la zona izquierda que está al lado de cada párrafo.

Para ajustar la posición de la primera línea del capítulo en la página, pueden bien dejarse X líneas libres antes del primer párrafo, o bien modificar el cuadro de texto de la página maestra, para que éste empiece en la zona deseada.

Nota: Esta segunda opción NO debe hacerse desde el editor de páginas maestras sino desde la página principal de edición. Queremos modificar un cuadro de texto, no una página maestra.

Debemos definir tantos estilos como creamos necesarios, y después aplicarlos en cada bloque de texto.

Para finalizar, aplicamos los cambios saliendo del editor de texto pulsando el botón:

Nota: Jugando con estilos de Carácter o de línea, podríamos cambiar el tipo de letra, por ejemplo, de la primera letra del capítulo. Estos otros estilos, sin embargo, se aplicarían desde la página principal de Scribus, seleccionando la letra en cuestión, y haciendo clic derecho sobre ella, desde la ventana de propiedades, seleccionaríamos el estilo elegido.

Ahora debemos fijarnos en cómo queda el texto, para poder corregir lo que sea necesario.

Ajuste de párrafo para eliminar líneas viudas y huérfanas.

Nos enfocamos en el segundo párrafo, en este caso, tenemos una palabra suelta al inicio de la línea, por lo que lo ideal sería pasar esa palabra a la línea anterior.

Desde el editor de texto seleccionamos por completo el párrafo a editar, y jugaremos con los dos valores siguientes:

· Anchura de letras:

· Espacio entre letras de una misma palabra:

En ambos casos incrementaremos el valor para pasar palabras a la última línea, o lo disminuiremos para eliminar palabras de la última línea.

Nota: Los cambios por encima de +/- 2% comienzan a poder apreciarse visualmente, así que no conviene abusar de ello.

En este ejemplo, hemos disminuido ambos valores ligeramente, 1%.

Realizaremos lo mismo con el último párrafo, que presentaba el mismo problema, y tras pulsar el botón mostrado a la derecha, (actualizar texto sin salir del editor), podremos ver que efectivamente cada párrafo termina en una línea prácticamente completa, habiendo desaparecido las dos palabras sueltas que nos quedaban.

A la hora de corregir líneas hay que prestar atención a palabras que queden aisladas en una línea y líneas que queden separadas del resto de su párrafo, ya sea al inicio o al final de una página (Líneas y palabras viudas y huérfanas)

Al trabajar por bloques, vemos que la siguiente página sigue igual que antes, y que por lo tanto, el resto de la novela no se ha visto afectado por este cambio, que de otra manera, hubiera provocado un descuadre en todas las páginas siguientes.

Personalmente, una de las mayores ventajas de trabajar por bloques, y esta ya depende del ordenador de cada uno, es el poder hacer los cambios sin atascar el ordenador, o tener que esperar unos segundos a que responda. Maquetar toda la novela en un solo bloque puede resultar tedioso, si no imposible. Mi ordenador no podía gestionarlo y se quedaba bloqueado, o simplemente no me mostraba el texto a editar.

Ahora solo queda... meterle horas al asunto y quedar satisfechos con el resultado.

Pues nada, ¡espero que os sea de ayuda!